Con 28 años y proveniente de Río Cuarto, Córdoba, Luciana Irigoyen logró emocionar hasta las lágrimas a Ricardo Montaner. Fue en La Voz Argentina (Telefe) y, primero, lo cautivó con una honda y sentida versión de “Marinero de luces”, de Isabel Pantoja.
Antes de subirse al escenario del reality, Luciana contó cómo se dio su biografía artística “Yo vengo de familia de músicos, pero todos cantaban, menos yo: me daba vergüenza, no me animaba. Un día fuimos a un karaoke y mi mamá me dijo: ‘Te regalo 100 pesos si cantas’. En ese momento, en el año 2003, 2004, era mucha plata, no lo alcancé a pensar que ya estaba arriba del escenario”, recordó.
Pero aquella primera vez, también fue su primera victoria: “Cuando bajé de cantar, la gente del lugar me preguntó si no quería empezar a trabajar con ellos los fines de semana, cantando algunas canciones. A partir de ahí, sentí que la música no solamente era un lugar en el que la gente me aplaudía, sino que cualquier cosa que me pasara con la música, podía calmar lo que fuere”, dijo Luciana quien alguna vez también fue telonera de Soledad Pastorutti, otra integrante del equipo de jurados / coaches del certamen.
Al momento de realizar su interpretación del clásico de la Pantoja, Luciana llamó la atención de Montaner, pero también de Mau y Ricky, sus hijos, quienes fueron los primeros en darse vuelta. Sin embargo, antes de que la participante tomara una decisión, Montaner quiso saber: “Quiero que me hables de tu familia, qué hacen tus padres, si te apoyan en tu carrera musical, ¿cómo es la cosa?”.
“Qué pregunta la tuya”, señaló Luciana, sabiendo que Montaner había presionado un botón especial en su interior. “Estoy acá, mi mamá murió hace un mes. Y pensé que no iba a volver a cantar nunca más. Y ahí es donde voy a decir mi decisión, porque... mi mamá se fue de mis brazos mientras yo le cantaba ‘La Gloria de Dios’”, reveló la participante. Y eligió a Montaner, haciendo referencia a la canción que el cantante venezolano nacido en Argentina grabó con su hija Evaluna.
“Quiero que sepas que valoro eso que acabas de decir. Y además quiero que sepas que hoy tu mamá está disfrutando muchísimo desde el cielo viéndote triunfar”, le devolvió Montaner, mientras se secaba las lágrimas de sus ojos.
“Antes de morir, ella ya sabía que iba a estar en La Voz, se sentó en la cama del hospital y me dijo: ‘Ojalá algún día pueda ir y te pueda ver cantando La Gloria de Dios con Montaner. Te voy a estar mirando’”, agregó Luciana. “La vamos a cantar antes de que termine el programa y te voy a llevar de la mano hasta la final”, le prometió Ricardo.
“Qué locura que uno sea parte de la vida de la gente de esa manera, en los momentos bonitos y en los momentos difíciles”, analizó Mau. “Y gloria a Dios que te diste vuelta”, le dijo a su padre. “Me encantó su voz, divina voz. Con Luciana me pasó algo muy personal. Tocó mi corazón directamente con lo que me dijo. Hizo una confesión que tocó, yo estoy seguro, el corazón de toda la Argentina. Tengo un especial motivo para ponerle más empeño para que llegue más lejos aquí en La Voz”, señaló Ricardo.
Y después, ya en el backstage, Luciana confesó: “Dije que no iba a cantar y sin embargo, como era La Voz Argentina, que es algo que ella quería para mí. Me decía: ‘Tenés que ir, tenés que ir’. Así que dije que sí y esta fue mi primera vez arriba de un escenario después de la ida de mi mamá”.
También mostró a cámara un homenaje que le hizo a su mamá, dibujando su nombre en su piel: “El tatuaje es el nombre de mi mamá. De alguna manera, todo lo que soy se lo debo a mi mamá”, contó dejando visible el nombre de su madre, Graciela. Mientras, de fondo, se escuchaba una emotiva versión a capella de “La Gloria de Dios”, que ella misma había grabado.
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