1. Su mamá, Roxana Randón, es actriz. A los ocho años, Leonardo se enganchaba con los ejercicios del taller de teatro que ella realizaba. Una tarde le contó que en una clase había tenido que escaparse de unos gigantes que la perseguían, eludir precipicios y refugiarse en una cueva. “Para mí eso era mejor que ir al Italpark. Le pedí que me llevara a sus clases”.
2. De chico le gustaba jugar con las hormigas y hablar con sus juguetes. Se entretenía caminando por la baranda de un segundo piso y cortando con tijera cables enchufados. Su padres preocupados lo llevaron a un psicólogo que consideró que no era nada grave.
3. Tiene cuatro hermanos. Pablo y Javier del matrimonio de sus padres y Juan e Ignacio de las segundas nupcias de su papá. Asegura que la relación con sus hermanos es la más pura que haya conocido.
4. Su hermano Pablo es músico, tecladista. Tocó en Man Ray, armó un grupo llamado Los Celestes y ahora es parte de Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado. Cuando tenían 13 y 12 años compraron a medias una guitarra Fender. Cuando Leonardo se dedicó a la actuación, el hermano le compró la parte.
5. Para él no hay manjar que supere las lasagnas caseras que preparaba su abuelo Gigí ni los ravioles casero que hacía Edel, la nona, romana.
6. En plena dictadura iba en el auto y su papá le dijo que el presidente “era un asesino” pero que no lo repitiera en el colegio. Leonardo por un tiempo tuvo pesadillas: soñaba que Drácula lo iba a buscar.
7. En la escuela era tímido, inhibido, pensaba que si decía una palabra iba a meter la pata. Le resultaba un esfuerzo hacer amigos o hablar con otros.
8. En las reuniones familiares en cambio era el payaso. Su papá le había enseñado a hacer fonomímica, le ponían la música de “Hava Nahila Havai” y él movía los labios imitando a Harry Belafonte. También imitaba a Rafaella Carrà con movimiento de cabello incluido.
9. Pasaba horas frente al espejo imitando a Quico y Jerry Lewis hasta sacarlos a la perfección.
10. Vivía en Sáenz Peña y jugaba al fútbol en el club Ameghino o en un potrero junto a las vías del San Martín, también al poliladron en la calle y siempre quería ser ladrón.
11. Era fanático de River hasta que descubrió el teatro: prefería ver una función que ir a la cancha. Y entendió que había cambiado de pasión.
12. Tendría 12 o 13 años cuando vio a Alfredo Alcón recitando un texto de Otelo en Canal 9. Nunca supo si fue la cara, la voz o la expresión de la mirada del actor pero algo lo conmovió y se dijo que quería ser como él.
13. Su primer beso llegó a los 12 años, después de un “asalto”, y la iniciativa la tomó ella.
14. A los 13 años empezó a estudiar en el taller de Agustín Alezzo con Lizardo Laphitz.
15. En segundo año del secundario, la profesora de Literatura quiso hacer una improvisación de La isla desierta y lo eligió a él. Actuando delante de sus compañeros improvisó una escena de llanto. Sus compañeros no lo podían creer: “Mirá vos, este pibe que no habla nunca”.
16. A los 16 años en un diario leyó que se pedían chicos entre 15 y 18 años y mandó una foto. De las 2500 que llegaron, seleccionaron 400, de los que finalmente eligieron siete, y Leonardo estaba entre ellos. La película era La noche de los lápices.
17. Fue su primer trabajo profesional. “Ideológicamente me pude comprometer con algo más que con la actuación. Fue un compromiso enorme”. Estaba en cuarto año y ese año se llevó cuatro materias.
18. Luego de la película pensó que lo llamarían de todos lados para trabajar, pero durante mucho tiempo no pasó nada. Algo que lo bajoneó bastante.
19. Un productor lo convocó para ser Diego en Clave de sol, le tomaron una prueba y a la semana empezó a grabar. El programa duró tres años. Nunca más le faltó trabajo.
20. Al principio no sabía qué hacer con la plata que ganaba. Una vez fue con un amigo a Munro a comprar ropa más barata y terminó llevando un montón de cacerolas de aluminio que no servían para nada.
21. En sus comienzos en la tira juvenil no era muy bueno en su rol. Le resultaba violento sentirse observado por un lente y no se podía mover. Las manos se le endurecían y la voz se le aflautaba. Los técnicos lo llamaban “Maderaglia”. El productor le dijo a su madre: “Si este chico sigue así, no va a andar”.
22. Su abuela le grababa los capítulos y él iba los viernes a verlos para ir corrigiendo los errores poco a poco. Esa abuela solía repetirle “¡Que no se vayan los humos a la cabeza, mocosito!”.
23. Aunque Clave de sol no era el programa de sus sueños reconoce que fue un aprendizaje impresionante. También era una época “insufrible” para su familia y para él porque sus admiradoras lo llamaban constantemente por teléfono.
24. Mientras protagonizaba Clave de sol una chica que había perdido a su papá le suplicó estar en su fiesta de 15. Le iban a pagar 500 pesos. Fue con un amigo que lo hizo repensar: nunca pasó a cobrar.
25. Fue novio de Cecilia Dopazo y durante tres años salió con Andrea Pietra. Después conoció a Guadalupe Marín, una artista plástica. Se casaron, fueron papás de Julia, y se separaron en 2017 luego de 16 años en pareja.
26. Lo convocaron par hacer el papel de Gabriel Corrado en Chiquititas, Casi Ángeles, pero no aceptó porque estaba filmando Caballos salvajes. También rechazó ser el galán de Andrea del Boca en Zíngara.
27. Estuvo en dos comedias pasatistas, El gordo y el flaco y Buena pata, que no tuvieron repercusión.
28. En 1991 hizo uno de sus primeros trabajos teatrales, Huérfanos: fue un fracaso comercial. En una función solo fueron cinco personas. “Un poco de bronca me dio. Igual, si alguien te está mirando, sirve”
29. Su papá, Horacio Sbaraglia, es médico psicoanalista y la figura más próxima al hombre que su hijo desea ser.
30. Le gusta la música clásica como Bach, Beethoven, Mozart, Vivaldi, pero también escucha Los Redondos, Fito Páez, Calamaro, Charly y Silvio Rodríguez.
31. Le fascina comprar vinilos. Tiene más de 100. Le gustaría aprender a tocar algún instrumento pero no va a recitales porque se aburre.
32. “Lo que pasa es que veo a la tele, en general, como muy bastardeada. Creo que se trabaja cada vez menos, todo se hace de taquito. Hay también gente con ganas de ensayar, por lo menos medianamente, no con mucha profundidad, por una cuestión estructural y de tiempos”. (VTU magazine, junio, 1993).
33. En 2010, la muerte del ex presidente Néstor Kirchner lo encontró en España. El impacto lo movilizó a escribir una carta a la sociedad argentina que publicó el diario El País. Ese mismo día retornaba a la Argentina y el texto lo escribió en el avión.
34. “No bien llegué dejé las valijas en casa y me fui a Casa de Gobierno. Allí me presentaron a Cristina. Tenía la necesidad de estar. Yo no soy militante peronista, no tengo preferencia por ningún partido, pero coincido con muchas de las medidas que se tomaron en este gobierno”. (Miradas al sur, enero, 2011).
35. Compartió cartel con Robert De Niro en la película Luces rojas. Si bien no le tocaron escenas con él fue muy fuerte conocer al actor que más admiró en su vida. Sí coincidió con Sigourney Weaver y Cillian Murphy, el protagonista de los Peaky Blinders.
36. Varias veces fue a ver a De Niro en el set pero no se atrevió a saludarlo. Un día se puso a conversar con su coach físico que lo llevó al motorhome de De Niro y le dijo: “Este es el actor argentino que trabaja en la película y te quiere conocer”. “Cuando lo vi, me pareció encontrarme con un tipo que conocía de toda la vida. Era como encontrarme con mi padre. Muy simpático, muy conectado”.
37. Filmó Nowhere con Harvey Keitel. Convivían en una finca salteña y en una cena el director le pidió que le cante un tango al actor. Leonardo ns se animaba pero tomó algunas copas de vino. Keitel se levanta y el argentino le dice: “Momentito que voy a cantar”, y arremete con el tango “Los Mareados”. Keitel lo mira y sonríe entonces Sbaraglia se envalentona y mirándolo a los ojos le canta: “Hoy vas a entrar en mi pasado”, mientras le toma la mano, y sigue: “¡Ay mirá lo que quedó!”. Le estampa un beso en la frente a Keitel que remata con un “I love you”. “Lo hice en pedo pero le pude expresar mi amor a ese tipo”, reconoce.
38. “Me hubiese gustado al terminar el secundario, estudiar algo o tomármelo con más calma, no empezar a trabajar tan joven. Pero fue así y por eso probablemente me han pasado muchísimas cosas buenas”. (G7, julio, 2004).
39. Prefiere trabajar en unitarios a tiras por el compromiso que implica estar todo el día grabando durante seis o siete meses.
40. “No me gustan los programas de Cris Morena. Me parece que hace pasar toda la vida por un lado con el cual yo no estoy de acuerdo, por un sitio muy superficial” (Agencia Noticias de Comunicación, noviembre, 1994).
41. Como entrenamiento le gusta nadar y andar en bici. Durante mucho tiempo jugó al fútbol. Si notaba que en su equipo eran mejores pedía ir al arco.
42. Hombre de bien: sostiene que uno de sus grandes orgullos es “poder tranquilo a los ojos a mis amigos y a mi familia”.
43. Si no conoce al interlocutor, le molesta que lo llamen Leo.
44. En 1996 se estrenó en España Caballos salvajes. Cuatro representantes se ofrecieron para trabajar con él. Durante diez años trabajó ininterrumpidamente.
45. Vivió casi ocho años en España, desde 2000 hasta 2008.
46. Hizo Casablanca con Natalia Oreiro, una telenovela que nunca se emitió.
47. “No me siento un sex simbol, no tiene nada que ver conmigo; pero también ¿a qué persona no le gusta ser linda? A mí si me gusta salir guapo en una foto, pero es un juego, otro personaje más”. (El País, noviembre, 2001).
48. Para su papel en Caballos salvajes tomó clases con Joy Morris, pasó varias semanas en distintas financieras, adquirió los mohines de un yuppie, aprendió a cabalgar, a contar billetes y se tiñó el pelo de rubio lo que provocó que se le cayera.
49. “Lo que no hice ni haría es promocionar tabaco o alcohol, porque estaría vendiendo algo en lo que no creo. Yo no quiero dar consejos a nadie -y a mí me encanta el vino tinto-, pero el alcohol destruye. Yo no fumo pero el cigarrillo mata”. (La Nación, enero, 1996).
50. Le encanta el dulce de leche. Se lo lleva cuando va a España pero de la península se trae aceite de oliva.
51. Asegura que cuando encuentre “una historia que quiera contar yo”, saltará el mostrador y se pondrá detrás de las cámaras como director.
52. Es bastante torpe -suele tropezarse- y algo hipocondríaco.
53. “Un país que participó en la desaparición y muerte de treinta mil personas es un país que carga con algo de lo que no puede hacerse el tonto. Hay que seguir pensando”. (Ahora, abril, 2001).
54. A los 43 años logró rendir Química, materia pendiente que le quedaba para terminar el secundario. “En 1987 a la profesora no le gustaba que yo fuese actor y me castigó”.
55. Para mejorar su acento español repitió trabalenguas. Durante la cuarentena propuso el #TrabalenguasChallenge”. En un video recitó sin trastabillar: “Era un cabra ética, palética, pelinpelambrética, pelúa, pelín, pelambrúa, cornúa, con el morro hocicúa. Si la cabra no hubiese sido ética, palética, pelinpelambretica, pelúa, pelín, pelambrúa, cornúa, con el morro hocicúa, no tendría un hijo ético, palético, pelinpelambrético, pelúo, pelín, pelambrúo, cornúo, con el morro hocicúo”.
56. “Algo que tengo en la vida es fuerza de voluntad y capacidad de laburo. Mi trabajo me gusta mucho si hablamos de laburo, pero además si hablamos de fuerza personal: tengo mucha capacidad de reinventarme y tirar para adelante. En general, me da la sensación de que soy más bien un tipo que le pone garra a la vida” (Infobae).
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