El 20 de junio, el marido de Juana Repetto, Sebastián Graviotto recibió el mejor regalo del Día del Padre, el nacimiento de su hijo Belisario. Sin embargo, ya mamá de Toribio, la actriz estaba segura que ese no sería el nacimiento. En sus redes sociales, realizó un relato pormenorizado de todo el trabajo de parto, que incluye hasta fotos y lo relacionó con el nacimiento de su hijo mayor, que había sido “súper respetado, pero también bastante intervenido”.
“Tengo que hacer una intro para ponernos en contexto. Toro nació en la semana 42 post inducción (goteo, oxitocina sintética). Lo que en principio sería un parto sin intervenciones empezó con una intervención súper necesaria, en un ámbito amigable, muy respetado, luz tenue, música, ricos aromas, ducha disponible, pelota, tela, recursos mil y muy buena onda. Fue un parto hermoso, súper respetado, pero también bastante intervenido. Inducción, peri y antibióticos (estreptococo positivo)”, comenzó su relato.
En ese punto, destacó que de aquel 12 de agosto del 2016 tiene “un recuerdo divino”, siempre le “quedó una heridita” por no haber podido tener su “tan deseado parto sin intervenciones” y que por eso al enterarse que sería mamá nuevamente, buscó otra ves un “nacimiento lo más natural posible, como fueron siempre los nacimientos hasta que se empezaron a anteponer intereses personales, de las instituciones, de algunos profesionales, culturales, etc.”.
“¿Mi único miedo? Que el trabajo de parto no se desencadene y necesitar inducción, otro estrepto positivo, tener que recurrir a la institución, etc.. Temía mucho repetir la historia y que una intervención me fuera llevando a la otra. Con lo cual si bien utilicé todos los recursos y me preparé mucho emocionalmente para que todo se dé naturalmente, ese fantasma estaba. Vale aclarar que este equipo me sacó muchos miedos ya que aún que necesitara antibióticos o inducción, no sería de la misma manera que mi primera vez”, dijo.
Luego, comenzó a contar sobre le trabajo de parto propiamente dicho: “Semana 40, yo estaba con casi 4 de dilatación pero sin contracciones de parto. Viene a verme Edith , la partera, pasadita la semana 40 y me hace unas magias naturales muy bellas (véase en las fotos) para ayudar a que el trabajo de parto se desencadene. Ese día decidimos dejar a Toro con mamá y pasar el día en casa los tres (Sebi, Beli y yo) disponibles para el y su nacimiento a ver si la cosa arrancaba”.
El segundo posteo, sigue: “Post magias de Edi, pasamos un muy lindo día con Sebastián. Arrancamos una serie, preparamos juntos la comida, comimos, nos dimos un baño de inmersión, nos vimos unos capítulos en la cama, comimos cositas ricas, pero no había novedades. Tipo 18:30 hs decido ir a buscar a Toro. Sebi no estaba muy de acuerdo, consideraba que si seguíamos en ese mood la cosa iba a arrancar y que un poco lo estaba frenando el hecho de que yo no pudiera estar soltando a Toro del todo. Pero yo convencida de que no quería que se le hicieran tres noches fuera de casa al pedo”.
Entonces fueron a buscar al nene caminado “para seguir ayudando” y antes de que Toro se durmiera, le contó que podría llegar a nacer su hermanito, y que en ese caso, al despertarse estaría con su abuela. Al rato, comenzaron las contracciones y su marido las controló: “No estaba segura de que fueran contracciones de parto (no tenia la experiencia de contracciones de parto naturales ya que con Toro fue inducción). Sebi, miraba y decía: ‘Si, son’”. Más tarde se fueron a dormir.
Tercer posteo: “Nos levantamos tempranito con Toro, Día del Padre. Sebi con mucho amor me vuelve a sugerir quedarnos en casa los dos solos (Beli en la panza) y yo seguía con no pasar tiempo al dope separada de Toro. Sentía que no era el día. Lo noto un poco ansioso a Sebi pero elijo hacerme la boluda y seguir el día normalmente. Ya está, no arranco. La magia no funcionó, arrancará cuando le pinte .En fin, yo que también estaba ansiosa, tenia muchos nervios de cómo y cuando se daría, dónde y cómo nos encontraría con respecto a Toro”.
“Realmente Sebi tiene un punto por que yo estaba muy pendiente de todo esto y no estaba poniéndome a disposición de Beli y su llegada. Pero bueno, era más fuerte que yo. No iba a dejar que estuviese lejos más de lo necesario. Bue, me tomo unos mates y siento las contracciones que había tenido la noche anterior bastante seguido, entonces sin decirle nada a Sebi (pues Zapata) me bajo la app que se había bajado el y empiezo a anotar. Apretaba un botón cuando arrancaban y cuando terminaban pero no chequeaba cuánto había pasado entre una y otra. Solo apretaba, por que aparte me estaba haciendo la boluda y no quería que Sebi vea que estaba chequeando. Un poco de cabeza de tuerca y un poco por qué no quería generarle más ansiedad ya que no estaba segura de que fueran contracciones de parto. Eran seguidas, me daba cuenta, pero muy suaves, sin dolor. Yo creía que si no me dolían no eran de parto”.
“Sebastián insistía en tener un día tranqui pero yo sentía que no tenía mucho sentido, creí que faltaba y quería bajar ansiedades. Propongo ir al asado del Día del Padre, que busque a Lupe (la hija de él) asi se ven un rato y hacer vida normal. Yo veía que Sebi iba a hablar por teléfono lejos nuestro, hablaba con mi mamá y le pedía que le diera una mano con sugerirme hacer algún plan con Toro por qué él estaba convencido de que el trabajo de parto había arrancado”, siguió su último posteo hasta ahora.
“Me escribe mamá y yo les digo que para la tardecita lo llevaba (no quería ni un poco) levantamos campamento y vamos al asado tipo 12:00pm. Estaban los papás y hermanas de Sebi, se ve que me ven medio rara. Me preguntan cómo vengo y yo como si nada les digo que estoy joya, que tengo algunas contracciones muy tranca y que cuando se van estoy 0km. Bueno, no. Me empezó a pasar que en las contracciones necesitaba cambiar de posición, tipo cuclillas o ponerme tipo en L y poner el peso en los brazos, para pasarlas”, dijo sobre le momento que se dio cuenta que la llegada del pequeño era inminente.
Pensando que el trabajo de parto recién arrancaba, decidió actuar, pero no pensó que todo sería tan rápido: “Le digo a Sebi que les de de comer a los chicos y los llevemos así estábamos en casa tranqui y yo podía ponerme cómoda y usar la pelota, hacer las posiciones que necesitara y demás. Mientras en el asado bailábamos y pasábamos un lindo rato (un poco despidiendo panza de querusa). Todo entre contracciones ya algo intensas. Le aviso a Edith”.
“Continuará...”, cerró, dejando la puerta abierta a al menos un posteo más donde cuente cómo fue al fin el parto de Belisario y el momento en que le vio la cara por primera vez y lo pudo tener en brazos.
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