Llega a un ensayo en el Teatro Broadway sin pasar inadvertida. Tiene un tapado de color verde turquesa que deja al descubierto sus piernas larguísimas. Elige un look anticovid muy llamativo: anteojos de sol y un pañuelo multicolor que le tapa la nariz y la boca. Florencia de la V se sienta en una de las mesas de la parte vip mientras su compañero de elenco, Flavio Mendoza, repasa sobre el escenario uno de los cuadros del espectáculo Tres empanadas que protagonizan junto con Juan Pablo Geretto.
Aunque la comedia ya la habían presentando en Carlos Paz y Buenos Aires, los artistas y el equipo de producción trabajan a contrarreloj para que en la función de reestreno todo salga según lo deseado. Durante dos meses los teatros estuvieron cerrados debido a las restricciones impuestas por el Gobierno para bajar los contagios del coronavirus. Y ya es hora de poner la maquinaria nuevamente en funcionamiento.
“¡Parecés Yiya Murano!”, le grita Flavio por la llamativa apariencia que tiene Florencia antes de empezar la entrevista con Teleshow. La capocómica se ríe y asegura estar muy emocionada por regresar a las tablas: “No es solamente volver. Es volver al Broadway, a la Calle Corrientes, con lo que significa para nuestro país: la industria teatral, los compañeros, las pizzerías y todos los negocios. Es emocionante, pero también hay nervios... Estoy contenta de volver con Flavio Mendoza y Juan Pablo Geretto, son dos compañeros maravillosos”.
Con su pelo largo y un vestuario impactante, Flor se mueve en el escenario como un pez en el agua: baila, cautiva al público con su sensualidad, provoca risa y emoción. En un monólogo recuerda diferentes momentos de su vida, como cuando era adolescente y usaba unos rellenos de mijo (un alimento para pájaros) en el corpiño para salir los fines de semana. O el miedo que sentía de ser detenida por la Policía. Más allá de los prejuicios, De la V se convirtió en una popular figura del espectáculo.
A nivel personal, se casó con Pablo Goycochea y gracias al método de subrogación de vientre tuvo mellizos, Isabella y Paul, que hoy tienen nueve años. “Al principio de la pandemia me quedé en mi casa y me fui desarmando, dejé de usar maquillaje. Entonces mis hijos me preguntaban: ‘¿Usted quién es?’. Fue muy gracioso”, relata la actriz, entre risas.
—¿Te considerás una referente para las mujeres trans?
—No sé si una referente, pero sí una luchadora. Hablo desde mi absoluto lugar de privilegio. Les digo a algunas amigas que soy criada en cautiverio porque tuve la posibilidad de trabajar desde muy chica: debuté en el espectáculo cuando tenía 18 años. Entonces hay muchas cosas que no me tocaron atravesar como les pasó a muchas compañeras, a las que lamentablemente la vida les pegó muy duro, porque fueron años difíciles. En plena democracia nos cazaban como si fuéramos animales. Ahora estamos trabajando para la reparación histórica: para que se aplique el cupo laboral trans. Creo que una travesti en un empleo formal siempre les va a dar alegría (a sus eventuales colegas de trabajo). Siempre va a dar algo maravilloso porque las travestis somos estupendas.
Días después de esta entrevista, en el Senado se convirtió en Ley el proyecto de inclusión laboral para la población trans, travesti y transgénero, que garantiza que al menos 1 por ciento de los cargos de personal en el Estado debe ser ocupado por integrantes de esa comunidad. Flor estuvo en la votación, y festejó con lágrimas esta nueva norma. “Estoy emocionada porque les da la posibilidad de adquirir por primera vez en la vida un trabajo formal, vacaciones, acceso a la salud, poder continuar o terminar los estudios primarios, secundarios y terciarios”, dijo en un video que publicó en las redes.
Luego, la artista compartió varias imágenes de esa jornada histórica y contó la alegría que sintió junto a sus compañeras: “Un logro más para nuestra sociedad y la democracia. El gran esfuerzo de las travas y las organizaciones sociales rindió sus frutos y esa cosecha estalló en el canto: ‘¡Al calabozo no volvemos más!’. Mientras cantábamos, gritábamos y nos abrazamos fuerte...”.
La maternidad y la militancia
—En la Argentina fuiste una de las primeras travestis que se casó y tuvo hijos. Hace poco Mariana Genesio Peña dijo que estaba planificando ser mamá con una amiga. ¿Qué pensás?
—¡Lo celebro, me encanta! Hemos demostrado que se terminó la familia tipo. No existe más. Ahora hay tipos de familia que son diversas: papá-mamá, mamá-papá, papá-papá, mamá travesti, mamá trans, papá trans… En algún momento se cuestionaba nuestras maternidades, si podíamos ejercer ese rol tan maravilloso que tiene que ver con el maternar. Había muchísimo prejuicio por estas estructuras binarias, patriarcales, que excluyen la diversidad y las disidencias. Estamos trabajando para demostrarle a todo el mundo que somos personas que tenemos los mismos derechos. Simplemente eso, ni más ni menos: los mismos derechos.
—¿Qué consejos le darías a Mariana?
—Que siga su corazón. El corazón te guía: es lo más importante que pueda tener el ser humano. El corazón es lo que puede mover el mundo; el amor. Como decía nuestra querida Lohana Berkins: “El amor que nos es negado tiene que ser lo que nos dé impulso para cambiar al mundo”.
—¿Tus hijos, cómo están?
—Están muy bien. Estamos con el papá, conteniéndolos, porque fue muy difícil al principio: obviamente, lo presencial de las clases es esencial para ellos. Es importante para su psiquis, es importante para hacer amigos. Todos esos momentos maravillosos que tiene el colegio los extrañaron muchísimo y ahora están volviendo de a poco, disfrutando.
—Sos actriz, comediante, vedette y mamá. ¿Te animarías a tener un cargo político?
—No sé si me animaría... La verdad es que no lo he pensado. Estoy trabajando con diferentes organizaciones de derechos humanos. La verdad es que lo disfruto, trato de aportar mi granito de arena. Como mamá hay muchas cosas que me preocupan, muchas cosas que me inquietan, muchas cosas que hoy por hoy me dan alegría como (la ley) del cupo laboral trans, que es tan importante, la igualdad para una sociedad para todas las ciudadanas y ciudadanos. Desde ese lugar, me parece que la política sirve para transformar, sirve para cambiar vidas, para mejorar un país. Entonces, si así tiene que ser, será...
—¿Alguna vez te ofrecieron algún puesto o cargo?
—Hace bastante tiempo, sí… Antes sentía que la política o la militancia era para otro tipo de personas. No sé por qué, creía que no estaba capacitada. Después me di cuenta de que tengo muchísimo para decir, muchísimo por qué luchar, sobre todo siendo una mamá travesti que tiene que enfrentarse constantemente a muchos prejuicios, a muchos estereotipos que queremos derribar. Por eso estamos luchando, para que la ESI (Educación Sexual Integral) se aplique en todas las escuelas. Es una ley nacional que a pesar de que es obligatoria, no se aplica. Estamos trabajando para que se implemente, para que haya más justicia social, para que haya más diversidad. Estamos trabajando siempre.
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