Las aventuras de Jim West: todas las curiosidades detrás del delirante agente secreto del lejano oeste

Antes de que James Bond estuviera al servicio de su Majestad, hubo un espía con armas originales y aventuras disparatadas trabajando para el presidente de los Estados Unidos

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El primer agente secreto de un western

Jim West fue una serie de la década del 60 que, a su manera, representó a la perfección toda la libertad estética de aquellos años y la evolución de los géneros tradicionales. Cuatro temporadas y un total de 104 episodios la convirtieron en un programa de culto que no fue cancelado por falta de audiencia, sino por una de las campañas contra la violencia en televisión de aquellos años.

Jim West (Robert Conrad) recorre el oeste norteamericano junto a su compañero de aventuras Artemus Gordon (Ross Martin) trabajando como agentes secretos al servicio del presidente de los Estados Unidos, Ulysses S. Grant. La serie mezcla algunos detalles de la historia real con las fantasías más delirantes y absurdas. Sin duda está marcada por el agente más exitoso de aquellos años: El británico James Bond. Pero de los muchos competidores que tuvo 007, Jim West es el que mejor logra distanciarse y crear un universo propio. Está tan cerca de James Bond como de Batman.

Antes de que se acuñara el término steampunk, la serie mostraba adelantos científicos del siglo XX ubicado en un imposible contexto del siglo XIX. El mundo tecnológico del futuro mostrado en el pasado en una fusión que hoy es mucho más habitual. Una mezcla de agentes secretos con películas del far west con la literatura de Julio Verne. La serie, por supuesto, tenía mucho sentido del humor. El delirio era tan divertido como ridículo. Pero de alguna manera todos esos elementos lograban combinarse de forma adecuada.

Títulos de apertura de "Las aventuras de Jim West"

Jim West boxeaba, hacia artes marciales y era un experto en todo tipo de armas. Artemus Gordon era un maestro del disfraz. En muchos aspectos recordaban también a Sherlock Holmes y el Doctor Watson. El dúo tenía mucha química y aunque se mencionó varias veces el homoerotismo contenido de la serie, lo cierto es que West era un mujeriego que siempre encontraba una nueva chica en cada episodio, bien al estilo de James Bond.

Cualquier cosa podía pasar en la serie, eso se estableció desde su creación. Nada era tan absurdo como para quedar afuera. Tuvo una larguísima lista de villanos invitados y actores famosos, o rumbo a serlo, a lo largo de sus cuatro temporadas. Varios villanos de la serie Batman estuvieron también acá haciendo algún papel. También hubo un claro espacio para los afroamericanos y es un verdadero lujo ver a un muy joven Richard Pryor y a Sammy Davis Jr. en algún episodio. Pero el villano principal y recurrente fue Miguelito Loveless, interpretado por Michael Dunn. Un archienemigo enano que planificaba innumerables maneras de vencer a Jim West.

Si el villano era pequeño, hay que decir que Robert Conrad era menos alto que el promedio de actores protagónicos de televisión. Un metro setenta y dos hacía que las actrices invitadas al show no pudieran medir más que esa estatura, para no complicar los rodajes. Conrad, por otro lado, no quería usar dobles y se esforzó mucho por aprender a boxear y hacer las peleas él mismo. Esto le costó más de una lesión en los años que duró la serie.

Las aventuras de Jim West
Las aventuras de Jim West

En el año 1999, Will Smith protagonizó la versión cinematográfica de la serie, pero el fracaso fue absoluto. No lograron reproducir el estilo y la diversión que tuvo la serie original. Ni Kevin Kline como Artemus Gordon, ni Kenneth Branagh como el villano pudieron salvar a la película del desastre. El espíritu juguetón de la década del 60 se había perdido en el camino y nadie supo cómo recuperarlo.

Jim West, un James Bond del oeste, fue osada en muchos aspectos. Por momentos se animaba al surrealismo absoluto con episodios que no parecían transcurrir en el mundo real. Jugaba con la ciencia ficción y el terror. En un capítulo incluso aparece el LSD, una droga de moda en aquellos años, pero de ninguna manera presente en la televisión. Toda la serie parecía pasada por ácido en más de una ocasión, pero hacerlo explícito trajo algunos revuelos importantes. La secuencia de títulos, una especie de historieta animada era también un guiño a la lógica de las historietas. Jim West: una de las series más originales de todos los tiempos.

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