“Montar o comer animales, entre otras cosas, no tiene nada que ver con amarlos”, fue uno de los tantos comentarios reprobatorios que recibió Wanda Nara en uno de sus últimos posteos de Instagram. Como suele hacer habitualmente, la esposa de Mauro Icardi decidió compartir con sus seguidores el regalo que ella y su marido le habían hecho a su hija Francesca, de 6 años de edad. ¿De qué se trataba? De un caballo blanco con manchas negras de la raza conocida como appaloosa, que se vende en el mercado a un valor aproximado de 20 mil dólares y que, por lo que ella misma mostró en fotos y videos, había sido concebido cual si fuera un juguete para la niña.
Acompañando una secuencia de fotos con el equino, Wanda escribió: “La pasión de Francesca por los animales me emociona. A su familia de animales se suma su nuevo caballo, que le regalé con tanto amor como el de ella por los animales. Tenemos en la medida que podemos incentivar los sueños y gustos de cada niño. Para que de chicos sumen experiencias que recordarán con amor cuando sean adultos. Hermosos día de cabalgata con Fran e Isi (que sigue los pasos de su hermanita)”.
Pero la realidad es que, lo que se veía en las fotos, era un animal atado y triste. Y, junto a él, había un domador con una fusta en la mano con la cual lo amedrentaba. De hecho, a la publicación, la mediática le sumó un video en el que se ve cómo otro caballo es obligado a correr en círculos con el único fin de divertir a la criatura. Y esto desató una catarata de comentarios negativos por parte de los que saben que el amor por todos los seres no tiene nada que ver con este tipo de explotación.
“Wanda, sos divina. Me encantas tu y tu familia. Bendiciones para ustedes. Pero la verdad es que los animales no son cosas para divertir a los demás, así sean niños. Nada más basta ver la mirada del pobre caballito. ‘Que todo lo que tenga vida sea librado de sufrimiento’. Buda”, fue lo que escribió una usuaria. Otra, en tanto, señaló: ”Está bueno replantearse si ese amor es traducido como bienestar y libertad para el animal. Un caballo no se debería ‘regalar’ así como no se regala un ser humano, porque no es un objeto, una cosa. Un amor verdadero sería verlo en libertad, no montándolo”.
Sobre el video en el que se ve a la pequeña practicando equitación, otra seguidora hizo un análisis más profundo. “Linda imagen para la pibi que ama los animales, cuando se de cuenta que el loco amenaza al caballo con un látigo para que corra en círculos y que ella se divierta. Más que una experiencia que va a recordar con amor, se va a querer cortar los ovarios de haber sido causante y demandante de esto. Estaría bueno que pueda montarlo sin estar obligado y amenazado a caminar en círculos y, si no, simplemente que lo vea libre. Justamente, son animales, no juguetes. Enseñale valores. Enseñale que a los animales se los respeta, no se lo usa, no se los come, no se los explota”, reflexionó.
En la misma línea, otra persona agregó: “Se llama maltrato animal someter a un caballo de esta forma. ¿Cuál es la experiencia de amor? Una persona arriba de un animal y que lo haga girar atado a una soga”. Y, entre muchos otros comentarios, otro seguidor explicó: “Los animales no están para satisfacer gustos. Amarlos es respetar sus necesidades y naturaleza. Los caballos de carrera o de polo sufren, terminan exhaustos para lograr objetivos que son del hombre y no de ellos. Aunque sean caballos de salto se los está obligando a hacer algo contra su voluntad. Y ni hablar de lo que vale comprar un buen ejemplar, por supuesto que para ‘lucirse’ como si se tratara de una nueva cartera. A los niños hay que enseñarles a amarlos de otra manera, no usándolos para un deporte o esparcimiento”.
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