Pasaron cuatro meses, 15 eliminados, 83 programas y una lista infinita de sensaciones. La segunda temporada de Masterchef Celebrity empezó a definirse con una competencia muy pareja, que dejó todo el suspenso para este jueves. Georgina Barbarossa y Gastón Dalmau pusieron todo en el menú de tres pasos, pero las cocinas más famosas del mundo quedaron en pausa y esta noche se conocerá el nombre del ganador o ganadora.
Con una gran expectativa, el conductor Santiago del Moro presentó a los finalistas. Primero ingresó Georgina, que dejó las pelucas que la acompañaron durante el certamen, aunque no se olvidó del humor: “Hoy vine disfrazada de una actriz muy simpática y dientuda”, bromeó mientras se acomodaba el cabello y combatía los nervios. “No pude parar de crecer y estudiar. Este programa me salvó la vida”, agregó.
Luego fue el turno de Gastón, que ingresó a paso veloz y sonrisa imborrable. “Fue un largo camino, animarme a cocinar. Se me hizo una rutina y soy una persona que no para”, señaló el ex Casi Ángeles, que recordó cuanto le había costado tomar la decisión de unirse al certamen.
Vestidos con una chaqueta de chefs profesionales, los finalistas tuvieron el último frente a frente donde demostraron el espíritu de la competencia: “Te amo. Sos mas que una tía, una madre. Me cuidaste, te amo. Para mí, ya ganamos los dos”, señaló Gastón. “Te amo, te quiero, nos reímos y lloramos desde que llegamos a la mañana. Sos genial”, devolvió Georgina, antes de chocar los puños y volverse adversarios por noventa minutos.
En disposición coral, el jurado trajeado de gala anunció los pasos a seguir: “Es un duelo que nos tienen que sorprender con sus sabores y su pasión”, presentó Germán Martitegui. “Lo que no cambia es la presión del tiempo: Tendrán 90 minutos para cocinar tres platos con los que se tendrán que lucir”, agregó Donato De Santis. “Van a tener tres minutos para ir al mercado y preparar los tres maravillosos platos. Pero tengo una buena noticia: el mercado va a estar abierto los 90 minutos”, alivió Damián Betular.
Para la gala final hubo una larga lista de invitados. Primero entraron el resto de los participantes de la segunda temporada, con excepciones como la de Alex Caniggia, ausente con aviso luego de su escandalosa salida. Después fue el turno de tres acompañantes para estimular anímicamente a los finalistas. Gastón recibió a tres amigos de su infancia en Coronel Suárez. Georgina a dos amigos de la vida y a su sobrina. “Mis hijos me recontra bancan, pero son fóbicos a la television”, los exculpó. Por último, ingresaron Claudia Villafañe y Analía Franchín, campeona y subcampeona respectivamente de la primera temporada. Tuvieron un minuto con cada participante para compartir sus sensaciones del haber estado ahí. El último inflador anímico antes de la cuenta regresiva.
Cada finalista tuvo la posibilidad de elegir los tres pasos de su menú. Georgina fue por un salmorejo blanco de uvas y almendras, un solomillo de tierra y mar como plato principal, y de postre, una natilla al vinagre. Por su parte, Gastón optó por un carpaccio de langostinos con emulsión de tomate, tartar de palta y pickles de sandía como entrada; un abadejo con croute de pistacho, salsa de cítricos y crema de hinojos de plato principal y una pavlova con curd de limón y frutos rojos
Mientras los participantes dejaban todo en cada paso, en el fondo cada uno de los invitados jugaba su propio partido, alentando a cada uno y respetando al otro. No había un clima de clásica rivalidad, más bien un espectáculo en el que nadie merecía perder. Más allá de algunas preferencias bien marcadas -Cande Vetrano por Gastón; Dani La Chepi por Georgina- había respeto por cada finalista.
Con la adrenalina a niveles inéditos, el reloj se acercaba a los ‘90 minutos y el partido llegaba a su fin. “Miro los tres platos y me siento conforme”, resumió Gastón, satisfecho con su preparación y más holgado con su tiempo. “Parezco Pepita la Pistolera”, apuntó Georgina, algo más ajustada y disparando a dos manos para finalizar la natilla. En eso estaba cuando llegó la última cuenta regresiva, que inició del Moro y siguieron todos los presentes en el estudio. Al llegar al cero, Gastón y Georgina se fundieron en un abrazo y terminaron agotados en el piso. Habían dado todo y ya no dependía de ellos, sino de los tres hombres de etiqueta que hoy degustarán los platos y determinarán quién se lleva el trofeo.
SEGUIR LEYENDO: