Las cocinas más famosas del mundo se encenderán esta noche por última vez. La segunda temporada de Masterchef Celebrity baja el telón con dos finalistas tan sorpresivos como indiscutidos. Georgina Barbarossa y Gastón Dalmau comenzaron el certamen con perfiles bajos, lejos de los personajes de alto impacto y de los mejores cocineros, pero casi sin darse cuenta se encontraron ahí, con la final a la vuelta de la esquina.
Esta noche estarán frente a frente en busca del premio que en la edición anterior obtuvo Claudia Villafañe. Enfrente, un jurado integrado por Germán Martitegui, Damián Betular y Donato De Santis que redoblará su exigencia para evaluar a sus participantes. Del otro lado, todo un país -como gusta decir al conductor Santiago del Moro- pendiente de cada uno de sus pasos. En el salón, dos hinchadas de familiares, amigos y ex compañeros de un viaje que ya lleva cuatro meses y que se aproxima al punto de llegada. Un camino de diferentes atajos y estrategias, pero con un destino común y un objetivo en disputa.
La tía que todos quisieran tener
De entrada, Georgina Barbarossa demostró que su fuerte iba a ser una cocina de estilo casero y familiar, basada en saberes ancestrales, de esos que no se encuentran recetarios ni blogs sino que viajan según la tradición oral. Su carta de presentación fue el salmorejo, un plato que desconocían los tres jurados y que traía una historia personal. “Es un homenaje a mi tío Jorge. Republicano, que en al Guerra Civil Española estuvo 18 años preso. En Europa, cuando no tenían plata, usaban el tomate y el pan viejo, lo trituraban y hacían esta sopa fría. En el gazpacho se pone agua y el salmorejo es bien bien espeso”, explicó la actriz ante la sorpresa de los chefs.
“No me arriesgo a platos mas complicados”, dijo la concursante, acorde a los tiempos iniciáticos de la competencia, cuando todo era aprendizaje y confianza. “Estoy conmovida, emocionada”, dijo tras la devolución, casi entre lágrimas. Esa conexión con las raíces, con los aromas de la infancia y los saberes de la abuela, fueron su manual de estilo para hacerse fuerte en el certamen.
Por fuera de las cámaras, su personalidad extrovertida y simpática la trasladó al grupo de WhatsApp de los participantes, ese ámbito en el que se forjan amistades y se tejen alianzas y conspiraciones. “Yo charlo mucho y pregunto cómo va un grupo, cómo va el otro. Hablamos de comida y nos tiramos datos”, señaló Georgina, que ya desde ese entonces era conocida como “la tía”. La ex Movete pareció llevar la voz cantante en la salida de chicas que unió a las mujeres de la competencia en un encuentro fuera de programa. Su celular es el que toma las imágenes, su palabra es la que ordena y todas parecen hacerle caso.
En la cuarta gala de eliminación estuvo en la cuerda floja, pero el jurado eligió a Flavia Palmiero para abandonar el certamen. Desde entonces, su actuación fue sólida, con algunos muy buenos platos, algún que otro tropiezo, y siempre con la espontaneidad y la diversión como forma de entender el juego. Supo reinventarse gala a gala con sus looks inspirados en grandes personajes del espectáculo y mostró toda su gentileza, siempre dispuesta a dar un consejo o unas palabras de ánimo. Y en los momentos de mayor tempestad, se las ingenió para mantener la calma, herramienta clave, quizás la más importante, para consagrarse en el certamen.
El ángel que bajó del norte
Luego del éxito de Casi ángeles, Gastón Dalmau se fue a probar suerte a Estados Unidos. Allí vivió siete años y se dio el gusto de trabajar con figuras como Scarlett Johansson. En 2019 volvió al país y dos años después volvía a protagonizar un mega éxito televisivo, aunque su primera vez en el certamen fue en forma de meme. Tuvo que cocinar en dupla con Sol Pérez, fueron los peores de la gala y las redes sociales no se lo iban a perder. No solo ridiculizaron sus aptitudes culinarias, sino, sobre todo, los compararon con la celebre muñeca Barbie y su novio Ken.
No pareció la mejor carta de presentación, pero a la vista resultó un bautismo con suerte, porque ambos estuvieron entre los tres mejores de la competencia. Con perfil bajo, Gastón construyó su camino lejos de las polémicas, abriendo siempre su costado más sensible, concentrado en aprender y progresar y en una batalla permanente por dominar sus nervios. Debe tener el récord de litros de transpiración derramados en todas las ediciones de Masterchef. También tuvo sus cruces con Germán Martitegui, algo que a cualquier alma por más zen que sea no está libre de experimentar. Y construyó una relación alumno maestro con Damián Betular, cimentada en base a sus facilidades para la pastelería, llena de complicidades y algún que otro paso de comedia.
Con Cande Vetrano, su ex compañera de Casi Ángeles, vivieron la competencia juntos y a la par. La tira creada por Cris Morena estuvo presente a lo largo del ciclo, ya que fueron invitados algunos de sus protagonistas, como Lali Espósito o Nico Vázquez, que no tuvo la mejor experiencia al probar un plato de Gastón. Y cuando hubo que elegir una compañera para cocinar, Gastón convocó a Rochi Igarzábal, y aunque no les fue bien en el desafío, sirvió para seguir cultivando la amistad.
Pero con Cande la cosa fue más allá. La competencia nunca puso en duda la amistad, sino que la reforzó. En las instancias finales del certamen, la actriz no podía sacar su pizza de la parte más profunda del horno. Nadie parecía escuchar sus súplicas, hasta que se acercó su ex compañero en Casi Ángeles. “¿No me querés hacer cocochito?”, le preguntó ella como si estuvieran en un capítulo de la tira de Cris Morena. Él la levantó con sus dos manos, mientras ella buscaba el alcance suficiente para traer la asadera con la espátula. “No me muevas”, le imploró nerviosa, hasta que luego de un par de intentos, logró su cometido.
Gastón demostró todo su amor por su amiga en el momento de la eliminación, cuando la actriz fue eliminada, con las lágrimas en su rostro brotando sin parar. “El es re sensible”, dijo la actriz. Tener a un amigo ahí adentro, poder compartir todo lo que nos pasa y ser cómplices, es lo más. Me gustaría que llegue a la final”. Este deseo se le cumplió.
Inesperados para algunos, sorprendentes para otros, entendiendo la manera de jugar y jugando el mejor juego posible, Georgina Barbarossa y Gastón Dalmau se midieron en la gran final de Masterchef Celebrity. Seguramente, muy pocos hayan apostado por ellos a comienzos de la competencia, pero nadie puede decir que sea inmerecido. En la gala de cierre, como en el resto de las galas,, dejaron todo en las hornallas, cada uno a su manera, con sus estilos parecidos y diferentes que les permitieron llegar hasta aquí. Ya hicieron todo lo que tenían que hacer y el destino no está en sus manos.
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