Para ser padre hay que cumplir un rol. No basta con engendrar a un hijo: hay que criarlo, cuidarlo y quererlo. Y, por eso, muchas veces el progenitor de una persona no llega nunca a ostentar ese título. Por eso, en la edición de este viernes de Polémica en el bar, por América, Nazareno Mottola decidió dejar de lado por un momento el humor y, desde su personaje de El Trapito, se puso en la piel de quienes este domingo no tendrán nada para festejar.
Después de escuchar sus tradicionales chistes, Mariano Iúdica se dirigió al personaje, vestido con su clásica camiseta de la selección argentina, y le preguntó: “Este domingo es el Día del Padre. ¿Qué va a hacer?”. “Yo la verdad que tengo ganas de que sea lunes ya, porque yo no tengo papá. Mi papá vino, hizo lo suyo y se fue. A mí no me quiso conocer. Así que yo, el Día del Padre, no festejo. No me gusta. Yo me crie en la calle y aprendí como pude, a los golpes. El amor de una familia a mi me lo contaron, porque yo no lo viví”, comenzó diciendo Mottola.
Después de que el conductor lo invitara a sentarse, el actor continuó metido en su papel: “Yo capaz que me lo cruzo a mi papá por el barrio. La verdad que yo no lo conozco. De chico esperaba que un día, aunque sea, me puedan adoptar. Pero ahora ya estoy más grande, pasó el tiempo...Y bueno, ya no lo espero más. Por eso siempre vengo acá, al canal. Yo de chiquito soñaba con ser famoso. Me encantaba. Porque, por ahí, en una de esas un día me veía por la tele y quizá, cuando salía del canal me lo encontraba en la puerta. Y quizá me invitaba a tomar un café o a comer un sandwich. Ya pasó mucho tiempo. Pero yo igual sigo viniendo al bar y sigo esperando. Porque en una de esas un día se me da”.
En ese momento, Alejandra Locomotora Olivera, invitada al programa, le dejó en claro que ser padre era otra cosa y que no tenía que preocuparse por “esa porquería” que lo abandonó. Pero Mottola siguió con su relato. “Los papás también se pueden equivocar. Yo cuando me acuesto siempre pienso. Y muchas veces hasta sueño. Cierro los ojos y empiezo a pensar cómo será. Si mi papá es parecido a mí, de qué trabaja...¡Quizá es trapito como yo y yo soy parecido a él! Cuando me estoy quedando dormido, a veces sueño que él viene, se me acerca, me da un beso en la frente y me tapa con una frazada para que no tenga frío”, dijo.
Y continuó dirigiéndose a Iúdica: “Por ahí vos te preguntás pro qué yo vengo acá y cuento esto. Porque por ahí vos no te das cuenta, pero yo siento que para mí vos sos el papá que yo no tuve. ¿Viste que los papás cuando ven a los hijos siempre se ponen contentos? Y vos, cuando me ves, siempre te ponés contento. Y me festejás los chistes, me das buenos consejos...Y a veces te enojás también porque te saco la plata. Pero vos me pegás una palmada en el hombre y me decís: ‘Dale, pibe, que vos podés’. Y por ahí es el único gesto de cariño que recibo en todo el día”.
Finalmente, Mottola hizo una reflexión sobre los miedos de ser padre sin haber tenido el ejemplo de uno. Y, mirando a cámara, aseguró: “Por eso vos, si tenés un papá, este domingo decile ‘Feliz Día del Padre, abrazalo y dale muchos besos. Y si no lo tenés, llevale una flor donde esté o, simplemente, recordalo con la mirada con la que él te miraba a los ojos. Yo sé lo que te digo. No te preocupes más por la plata, porque no me puedo comprar algo o no puedo pagar tal cosa. Si vos tenés un papá, vos ya sos millonario. Haceme caso”.
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