Mar Tarrés sufrió un bajón de presión al costado de la pista en La Academia: “Me faltaba azúcar”

La influencer no entró a bailar y en la espera debió ser atendida por el personal médico del programa de Marcelo Tinelli

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Mar Tarrés con su perrita,
Mar Tarrés con su perrita, Xuxa (Foto: Franco Fafasuli)

Fue un rato después de que empiece el programa, mientras Luciana Salazar y su hija Matilda, se divertían en la pista de ShowMatch. Y aunque pasó desapercibido para la mayoría de los que estaban en el estudio, el bajón de presión de Mar Tarrés no fue pasado por alto por Teleshow que vio los movimientos detrás de escena de los bomberos, los productores del programa y el médico, doctor Vicente Labonia, que siempre está en el estudio. “Sentí como si… No sé si fue hambre… Porque yo tengo hambre y me desmayo. Me bajó la presión… No sé... Me caía mal”, contó la influencer en charla con Teleshow, una vez terminado el programa y después de que no haber entrado a la pista de La Academia, el certamen del programa de Marcelo Tinelli.

El bajón de presión había ocurrido fuera de la pista, entre un costado del estudio central –donde los participantes esperan su turno para pasar al centro– y el detrás de escena del programa que se graba en los estudios Baires, en Don Torcuato. Sin ser captado por las cámaras, pero generando corridas entre el equipo de productores del programa, Mar Tarrés –que estaba con su perrita, Xuxa– no llegó desmayarse, pero debió ser asistida y estuvo un rato fuera del sector de espera para participantes, al costado de la pista.

Mar Tarres habló de su bajón de presión

Una vez terminado el programa, luego de quedarse afuera por falta de tiempo y de que bailaran Luciana Salazar con Jorgito Moliniers, El Polaco y Barby Silenzi, Viviana Saccone y Ernesto Díaz, y Barby Franco y Gabriel Rentería, ya repuesta y sonriente, la influencer y activista body positive contó en detalle qué era lo que le había pasado. “Me siento mejor. Contenta de que no entré y puedo ensayar más hasta el martes”, aseguró. Entonces habló de las razones. “No había comido nada en todo el día. Está mal. Me desperté. No desayuné. Salí a trabajar. No tuve tiempo de almorzar. Me vine para acá. Y en el momento que me iba a ir a comprar un tostado al bar, ya tenía que estar en el piso”, repasó en relación a lo que la llevó a estar a punto de desmayarse.

Mar Tarrés (Foto: Franco Fafasuli)
Mar Tarrés (Foto: Franco Fafasuli)

“Yo pensaba: ‘con 120 kilos que no coma un día, no me va a hacer nada’. Y evidentemente sí. Me empezaron a dar cosas para comer y levanté. Un caramelito, una bebida energizante y varias cosas. Me vieron los médicos y me tomaron la presión. Era hambre”, apuntó Mar y entre risas agregó fiel a su estilo: “La gorda tiene hambre y decae”. Entonces agregó: “No me pasaba hace años. No sé si me paso alguna vez en la vida... Es que nunca no como. Me faltaba azúcar. Ahora me siento bien y genial que no bailé. Todos se quejan de no entrar. Pero yo estoy feliz de hoy no haber entrado porque son más días para ensayar”.

Mar Tarrés tras el bajón
Mar Tarrés tras el bajón de presión (Foto: Franco Fafasuli)

Hace unas semanas, Mar había hablado con Teleshow acerca de su vínculo con la comida. “En mi casa no se compraba azúcar, golosinas… Todas las bebidas eran dietéticas. La leche siempre descremada. Es que yo era una beba obesa. Entonces mi mamá se obsesionó por miedo a que yo fuera como mi papá, que era obeso mórbido. Me prohibió todo. Y pasé mi adolescencia sin comer en público, aunque lo deseaba. Iba al recreo con una fruta y la de al lado tenía un pebete y la otra, un alfajor. Yo me moría por una golosina. Entonces me escondía para comer. Mi vergüenza principal era que no me vean comiendo”.

Además en aquella oportunidad reflexionó: “Mi liberación empieza a mis 18 años, cuando muere mi papá, que pesaba 350 kilos. Luchó mucho contra eso. Se murió derrotado por la enfermedad, pero sin bajar los brazos. Hay un error de concepto: que el gordo es gordo porque no se cuida. Y no sabés todo lo que hay detrás de esa persona gorda. Todos los tratamientos que lleva hechos. Es una enfermedad que muchas veces te termina ganando, como a mi papá… Suena inexplicable que alguien llegue a pesar tanto. Por eso tras su muerte yo empecé mi construcción y mi activismo en body positive. Al principio era una locura pensar que podía existir un colectivo de gente gorda”

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