“No me la banqué más”, dice Puli Demaría a corazón abierto sobre su decisión de no ser mediática. Entonces, el año pasado rechazó participar del Bailando (que no llegó a realizarse debido a la pandemia) y renunció a Pampita Online para no exponerse en televisión. En una entrevista a Teleshow, la empresaria de 44 años contó que el avance del coronavirus la obligó a rearmarse: no pudo trabajar más como DJ ante la prohibición de las fiestas. De esta manera, enfocó todas sus energías en la creación de su propia línea de zapatos.
Más allá de lo laboral, su rol más importante es la crianza de sus cuatro hijos. Durante años luchó por ser mamá: perdió cuatro embarazos por trombofilia, una enfermedad que genera propensión a desarrollar coágulos sanguíneos, lo que puede generar complicaciones en el embarazo y hasta la pérdida. Sin embargo, Puli nunca abandonó su sueño de formar una familia. “Desde muy chiquita quería ser mamá, ya con mis perros era mamá. Era algo que me venía de las entrañas. A todo le meto garra, con esfuerzo y trabajo las cosas se logran, nunca me rendí”, explica la mamá de Sylvestre (17) y Santos (14), fruto de su matrimonio con Matías Corti Maderna, quien murió en 2016. Luego, rehízo su vida con Marcelo Chule Bernardo, el padre de sus dos hijos menores, Félix (11) y Florián (9), aunque se distanciaron en 2020 en buenos términos después de 15 años de relación.
—¿Por qué te alejaste de la televisión el año pasado?
—No es la vida que yo quería. Yo soy lo que ves: no tengo piel de televisión. Me ha pasado que mucha gente me decía: “Sos tan transparente”. No tengo esa capacidad de darme cuenta o discernir cuál es el juego mediático y cuál es la vida. Para mí todo comentario era un ataque, y sinceramente me afectaba a mí y a mi familia. No me interesaba salir a decir en la televisión: “Esto es verdad y esto no”. Me dolía y me lastimaba que personas que no me conocían estaban emitiendo un juicio de valores sobre mí. Es espantoso. ¿Y sabés qué me pasó? No me la banqué más y dije: “Yo no soy esto”. Estoy acostumbrada a llevar alegría, que era lo lindo que me gustaba hacer en el programa de Caro (Ardohain). En la televisión uno tiene que pensar y procesar qué va a decir. Yo era una bestia, y después el precio era muy alto.
—Se habló mucho de tu ausencia en el baby shower de Pampita: que estaban peleadas, que había internas entre el grupo de amigas…
—No fui al baby shower de Caro porque se lastimó mi hijo. Le avisé y listo, chau. No es un problema, es una boludez. Pero me sorprendió que en un programa de televisión hablaran dos días de esto. Te soy sincera: ¿a quién le importa saber si Puli Demaría fue o no al baby shower de Caro cuando tenés un país y un mundo que se está prendiendo fuego? Me da vergüenza que se hable y que se den hipótesis sobre mi vida personal y privada. ¡No quiero eso! Yo siempre fui de resguardar y cuidar mi amistad con Caro, de mantenerla en privado. Las veces que nos vemos no estoy todo el tiempo haciendo una selfie. No necesito mostrarle a nadie que tenemos una amistad. Somos amigas hace más de 20 años y nos acompañamos en momentos muy duros.
—¿Te molestaba tener la etiqueta de ser “la amiga de Pampita”?
—Me empezó a pesar… Gracias a Dios tengo un montón de amigas; ella no es mi única amiga. Soy DJ, tengo un trabajo que amo: le puse música a los Rolling Stones, al Príncipe de Mónaco, pude hacer las mejores fiestas acá, trabajé para grandes marcas. Mi trabajo era de hormiga y prefería que se me reconociera por eso… Ojalá mi línea de zapatos encante y digan: “¡Qué buenos son, qué buena horma!”. Que se me conozca más por eso, no por ser la amiga de Pampita. Es un papelón. ¿Qué es, cómo un título? Caro genera una cosa con la prensa que es espectacular. Haga lo que haga siempre se habla de ella. Me parece maravilloso. Es una mujer que se hizo sola: a Carolina nadie le regaló nada. Es muy valorable lo que ha hecho y la mujer en la que se ha convertido. Su programa lo lleva increíble, cómo entrevista. ¿Por qué no puede hablarse de todo eso, que es increíble? No, hay que buscarle el pelo al huevo, una cosa negativa. También me impresiona que muchas críticas vienen de mujeres. En Instagram, yo siempre recibía comentarios negativos de mujeres.
—Después estuviste entrenando a full para el Bailando y de repente renunciaste. ¿Qué pasó?
—Tuve la suerte de nacer en los Estados Unidos, de estudiar ahí y también acá. Mi pasión es la actuación y estudié teatro. Iba a ver ballet y espectáculos desde chiquita. Después lo pude vincular con la música. En los últimos años hice obras en Microteatro y era genial. Es teatro under, muy a pulmón. Siempre fui fan del Bailando y me gustaba la posibilidad de estar en un escenario y aprender de baile. Pero con los años se fue transformando, dejó de ser algo de baile, y empezó a tener mucho más peso la persona. Me convocaron para el Bailando a fines de febrero de 2020. Después cayó la pandemia. Ahí sí prioricé mi amistad con Pampita. Ella siempre hacía el chiste de que me iba a poner todo 10, pero después iban a intentar buscar algo que pueda generar cualquier tipo de situación que yo entendí que no iba a poder manejar. Y no iba a hacer el papelón de largarme a llorar en televisión. Cuando yo les digo que no, me dicen: “Si te preparaste todo el verano”. A mi hijo mayor no le gustaba y me decía: “Mamá, no te podés exponer a eso porque no tenés esa piel”. Hay que escuchar cuando tu hijo te dice: “Vieja, esto no me gusta”. En mi caso, tuve una historia muy difícil para tener hijos: perdí a cuatro bebés, a uno lo parí en mi casa, no me fue fácil. Tengo trombofilia y tuve que hacer tratamiento, (fecundación) in vitro. Entonces soy una agradecida de tener a mis hijos. Realmente para mí ellos son mi prioridad y también gracias a Dios les encanta que su mamá sea DJ, les encanta que haya música siempre en la casa.
—¿Cómo te afectó no poder trabajar como DJ por la pandemia?
—Fue el gremio más golpeado, con el de los eventos. Es gravísimo. Los bares y restaurantes pudieron abrir. Habíamos presentado eventos con protocolo y burbujas. No solo afecta a los DJ, sino también a los iluminadores, sonidistas, a los caterings, a los salones. Ya pasó más de un año y no hay perspectiva para nosotros con nuestro trabajo. Es desesperante. Yo venía hace tres años con el proyecto de crear mi propia línea de zapatos. Hice cursos para aprender y entender cómo se hace un zapato, porque si quiero hacerlo tengo que entender de qué están hablando. El año pasado dije: “Llegó el momento”. Tengo un país que amo y tengo algo que me encanta, es otra salida. La vida de DJ en algún momento caduca: no sé si van a querer tener a una mina de 60 años poniendo música (risas). Hice una colección de 16 modelos y de cada uno hay tres colores, tipos de cuero y de gamuza. Son 500 pares de zapatos en esta primera colección.
—¿Entonces ya no querés volver más a hacer televisión?
—Hice algunas participaciones en La jaula de la moda. No es que la tele no me gusta, sino que no me gusta ese tipo de tele. El año pasado pude hacer en pandemia Puli in the mix, un programa de entrevistas para KZO a personajes de la música, a través de la música. Ellos me iban contando su vida linkeados a canciones. Yo hacía un laburo de investigación y buscaba cuál era el tema de la infancia, con qué canción dieron su primer beso. Eso me encantaba. Yo no quiero ser mediática. La tele es fascinante, pero no sirvo para un tipo de tele, lo mío es más cable, más tranqui y buena onda, que entretenga y dé alegría. Yo tengo un lema: no hagas lo que no te gusta que te hagan. Y en un momento me encontré hablando o emitiendo juicios de opinión sobre otras personas, o diciendo qué haría yo si fuera la otra persona, sí a mí no me copa en cuanto a lo personal. No estaba cómoda hablando de personas que no conozco.
—¿La decisión de tu alejamiento de los medios tuvo que ver también con tu separación de Martín Bernardo después de 15 años?
—No, para nada. Fijate que el año pasado ya no estaba en Pampita Online. Iba una vez por semana. Me contagié covid y la pasé re mal. Me parecía una boludez ir una vez por semana; antes iba todos los días. Cuando empecé a ver que se descontrolaba en la tele por muchos contagios de covid, tomé la decisión. Sinceramente, no estaba con mucho ánimo de estar en un programa, con todo lo que te estaba contando, encima pasando un momento doloroso. Más que nunca tenía que estar presente con mis hijos. Por suerte, Chule es un gran padre, una gran persona, y entre los dos hacemos lo mejor que podemos.
—Entonces, te tuviste que rearmar como persona.
—Todo el tiempo te tenés que rearmar. La vida es una serie de ajustes y de rearmarse. Lo importante es ser conscientes de que tenemos la suerte de estar vivos y de que la vida, a pesar de todos los avatares, es maravillosa. La vida se trata de eso, de seguir adelante, de hacerse cargo, de vivir el proceso, sea cual sea el duelo. Me duele, me sigue doliendo. ¿Me hubiera gustado que fuera distinto? Sí, obvio. Pero también pienso que tenía que pasar por algo… Aprendí mucho con la pérdida de mis cuatro hijos. Me preguntaba: “¿Por qué a mí? ¿No tengo que ser mamá? ¿Por qué a mí y a ella no?”. Cuando me enteraba de que alguien estaba embarazada, pensaba: “Ella puede y yo no”. Ahí me di cuenta de que no tenía que pensar así… Le puse todo el esfuerzo y gracias a Dios llegaron, no solo uno, sino cuatro. Con mi primer hijo, Sylvestre, lo viví con pánico. El día del parto para mí fue un milagro. Eso te va preparando para todo el resto. No te queda otra que hacerte cargo, y me di cuenta de que tengo un montón de herramientas para salir adelante.
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