Para Laurita Fernández no existen las casualidades y sostiene que todo pasa por algo. Sin ir más lejos, cuando recibió la propuesta de estar al frente El Club de las Divorciadas -que debuta este lunes a las 16 por la pantalla de El Trece- estaba en pleno proceso de separación de Nicolás Cabré. “¡Qué loco que llegue este proyecto justo ahora!”, pensó la bailarina por aquel entonces, cuando todavía no le había contado a la producción su situación sentimental.
“Este programa me encuentra en un momento muy feliz de mi vida”, dice la conductora en una entrevista exclusiva con Teleshow sobre su presente. “Todo sucede por algo. Era mucha casualidad que apareciera ese proyecto en mi vida en ese momento. Sin querer, empecé a escuchar consejos, me pegaba muy de lleno”, se sincera.
En algún punto, Laurita fue el primer caso de El Club de las Divorciadas, y se dio cuenta a medida que avanzaban las grabaciones y los ensayos con los profesionales que la acompañarán: la sexóloga Alessandra Rampolla, el psicólogo Gabriel Cartañá y la abogada Viviana Koffman.
“Yo escuchaba cosas y todo me iba ayudando a entender -continúa- Cómo podés actuar, qué hacer. Es una mano tremenda la que dan. Muchas veces una no se anima a consultar, pero está buenísimo que te ayuden. A mí me abrió la cabeza, y ahí tomé verdadera conciencia de la llegada que puede tener este programa”.
“Vamos a escuchar historias muy diferentes, pero que todas tienen puntos en común. Todo se va a abordar desde el plano emocional, lo legal, lo sexual, para darle herramientas a las mujeres”, explica Laurita y agrega: “Es inevitable sensibilizarse. ¡Ni en una novela pasa todo esto! También hay historias en las que una se siente identificada y tiene muchos puntos en común. Desde ese lado, por supuesto que me voy a involucrar. Pero sin aconsejar, para eso están los profesionales”.
La conductora se muestra muy contenta con el nuevo desafío y destaca que se trata de un formato de programa que nunca había hecho. “Me levanto re feliz, con ganas de ir al programa porque es un espacio dedicado a dar servicio y me parece que está buenísimo que exista ese lugar en la tele”, cuenta quien aceptó la propuesta apenas la convocaron, a pesar de la situación personal por la que atravesaba aquel entonces.
Por su parte, si bien está pendiente del rating -”porque de eso depende la continuidad del programa”, reconoce- intenta enfocarse en su labor. “Yo me quiero preocupar y ocupar por hacer bien mi trabajo. Que salga lindo. Después, la temática puede gustar más, puede gustar menos, o pegar menos en el público. Eso se va viendo. Lo bueno es que al ser un formato nuevo, se puede adaptar a las necesidades de la gente: qué es lo que más gustó, qué interesó. Y se ajusta a eso”, analiza Laurita.
“Nos tomamos muy en serio lo que hacemos porque las mujeres se abren y cuentan lo que les está pasando. Son historias verdaderas”, enfatiza la conductora que habla en nombre de la producción del ciclo. “Hay que hacerlo con mucho respeto. Ojalá el número (de rating) nos acompañe, pero me enfoco en hacer bien lo que me toca”.
El debut de El club de las divorciadas estaba pautado para el 17 de mayo, día en que regresó a la televisión Marcelo Tinelli. La idea de Adrián Suar -gerente de programación de El Trece- era lanzar los dos programas juntos, pero una serie de contratiempos obligaron a postergar el estreno del talk show y Laurita aprovechó la oportunidad para realizar un “viaje relámpago” a Miami para darse la vacuna contra el coronavirus.
“No fueron vacaciones. No descansé nada”, dice la bailarina que recibió la Johnson & Johnson, ya que es monodosis, a diferencia de Pfizer o Moderna -que también están dando en los Estados Unidos-, que requieren dos dosis. Ella debía regresar a la Argentina para cumplir con la cuarentena y luego ponerse a disposición del ciclo: comenzar con los ensayos. Además, algunos segmentos se grabaron con anterioridad para que no hubiera tanta gente dentro del estudio.
“Apenas suspendieron el estreno del programa, vi que me daban los días justos y me fui. Por suerte conseguí pasaje, porque estaba todo colapsado. Fue toda una decisión -remarca-, porque el valor de los pasajes aumentó. Pero invertí en mi salud y ahora estoy un poquito más tranquila”, concluye Laurita Fernández.
SEGUIR LEYENDO: