Gustavo Sofovich y Gastón Pauls volvieron a encontrarse, esta vez de manera virtual, luego de una jugosa conversación en el marco de Seres Libres (Crónica TV), el único ciclo de la televisión argentina que habla sin eufemismos de las adicciones a las drogas, al alcohol, a los medicamentos, al juego, al sexo y a la comida, entre otras. Ahora, fue a través de un vivo en el Instagram del programa.
“Es muy fuerte lo que están haciendo ustedes. Después de nuestra charla, me llamó gente que no es del palo, que está afuera del consumo de las drogas, que no tiene nada que ver con nosotros, pero ve este programa y es muy loco. Es muy fuerte el mensaje, mucha gente está enganchada con Seres Libres. Esto es muy groso”, elogió el productor al actor y conductor en los primeros segundos del enlace.
“Hoy con mis 54 años te puedo decir que todo en mi ser puede ser imparable. Cuando probé falopa por primera vez, no tenía idea. Yo me empecé a drogar a los 17. Y había empezado a jugar a los 14. Ya la adicción al juego, en esos 14, era imparable”, reseñó Gustavo.
Luego, Gastón quiso saber cómo convive con su pelea contra estas adicciones. “La única forma es no consumirlas. Yo no puedo consumir droga, no tomo alcohol, no consumo alcohol, no puedo consumir juego”, dijo. Y graficó: “Si yo consumo hoy una mano de blackjack, arrancando de 500 mangos, se viene un huracán en mi vida. Una bola de ruleta de un par de lucas, empieza un huracán en mi vida”.
“¡Yo a la falopa la odio! Mirá el boludazo que seré que te digo que el juego me gusta. ¡Terrible boludo! Igual, ahora estoy viendo la posibilidad de viajar. Y mi lucha está en cómo llevo plata o como me manejo. Yo no quiero jugar. Mi lucha es contra el juego. Hoy mi lucha abierta es contra el escolazo, que por otro lado, es el trampolín hacia la falopa”, dijo Gustavo.
Gastón quiso saber qué podría estar pensando Gerardo Sofovich de Gustavo, su hijo, ahora que está “en otro plano”. “Yo creo que Gerardo está en este plano. Y está orgulloso del hijo que dejó en este mundo, en este hombre que me estoy convirtiendo”, contestó Sofovich. “Gerardo está mirando todo. Yo creo que los que se van, se convierten en ángeles que vuelan alrededor nuestro”, completó.
Gustavo también aprovechó el espacio para dar su “teoría de Dios”, que la explicó así: “Me acuerdo de cuando estábamos drogándonos, matándonos a un nivel de destrucción infinita. Y me decían: ‘No, por que Dios...’. Y yo respondía: ‘Macho, si Dios existiese, nosotros no estaríamos como estamos’. Hoy, 7, 8 años después, te diría que si dios no existiera, vos y yo no estaríamos charlando”, dijo.
“Por suerte nos conocemos en esta vida, eso lo digo mucho”, agregó el productor de Polémica en el Bar (América). “Yo soy de los que tienen la teoría de que en la droga no hay amigos. Hubiéramos tenido historias de consumo que podrían ser divertidas hoy. Pero en ese momento, de divertido no tenía nada: era todo terror, sufrimiento, llamados, teléfonos, locura... sufría a más no poder”, dijo.
“De este Gustavo no había nada. No había nacido hace 8, 7 años y medio atrás. Es una evolución diaria de un laburo en mí para ser una mejor persona. Y nace a partir del dolor. (...) Nunca lastimé a nadie, al primero que lastimaba era a mí mismo. Y por consecuencia lastimaba a todo ser que me quería”, dijo Sofovich sobre su recuperación. Y subrayó: “Yo laburo todos los días para ser una mejor almita. Me puedo equivocar, pero siempre hago un serio trabajo para esto”.
Así como para tantos otros adictos, Gustavo y Gastón iniciaron su camino de recuperación luego de asistir semanalmente a los grupos de “anónimos”. Así, Pauls le preguntó qué le pasaba a Sofovich cada vez que veía a alguien nuevo llegar: “Es lo más lindo que me puede pasar en la vida. Porque es verme reflejado. Yo estoy muy lejos del consumo, pero a su vez estoy muy cerca. Y cuando ves algo así, te lo refresca enseguida, te lo muestra”, dijo.
“Los grupos son el aire que yo respiro. Si no hubiera un grupo, yo no estaría respirando recuperación. Y la recuperación es mi vida entera”, definió Gustavo. Y amplió: “Estuve a las puteadas en estos 9 días de confinamiento, porque no estaban abiertos los grupos. Eso es todo en mi vida. Este Gustavo respira y aprende todos los días algo nuevo en un grupo de recuperación”.
“Yo logré parar gracias a los grupos de 12 pasos”, enfatizó sobre la importancia de estos espacios. “Primero logré parar, después me decidí a cambiar. No es fácil cambiar. Cambiar es un laburo doloroso. Pero, a su vez, es hermoso porque garpa”, dijo y además lo comparó con otra instancia distinta en la recuperación de las adicciones: “Yo creo en las internaciones siempre y cuando sean en un corto plazo cuando no podés parar vos solo. Porque las internaciones son para parar la bronca, hasta que tu cabeza puede decidir de nuevo por vos y tomás el control de tu vida. Esa es la internación que yo valoro; de todas las demás, estoy totalmente en contra”, dijo.
“Para vos... ¿Qué es el Diablo?”, preguntó Pauls. Y Sofovich no dudó: “El Diablo soy yo a las 3 de la madrugada, con una bolsa y 20 lucas adentro de un casino. Ese es el Diablo. Al Diablo le voy vida yo, lo hago más macho yo... el diablo me termina rompiendo a mí, pero soy yo”.
“¿Qué es la libertad?”, quiso saber Gastón para cerrar la charla. Y el productor le respondió: “Es la posibilidad de elegir estar hablando a esta hora, la posibilidad de poner el despertador a las 5 de la mañana, la posibilidad de poder almorzar hoy con mi hijo y todo lo que podemos hacer con nuestra vida, cómo y cuando queremos: la posibilidad de estar bañados, de poder comer en un rato. Tener una vida, en mi caso, esquematizada, programada. La libertad de elegir, respirar. Es todo, todo, todo”, cerró.
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