“Hace una semana cumplí cuatro años sin tomar una gota, estoy muy contento y no tengo deseos ni intención: que tomen los que puedan, yo no puedo. Pero tampoco es que estoy obsesionado, eso se me fue. El alcohólico lo primero que tiene es una obsesión por beber y alejarse de la realidad. Yo vivo mi sobriedad con felicidad: ‘Vivir sobrio’, mirá qué buen título…”, le había confesado Rodrigo Rodríguez -más conocido por su alias artístico y humorístico Rodrigo Vagoneta-, a Teleshow en septiembre del año pasado.
Ahora, el cómico volvió a hablar abiertamente de su adicción al alcohol y en cómo trabaja día a día para superarla. “Deje de ser libre cuando estaba preocupado por saber a qué hora salía del teatro o de grabar para ir a tomar un trago. Ahí me di cuenta que no era del todo libre. El detonante más grande fue cuando alce a mi hijo que era chiquito y tuve miedo de que se me caiga: ahí me hizo un clic en la cabeza y me dije: ‘¿No puedo sostener a mi hijo?’”, contó en una entrevista con Gastón Pauls para Seres Libres (Crónica HD), el único ciclo de la tevé argentina que trata la temática de las adicciones sin eufemismos ni medias tintas.
“Cuando uno toma, empieza a adquirir problemas de comportamiento, con relacionarse con otros: he puteado a gente, me he peleado con amigos... luego uno pide perdón y la gente que te conoce sabe que uno estaba enfermo. Mi mujer me decía: ‘No sos vos cuando tomas alcohol’”, narró Vagoneta acerca de su transformación al beber.
Acerca de cómo detectó que había un problema con su consumo, Rodrigo entiende que tuvo que ver con el entorno en el que trabajaba: “Hacíamos 7 shows por noche, tomábamos un fernet antes de la función, luego compraba una botella de vino para la noche. Luego no podía dormirme sin tomar una botella... fue es paulatino, lleva unos años”, describió.
Hasta que llegó un día en que, desde su entorno familiar, le hicieron saber que estaba tocando fondo: “Una vez, mi papá y mi hermano me pasaron a buscar por el teatro. Estaba haciendo funciones con Panam y cuando hacía teatro para chicos no bebía, pero terminaba la función y me iba directo a tomar. Entonces, ellos me vinieron a buscar y me dijeron que estaban muy preocupados por mí y por todo lo que tomaba”, recordó el humorista que hoy brilla en Bienvenidos a Bordo y ShowMatch.
Desde aquel clic que sintió con su hijo en brazos hasta estos días de sobriedad, Rodrigo se autopercibe “libre”. Y dice: “Ya no necesito tomar un trago para ser feliz. Lo digo emocionado. Al principio tenía miedo porque me faltaba algo cuando no bebía… pero es al revés. Cuando uno bebe pierde una de las cosas más importantes que es el miedo, el concepto de miedo con el alcohol se te va… Empezás a manejar rápido, por ejemplo. Hay muchos casos de famosos que manejando rápido hasta han matado gente…”.
“Ser libre es poder manejar tu tiempo”, insistió Rodríguez. “Cuando sos alcohólico no dependes de tu tiempo, estas pendiente de cómo organizarte para chupar y que no te vean... es una locura. Yo andaba con la petaca en el morral. Me pasó de ir a un casting y, en el medio, tomar un trago. Me daba lastima, me sentía tan triste porque decía: ‘No lo voy a hacer’. Y lo hacía igual”, confesó.
“El público forma parte de mi recuperación”, señaló Rodrigo respecto a cómo son su días después de haber tomado la decisión de salir de su infierno. “Yo ya se lo había contado a mis amigos, a mi familia y el detonante fue cuando se lo conté al público. De esta forma, no voy a permitir que el público me juzgue levantando una copa. Está buenísimo comprometerse con esa relación de cariño, no fallarles”, agregó.
Por último, le dedicó un mensaje sentido a la audiencia del programa, conformada en parte por adictos o familiares de adictos que semana a semana envían mensajes pidiendo ayuda. “Si alguien que está mirando tiene este problema, pidan ayuda porque hay gente muy copada que estuvo ahí y muchas veces el único que te puede ayudar es un ex adicto”, aconsejó Rodrigo.
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