Juan Grandinetti carga con el peso del apellido. Y aunque todos los mortales lo hacemos de alguna manera, los hijos e hijas de personalidades famosas, tienen una presión especial. Con los beneficios y las desventajas que implica ser justamente “hijo de”, el actor (fruto de la relación entre el argentino Darío Grandinetti y la catalana Eulalia Lombarte Lorca) entiende muy bien cómo se plantea este juego. El apellido es relevante pero hay que demostrar en escena, día a día o ficción a ficción.
Instalado en Madrid desde febrero del 2020 con su novia, Juan se acaba de sumar a una de las mejores series españolas de los últimos años: Los hombres de Paco que se puede ver por AtresPlayer Premium. La producción es de Atresmedia en colaboración con Globomedia (The Mediapro Studi) trajo de vuelta a los agentes más disparatados y queribles de la televisión, Mariano (Pepón Nieto) y Francisco (Paco Tous), que luego de las temporadas emitidas entre 2005 y 2010, regresaron más sagaces que nunca. Esta producción podría definirse como una comedia dramática llena de parodias a las ficciones policiales y con una marca personal que ya hizo huella en el universo de las series.
Juan Grandinetti interpreta a Rober, un policía experto en telecomunicaciones que se va a enamorar de la nueva colaboradora de los dos agentes estrella, Ika (Amaia Sagasti). La serie se renueva con 16 nuevos episodios que serán emitidos en dos tandas. En diálogo con Teleshow desde Madrid, Grandinetti se animó a hablar de la situación del país y de su pasión por el fútbol, entre otros temas.
—¿Cómo fue incorporarte a Los hombres de Paco utilizando el acento español?
—A la hora de hacer el casting me pidieron las dos versiones: como español y como argentino, y les gustó la opción de español aunque igual notaron que en la versión de argentino me veían un poco más suelto. Pero bueno, al tener la ventaja de mi madre española y de chico hablar mucho como español, había algo que ya lo tenía super incorporado.
—Tu papá tiene una carrera muy firme y consolidada en España, y es muy respetado por su trabajo, ¿solés pedirle consejos?
—Le pido un montón de consejos, así como él también me los pide a mí, no sólo a nivel laboral. Tuvimos la suerte de trabajar juntos, hicimos una obra de teatro que fue increíble. Después hicimos tres películas en un año que fue muy espectacular. Y a partir de ahí como que trascendió el vínculo padre/hijo. La verdad fueron las experiencias más lindas que recuerdo.
—¿Qué diferencias encontrás entre trabajar en España y en la Argentina?
—Yo creo que son bastante parecidos los climas y los escenarios de laburo. Me han tocado producciones con un nivel económico más alto y más bajo, y tratando de equiparar y comparar los dos lugares me pasaba más o menos lo mismo: cuando todo estaba dado, el clima era super parecido. Me parece que tenemos bastante en común a la hora de trabajar y encarar el laburo.
—Volviendo a la serie, ¿cómo fue el entrenamiento para interpretar a tu personaje, Rober?
—Fue una experiencia súper atractiva. Tuve muchos ensayos y entrenamientos con armas, nunca había tenido esa oportunidad. Había algo más físico que nunca había hecho antes. Pero en lo que más trabajé fue en la cuestión del acento.
—Tengo entendido que, como tu padre, también sos muy fanático de River, imagino que Marcelo Gallardo es una especie de ídolo para vos
—Gallardo es lo mejor que le pudo pasar al hincha de River. Yo creo que ya llegó a un lugar en el que ya hay una confianza ciega en lo que haga, y con razón. Yo lo que te puedo decir de este ciclo de Gallardo, que ya lleva un montón de tiempo, es que me encanta esa sed de trabajo en equipo, con un estilo de juego que está intacto. Es esa sed de triunfo y victoria. La verdad es que es un placer ver jugar a River y lo estoy re disfrutando.
—Si no hubieses sido actor, ¿dónde te encontraríamos?
—Creo que con la música
—¿Te gustaría trabajar en la biopic de alguien?
—Ay, no lo sé. creo que de Marcelo Bielsa. Es como una persona renegada, te obliga a pensar más allá del fútbol, y que no a todo el mundo le cae bien. No todos le dan el lugar o la entidad, porque es entrenador de fútbol. Pero tiene una filosofía y una manera de ver las cosas y la vida que me parecen admirables y muy difícil de mantener en el bombardeo constante en que debe vivir un entrenador.
—¿Cómo ves a la Argentina desde España?
—Es un momento difícil desde hace un año. Es muy fácil salir a opinar, salir a decir a convencer a la gente de que hubiese tomado decisiones más convenientes. La verdad que no me copa mucho meterse en esa dinámica. Yo lo que veo es que todos deben estar haciendo lo que pueden, tanto la gente que debe tomar las decisiones como la gente que le toca acatarlas. Y es lógico que haya gente que no esté de acuerdo y también es lógico que haya gente que sí esté de acuerdo. Pero me parece que lo más importante es pensar en la salud de la gente. Después se puede sacar la bandera de un montón de cosas, pero no se puede hacerlo sin tener en cuenta el contexto que es una pandemia. Y lo difícil que es tomar decisiones en algo que no se tiene ningún precedente. Entonces del otro lado todos tenemos la verdad y podemos tomar la decisión más sabia y la mejor decisión, pero lamentablemente hay gente que le toca tomar esas decisiones y me parece que las intenciones siempre son las mejores. Ese es el panorama que yo veo.
—¿Sentís que se está discutiendo mucho?
—Sí, veo mucha pelea y discusión que va por otro lado, que no tiene mucho sentido. No tiene sentido poner en boca de todos que la educación está en peligro, me parece como un título un poco fuerte, porque hay que profundizar un poquito más. ¿Qué quiere decir que la educación está en peligro? La vida está en peligro, no la educación. Me parece que la prioridad debería ser esa. Y si la decisión que se toma es cerrar las escuelas, no es para cagarse en los chicos y en los padres, sino para cuidar a la población. En todos lados se está haciendo eso. Pero lo que toca en este momento es empatizar, la empatía que no existe parece. Si se decide esto, por algo será. Hay gente que está capacitada y que estudió para ver qué puede llegar a hacer en esas circunstancias y por más que hayas estudiado y todo esto es una situación completamente extraordinaria. Y nadie puede sacar la bandera de “esto es así y lo que ustedes están diciendo está mal”. O si hay gente que hace eso, yo por lo menos decido no escuchar ese tipo de comentarios porque no aportan nada.
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