Este viernes se esperaban con ansias la palabra de Horacio Rodríguez Larreta. El Jefe de Gobierno porteño había anunciado una conferencia de prensa para las 20 horas pero en Polémica en el bar, anticiparon la jugada unos minutos y prometieron una entrevista exclusiva con el jefe del ejecutivo de la ciudad. Después de un debate acalorado de los que suelen tener lugar en la mesa de América, el conductor Mariano Iúdica se puso serio para anunciar un móvil en exclusiva con Horacio Rodríguez Larreta.
La cámara mostró el banner del Gobierno de la Ciudad, aunque en lugar del jefe de gobierno estaba el humorista Claudio Rico. Con su reconocida habilidad para la imitación, Rico saludó al conductor, a la mesa y a la audiencia en otra de sus notables caracterizaciones. Ayudado por una máscara para el cuero cabelludo, sumó la reciente barba que adoptó el político, además de lucir un bronceado y una remera negra para reforzar el look informal. Ah, y una rama otoñal en la mano, para disparar el primer gag.
“Disculpá la desprolijidad, lo que sucede es que acabo de venir de podar un árbol”, señaló ante la sorpresa del conductor: “Yo me ocupo personalmente de todas estas cosas, porque cuando un vecino me pide algo, no me voy por las ramas”, replicó Rodríguez Larreta. Durante su performance, Rico acentuó gestos, tonos y tics del jefe de gobierno y y puso especial énfasis en su perfil dialoguista: “Preguntame lo que quieras. No voy a confrontar con ninguno de la mesa”, alentó y repitió más de una vez durante el reportaje. “¿Pudo recomponer la relación con Alberto Fernández?”, aprovechó para preguntar Iúdica. “Muchos piensan que yo estoy peleado con el presidente por la quita de la coparticipación, pero Alberto es un amigo. Un amigo como (Mauro) Icardi: se quedó con lo que yo más cuidaba, la plata de los porteños”, señaló.
Atento a la agenda política, Iúdica lo consultó respecto a sus aspiraciones presidenciales para el 2023: “Tenemos que resolverle los problemas a la gente, no es momento de pensar en candidaturas”; respondió bajando el tono de voz, mientras las risas se escuchaban desde el estudio. “De acá al 2023 pueden pasar muchas cosas, de hecho hay una figura que parecía fuera de todo y hoy otra vez esta en carrera y más fuerte que nunca”, afirmó dándole el pie a Iúdica. “¿Lo dice por María Eugenia Vidal?”, preguntó el animador. “No, por Juan Antonio Pizzi”, respondió Rico en referencia al director técnico de Racing, el club de los amores del jefe de gobierno. “Parecía que estaba fuera de todo y hoy estamos peleando por la triple corona”, remató.
Cautivado por lo que veía, Iúdica se salió del libreto para hablarle directamente a Rico: “La sacaste del estadio. El número uno sos”, afirmó, para luego retomar el diálogo con Rodríguez Larreta para preguntar por el futuro de las clases presenciales, pero el humorista aceptó el elogio sin salir del personaje: “No voy a hacer de esto una discusión política. Si vos decís que soy el número uno, soy el número uno. No voy a confrontar”, sentenció moviendo su brazo derecho como durante toda la entrevista.
Respecto a las clases, pidió tranquilidad a los porteños. “Voy a pelear hasta último momento por la presencialidad”, afirmó. “¿Para que los chicos vuelvan a las aulas?”, dio por sentado el conductor, pero otra vez estaba equivocado. “No, eso ya está garantizado. Voy a pelear por mi presencialidad en el programa de Mirtha. Es injusto que Juanita cene a solas con Mauricio y a mí me dejen afuera”, contestó, en referencia al programa de este sábado que tendrá frente a frente a Juana Viale con Mauricio Macri.
Cada vez más sorprendido, Iúdica preguntó cuál era la fórmula para mantener la calma en un ámbito de tanta confrontación como la política argentina. “Los dirigentes políticos son sanguíneos y apasionados, pero yo trato de ser el más medido de todos... el más medido de las encuestas. “¿Cómo ve al gobierno nacional?”, preguntó el conductor y el jefe de gobierno respondió citando un conflicto ocurrido en el programa. “Los políticos tenemos que seguir el ejemplo de Cabak y Flavio Azzaro, que en vez de agarrarse a las trompadas se sentaron a dialogar civilizadamente. Bueno, en el caso de Azzaro, a gritar civilizadamente”; corrigió, antes de despedirse ante el aplauso de la mesa.
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