Alejado del torbellino mediático del que supo ser actor principal, Nino Dolce estuvo en Hay que ver y habló con detalles de su nueva vida. En el programa de El Nueve, el ex cocinero de Playboy TV relató (poco) de aquel pasado mediático y se centró en su radical cambio, que se inició con un viaje chamánico de once meses al Amazonas y continuó abrazando la religión judía, que practica a la actualidad. De hecho, conduce un programa en Radio Jai, la emisora de la colectividad y, aunque en ningún momento reniega de lo que vivió como Nino, ahora prefiere que lo llamen Noah.
Según su relato en el programa que conducen Denise Dumas y José María Listorti, su alta exposición y el pico en Gran Hermano Famosos (2007) fue el click para el proceso que llevó a cabo años más tarde. “Fue a partir de ese nefasto reality, que alguien me dijo que lo haga porque era divertido, y daba medio morbo conocer la casa. Me parece que a la gente que está ahí la picadora de carne mediática la liquida. Yo venía laburando muy bien en Playboy, y entré ahí y fue como... yo también me presté”, frenó y reconoció con autocrítica. Al respecto, ensayó una respuesta cuando le preguntaron qué lo había afectado: “Yo soy un pibe sencillo, y capaz hay que ser un poco más hijo de puta”.
Cansado de sostener “el personaje de Nino 24 x 7, todo el tiempo arriba y con tanta exposición”, tomó la decisión de cambiar. A partir de su amistad con los músicos de Los Auténticos Decadentes, supo de un chamán en el Amazonas. “Armé la mochila y me fui a un lugar bastante rústico. La idea es encontrarte con vos mismo, no tenés dispositivos, ni redes, tenés que enfrentarte a tus quilombos”, explicó sobre su experiencia en la selva.
Parte de ese rito incluía una semana cada dos meses de ayuno absoluto y en soledad. “Es como la película Naufrago, hablaba con los objetos. Uno está acostumbrado a socializar todo el tiempo, y cuando está solo busca en su propia sombra una compañía”, señaló y agregó que encontró la mejora aliada en la naturaleza. “Me copó la dinámica y se me abrió un canal espiritual. Iban a ser un par de semanas y terminaron siendo once meses”, relató.
Al regresar a la ciudad, Nino contó su experiencia en un programa de televisión, donde además dijo que era judío por parte de madre. Lo vio un conocido, lo llevó a un templo y ahí empezó su segunda revelación. “Me rompió la cabeza, fue más fuerte que el retiro de once meses. La gente cantaba, bailaba y en la cole la pasamos bien, comemos muy rico y escabiamos muy bien”, admitió.
En el 2017 conoció a Ari Sigaloff un rabino que le cambió la vida y que lo saludó en un video que le mostró la producción. “Ya había comenzado mi proceso, todo el mundo sabe: estuve muy expuesto mediáticamente”, repasó sin ahondar en detalles de aquellos años: “No hay mucho más que acotar después de todo ese despilfarro mediático que hice”, sentenció sin querer hablar más del tema.
Con la guia del rabino, Nino inició un proceso de aprendizaje que no se detiene. Se hizo la circuncisión y cambió su nombre al hebreo. Ahora se llama Noah, estudia la Kabbalah dos veces por semana, asiste al templo periódicamente y tuvo la posibilidad de viajar a Israel en 2019, donde conoció a algunos de sus familiares. Además, los domingos a la tarde conduce Teshuveros, un programa de divulgación en Radio Jai. “Antes tenía dos programas en Rock & Pop, que se llamaban Flor de partuza y Sex on the beach, creo que eso habla de este cambio”, graficó.
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