“Si te gusta, compartilo”, escribió Pablo Granados en su cuenta de Instagram para acompañar un video que conmemora la Revolución de Mayo. “Es un placer crear contenido especial para ustedes en estas fechas, ojalá lo disfruten tanto como yo!”, agregó el humorista sobre la producción que grabó en su casa y en las instalaciones de un exclusivo club de campo que queda en Lima, una localidad del partido de Zárate, a metros del río Paraná. Y después de hacer girar el video con la producción de la que participa su hija, la cantante Mery Granados, recibió felicitaciones del historiador Daniel Balmaceda. “Impecable, Pablo”, le dijo el experto para que el actor –ex ShowMatch– le conteste: “Gracias, profe”. ¿Más felicitaciones? La de Camila Delossan, la novia de Granados, que también es actriz y hace humor en redes. “No hay más talentoso. Te amo”, escribió.
Hablaban de la producción casera pero muy bien armada con trajes de época, carruajes, caballos y la creatividad que caracteriza a Pablo Granados. “211 años de la Revolución de Mayo. ¡Numerito!”, se lo escucha decir ya metido en su personaje, con poncho y barbijo, mientras mira en el celular una nota de Infobae que rememora los hechos ocurridos en la Semana de Mayo de 1810. “Estoy con chiche nuevo. Me compré una bici que viene con un digitalizador computado de frecuencia biotérmico. Una maquina del tiempo”, agrega en la sátira mientras se sube a la bici para arrancar a toda marcha y que de fondo se escuche a su madre, Delia –que suele participar de sus videos– gritando: “Cuidate, Pablito”. “Me voy a 1810 a despejar algunos mitos de la época colonial. Escenas permanentes de actos escolares que parece que no fueron tan así”, agrega Granados.
Entonces llega al pasado. Campo abierto, la bajada y el río de fondo, para encontrar de lejos al primero de los personajes históricos que protagonizan su video y que él mismo interpreta en un juego de dobles personajes. “¡Noooo! Ese es el cura Alberti. Seguro que se va para el Cabildo”, exclama y después de confesarle sus dos divorcios y hablar brevemente de política, le recomienda: “Cuídese del corazón”. Para luego, mirando a cámara, instruir a los usuarios de Instagram: “A fin de año morirá de un sincope cardíaco discutiendo con Dean Funes”.
La escena siguiente transcurre en el galpón contiguo a las caballerizas del club de campo –ambiente ideal para recrear la época–, a dónde su personaje se encuentra con Mariano Moreno (interpretado por él mismo). “Este es el garage donde guarda su carruaje. Es de madrugada, faltan un par de días para la revolución. Voy a tratar de sacarle unas palabras”, apunta y se sube al carro del abogado y periodista. “¡Qué pedazo de carrera eh. Felicitaciones!”, le comenta. Entonces el célebre partícipe de la semana clave de nuestra historia, no sólo agradece sino que además comparte sus intenciones: “Tratando de aportar con lo que se puede para la joven patria. Justamente ahora estoy tratando de sacar un periódico”. Y Granados le explica a sus seguidores que dos semanas más tarde, “el 7 de junio de 1810 empezó a circular La Gaceta de Buenos Aires, el primer órgano de prensa de las ideas patriotas”. Intercambian ideas y Moreno cuenta en relación a la Primera Junta: “Saavedra es más estructurado. Yo soy más liberal. En fin. Por ahí en unos meses me embarco a Londres y me voy a trabajar como diplomático allá”. Clave para que Granados aporte un dato a sus seguidores: “Otro que va a durar poco. En marzo de 1811 va a morir a bordo de un barco rumbo a Londres por intoxicación medicamentosa. Pero según su hermano que viajaba con él, lo envenenó el capitán por orden de Saavedra. Pero es solo un rumor eh. La historia argentina está llena de rumores”.
Al rato canta el gallo y bajo un sol radiante, el personaje anónimo que viene del futuro se encuentra con Manuel Belgrano y le pregunta si se va para el Cabildo. Entonces agrega, mirando a sus seguidores: “Cuando hablo de rumores me refiero a que dentro de unos años Manuel Dorrego, soldado que estaba bajo sus órdenes, va a empezar a hacerle bulling por su voz aflautada. Al punto extremo que algunos dudaran de su sexualidad”. Y la charla con el creador de la bandera versará sobre las telas francesas que luce. “Pero historia nos cuenta que a don Manuel Belgrano en realidad mujeres le sobran. Es más. Es bastante metrosexual. Hasta usa perfumes importados”, señala Granados para seguir desarmando mitos, justo antes de que Belgrano le advierta que vienen nuevos tiempos. “Que capo Belgrano. En dos años, 1812, va a estar haciendo la bandera a orillas del Paraná, precisamente en la ciudad de papá, Rosario”, sonríe el actor y se toca el corazón en relación a la tierra santafesina que lo vio nacer.
Luego, a través de una reja se encuentra con un grupo de gente. “Ha comenzado tertulia. Respete la música”, le advierte uno de los presentes íntegramente lookeado acorde a la época. Mientras Mery Granados canta “La Libertad”, de Andrés Calamaro, vestida de dama antigua y con guitarra de fondo. Entonces el hombre que viene del futuro interrumpe a otra de las mujeres presentes (interpretada por Pablo) y le pregunta porqué no lleva peineta. “¿Qué es eso? Yo me lavo pelo en el rio, me hago un chuflo y salgo así. A mi marido le encanta”, responde la dama antigua para seguir desterrando conceptos equivocados. “Los peinetones llegaron después de 1820. Los trajo un tal Manuel Mateo Masculino. Que puso una fabrica, contrató empleados y se llenó de guita”, agrega Granados para su público.
Finalmente, Cornelio Saavedra aparece en escena y a caballo. Entonces el personaje que viene del futuro le pregunta dónde puede comprar una escarapela. “No señor. Lo que usted busca no existe. Ahora, si está a favor de la revolución y no de los españoles que piensan perpetuarse en el poder, busque a Los Infernales. Ellos le darán una cinta blanca para que pueda distinguir su inclinación”, apunta Saavedra interpretado por Pablo. Y el hombre que viene del futuro explica: “Los infernales se denomina al grupo de choque liderado por French y Beruti. Los temibles marginales urbanos comprometidos con la causa patria. Y las cintas eran blancas. El uso de la escarapela celeste y blanca por decreto comenzó el 18 de febrero de 1812″.
Justo antes de que el protagonista, con el barbijo en la pera, empiece a toser y contagie a Saavedra. Suena la música de Volver al futuro. Se sube a la bicicleta a toda marcha y con un “Viva la Patria, ¡carajo!”, aterriza en la actualidad, con su casa de campo color violeta de fondo. Ahí vuelve a abrir Infobae y lee: “La Primera Junta presidida por Mariano Moreno porque Cornelio Saavedra está con Covid 19″. Y siempre con fines educativos, además de actuales, agrega: “Vieron la importancia del uso del barbijo. ¡El quilombo que armé!”. Y con un desfile patrio cierra el video.
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