De ordeñar vacas a participar en La Academia: quién es Juli Puente, la periodista e influencer que logró llegar a la pista de ShowMatch

Nacida en Gualeguaychú, llegó a la Capital Federal con apenas 17 años dispuesta a hacerse un lugar en los medios. Su primera entrevista frente a cámara fue con Marcelo Tinelli, quien este año decidió convocarla para su programa

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Juli es oriunda de Gualeguaychú
Juli es oriunda de Gualeguaychú (Foto: álbum personal de Julieta Puente)

“Yo iba a hacer notas a ShowMatch y era la única que no tenía lugar ni siquiera para dejar la mochila. Comía lo que me había traído en el tupper atrás del decorado y miraba la pista como diciendo: ‘¿Algún día podré estar ahí?’”, cuenta Juli Puente en diálogo con Teleshow. A sus 28 años, la joven oriunda de Gualeguaychú en la que Marcelo Tinelli puso sus fichas para La Academia lleva un largo recorrido en los medios de comunicación. Y, de un tiempo a esta parte, se convirtió en una de las influencers más amadas de la Argentina gracias a sus clases de fitness, a las que bautizó como El Cardio de la Felicidad y con las que logró trasmitirle alegría a la gente. ¿Su secreto? La tenacidad, el desparpajo y la buena energía.

—Hablemos de tu infancia en Entre Ríos...

—Fue re tranquila. En casa estábamos mi papá, Rafael, mi mamá, Alicia, mi hermano Manuel y yo. De lunes a viernes vivíamos en la ciudad, pero los fines de semana nos íbamos al campo así que yo ordeñaba las vacas y juntaba los huevos de las gallinas. Era divertido.

—¿Siempre fuiste tan inquieta?

—Desde chica. Me acuerdo que cuanto tenía cuatro años, había ido a acompañar a mi hermano que tomaba clases de taekwondo en un club. Y, cuando vi a las chicas que estaban haciendo gimnasia artística, me puse a llorar como una loca diciendo que yo quería estar ahí. Así que mi mamá me empezó a llevar sólo para darme el gusto. Pero el profesor le dijo que tenía condiciones, así que empecé a entrenar enserio y a competir.

—¿Qué pasó con el colegio?

—Iba a la escuela a la mañana y a la tarde entrenaba. Y, aunque casi no me quedaba tiempo libre, me encantaba. Pero, a medida que fui creciendo, me fui dando cuenta de que no me quería dedicar a eso. Yo quería ser actriz.

Juli junto a su papá
Juli junto a su papá Rafael, su mamá Alicia, su hermano Manuel y su abuela María (Foto: Álbum persona de Julieta Puente)

—¿Actriz?

—Sí. Es que, como todas las chicas de mi edad, miraba las novelas de Cris Morena y me volvía loca. Yo quería venir a Buenos Aires para trabajar con ella, pero mis viejos no se podía prender en mi locura. Entonces juntaba plata y, una vez al año, lograba que me trajeran para ver sus espectáculos en el teatro. Y sufría, porque yo quería estar arriba del escenario y no abajo. Así que, cuando terminaba la obra, me volvía a Gualeguachú a esperar hasta la otra temporada para ver su próxima obra.

—¿Y cómo fue que decidiste estudiar periodismo?

—Es que esa era otra de mis pasiones. Y, cuando terminé el secundario, convencí a mis viejos de que me dejaran venir a estudiar a la Capital Federal. Yo tenía 17 años y me instalé con mi hermano, que ya estaba acá estudiando ingeniería. Me acuerdo que cuando me trajeron, mi papá me dijo que tuviera en cuenta que a ellos les costaba un montón pagar mi universidad, porque yo fui a la UCES que es privada, y que mi obligación era ponerme las pilas y que me fuera bien.

—¿Entonces?

—Para tratar de ayudar en la economía, me anoté en todas las pasantías que había. Así fue como entré a trabajar en la revista Viva, donde me encargaba de hacer notas sobre historias de vida. Pero, como un día faltó la chica que hacía espectáculos, me mandaron a hacer una entrevista con Nico Francella. Ese fue mi primer reportaje a un famoso. Y me encantó. Ahí dije: “Esto es lo mío”.

—¿Lograste combinar tus dos pasiones, la farándula y el periodismo?

—¡Claro! Entonces, cuando se terminó ese trabajo, Paula Galloni que cursaba conmigo me contó que había hecho una pasantía en la Revista Pronto y yo fui, de una, a tocar el timbre para que me tomaran. Ahí seguí hasta que terminé la facultad. Y, después, entré en ElTrece TV. Me contrataron para escribir y me la pasaba frente a la computadora todo el día. Pero yo les pedí que, por lo menos una vez por semana, me dejaran hacer cámara.

Juli llegó a Buenos Aires
Juli llegó a Buenos Aires con 17 años (Foto: Álbum personal de Julieta Puente)

—¿Y?

—Me dijeron que sí. Y la primera nota que me tocó hacer fue con Tinelli, que justo arrancaba con su programa. ¡Yo estaba re nerviosa! Mis compañeros me dictaban las preguntas desde atrás, a los gritos. Tenían miedo de que, con lo desbolada que soy yo, me perdiera en el orden de la entrevista. Pero salió bien. Marcelo me ayudó bastante, debo admitirlo...

—Suena todo muy lindo, pero no debe haber sido fácil para una chica de 17 años llegar hasta acá...

—La verdad que no. Cuando mis viejos me dejaron en Buenos Aires yo no entendía nada, porque venía de una ciudad re chiquita y, de repente, me encontré con una vida totalmente diferente a la que estaba acostumbrada. Pero yo estaba segura de tenía que lograr mi objetivo.

—¿Tuviste que sortear muchos obstáculos?

—Me pasó de ir a casting y, al terminar, que me llamara el productor para invitarme a salir. Y eso me frustraba. Porque, obviamente, no era un camino que yo estuviera dispuesta a tomar. Y, cuando pasaba eso, sabía que nunca me iban a convocar para ese trabajo. Así que en algún momento pensé que, quizá, esto no era lo mío.

—¿Lo hablabas con alguien cuando ocurría algo por el estilo?

—No, me lo guardaba para mí. Nunca pasó a mayores. Pero, obviamente, me ponía mal. Igual, por suerte, no bajé los brazos y, de a poco, todo se fue dando. De hecho, cuando llegué a ShowMatch a hacer las notas para ElTrece TV no lo podía creer. ¡Sentía que estaba en la gloria! Estuve tres años haciendo eso, hasta que llegó la pandemia y el programa no pudo salir.

Juli en el Movistar Arena,
Juli en el Movistar Arena, haciendo el Cardio de la Felicidad (Foto: Álbum personal de Julieta Puente)

—¿Entonces surgió lo del cardio?

—Claro, pero fue de casualidad. Hasta ese momento, yo venía haciendo running y compartía mi entrenamiento en las redes. Pero, cuando se dictó la cuarentena, me empecé a desesperar porque no se podía salir a correr. Así que, un día, estando en la mansión de un amigo de mi novio, se me ocurrió hacer un vivo en Instagram para entrenar. Y, de repente, me encontré con que había cuatrocientas personas conectadas. Así que volví a hacerlo, como una manera de combatir el bajón del encierro. El tema es que la gente se empezó a enganchar y cada vez éramos más.

—¿Y?

—Lo empecé a hacer todas las semanas y era una cosa de locos. Así que decidí tomar un curso de personal trainer para poder hacerlo de una manera profesional. En ese momento no tenía nombre, pero después le pusimos El Cardio de la Felicidad. Y creció tanto, que me empezaron a llamar para hacerlo en distintos lugares. El primero fue en el Movistar Arena y fue increíble. Yo salí desde ahí por streaming y la gente lo siguió entrenando desde sus casas. ¡Había más de diez mil personas conectadas! Y fue re lindo porque cantó MYA y estuvo el DJ Tommy Muñoz tocando en vivo. El tema es que, llegado un momento, tuve que elegir entre eso y la redacción, y terminé renunciando a ElTrece TV. No podía hacer las dos cosas.

—¿Te costó tomar la determinación? Porque hasta ese momento el fitness no estaba en tus planes laborales...

—Fue difícil porque sabía que estaba dejando un trabajo estable por algo que recién arrancaba. Pero decidí seguir mi instinto y me la jugué. Yo suelo guiarme por mis sentimientos. Y ahora estoy feliz, haciendo algo que me encanta y que le da alegría a la gente.

Facundo Miguelena, el novio de
Facundo Miguelena, el novio de Juli, es piloto y nadador profesional (Foto: Álbum personal de Julieta Puente)

—Hablando de seguir tus instintos, ¿es verdad que a Facundo, tu novio, lo encaraste vos a través de las redes?

—¡Sí! En eso tuvo mucho que ver Fede Bal...

—¿Perdón?

—Es que mi novio es de Mar del Plata y lo conoce a Fede. El tema arrancó porque a mí me habían mandado a la costa a hacer una nota con Bal que estaba de temporada. Y él subió historias conmigo a su cuenta de Instagram. La cosa es que Facu las vio y empezó a mirar las mías.

—¿Entonces?

—Yo estaba sola en el hotel, aburrida, así que me puse a ver quienes habían mirado mis historias. Y me encuentro con este Facu. “¡Wow! ¿Y este quién es?”, dije. Y le escribí para pedirle su número de teléfono, pero él me contestó re cortante. “Hola Juli, cuando estés por Mar del Plata y necesites algo avisame”, me puso. ¡Yo me quería morir! Así que le volví a escribir diciéndole que me pasara el WhatsApp. Él me lo pasó, empezamos a charlar y, a los quince días, lo tenía en Buenos Aires conmigo.

—O sea que se hizo el difícil pero no lo era...

—No. Hace dos años que estamos juntos. El primero fue a la distancia, pero a principios del 2020 ya se vino a vivir a la Capital. El fue nadador de la Selección Argentina durante trece años y, ahora, trabaja como piloto comercial. Y lo bueno es que me re apoya en todo lo que hago. De hecho, cuando empecé con el Cardio estaba sola y necesitaba ayuda, así que él pasó a ser el productor. Y hoy se ocupa también de manejar mi línea de ropa, así que somos un equipo.

Juli recorriendo el país con
Juli recorriendo el país con El Cardio de la Felicidad (Foto: Álbum personal de Julieta Puente)

—¿Se acostumbró a estar con alguien que en cualquier momento lo puede escrachar en sus redes?

—Al principio le costaba, no quería saber nada de que lo grabara. Pero después se fue acostumbrando. Igual, ya me dijo que a La Academia no me va a acompañar. Pero yo estoy segura de que lo voy a convencer.

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