En este encuentro con Pamela David para su ciclo de entrevistas PamLive, Melina Vicario nos brinda herramientas para aprender a hackear y borrar esos pensamientos rumiantes, que dan vuelta sin sentido en nuestra cabeza. Cómo vincularnos de manera sana y amigable con la tecnología al ordenar nuestro reloj biológico para un bienestar pleno. A partir de diferentes tips, se puede lograr volver al eje personal y trabajar sobre la angustia, para poder habitar un presente en paz.
—¿De qué se trata el biohacking?
—Es el uso de la ciencia, la tecnología y la medición de nuestras variables bilógicas para optimizarnos de manera veloz y medible. Se trata de tomar control de nuestro ambiente interno, de nuestra biología y mentalidad, para optimizarlos, para acercarnos a nuestro propósito de vida. Se trata también de un puente entre la madre naturaleza a la vida anti natural que tenemos en la ciudad.
—Y... es que no nos queda otra. Esto es aprender a mejorar lo que tenemos con herramientas.
—Exacto. Y es mucho mas fácil de lo que creemos si sabemos cómo. Sé que hay personas que se sienten muy mal y tienen angustia, y esta angustia se puede hackear. Lo vamos abordar desde dos lugares: desde la biología y desde la mentalidad. Pensemos metafóricamente como si fuésemos a comprar un dispositivo complejo, que tiene muchos componentes. Lo primero que hacemos es leer el manual de usuario. El tema es que nosotros no nacemos con manual de usuario. Lo que hace el biohacking es reconstruir cómo sería ese manual de usuario. Por ejemplo, si nos sentimos angustiados, lo primero que hacemos es chequear la batearía. Este dispositivo, mi cuerpo, todo mi ser: ¿está suficientemente hidratado?, ¿se expuso a la luz natural?, ¿tiene las grasas saludables que necesitamos para las neuronas, para que nuestro organismo funcione de manera correcta?, ¿estamos descansados? A veces simplemente no estamos hidratados o respirando profundo. ¿Hay algo de mi biología que puedo ajustar? Por ejemplo, si yo duermo mejor, subo mi batería biológica.
—Hoy vamos aprender tips para empezar a incorporar biohacking en nuestra vida. ¿Pero cómo medimos el nivel de batería baja? Uno de los problemas mas comunes es el insomnio; ¿de dónde viene?
—Voy a compartir maneras de hackear el insomnio. Es más fácil de lo que creemos y tiene que ver con los pensamientos. Sabemos que tenemos la batería biológica baja si nos despertamos a la mañana sin energía. Otra señal es el embotamiento mental: no me puedo enfocar ni concentrar, no me acuerdo de las cosas. Si estoy irritable, me enojo o me angustio mucho y me envuelvo en pensamientos negativos, o le contesto mal a las personas que amo; son señales que podemos detectar. Si nos sentimos hinchados; muchas veces es una inflamación en nuestras células. Si nuestra piel está reseca. Todo esto muestra que nuestra batería biológica está baja. Es importante remarcar que, cuando una persona está angustiada y se siente mal, no es una falla moral. No estoy a favor de esto de que “tenés que ponerle pilas a la vida, tenés que ponerle voluntad”. No es un tema de voluntad estar sintiéndose angustiado. Quizás uno no sabe cómo subir esa batería biológica y cómo cambiar lo que está pensando. Por eso estas herramientas son importantes. Otra cosa que creo que es una falacia es que “ser feliz es una decisión”.
—Desmitificame esa frase.
—Ser feliz es una decisión con estrategias y conocimientos adecuados. Si no sé cómo subir la batería biológica, ni como cambiar lo que estoy pensando, ¿cómo lo hago?
—¿Cómo subimos nuestra batería, si no tenemos ni fuerzas?
—Es muy importante preguntarnos cuál es nuestro propósito de vida. ¿Para qué es importante para mí y para mis seres amados que yo suba mi batería biológica? Si no estamos conectados con nuestro propósito, con nuestro para qué, aparece una voz que dice: “¿Con qué sentido voy hacer esto?”. A medida que vamos cambiando vamos encontrando nuevos propósitos de vida.
—No es que hay que conectar con nuestro niño interior. Es el propósito, hoy. ¿Aparece fácil?
—Sí. Quizás mi propósito de hoy es sacarle una sonrisa a mi mamá o crear algo que le haga bien al mundo. Es importante que ese propósito sea más grande que nosotros. Hay algo más grande que nosotros mismos, que nos puso en el mundo para algo. Pensemos cuando éramos chicos con qué tipo de superhéroe hubiésemos querido contar y ver cómo podemos ser nosotros ese superhéroe en el mundo. Recomiendo mucho que nos sentemos a escribirlo con la mano, que es como la impresora de nuestros pensamientos, de nuestros propósitos. Ahí todo cobra sentido. Si yo comparto algunos ajustes que podemos hacer en nuestra vida diaria para hackear esta biología, donde vamos a buscar hacer una mímica de la naturaleza es en la vida anti natural: las respuestas la vamos a encontrar en cómo vivían nuestros antepasados. Para dormir mejor: antes de irnos a dormir, desconectá el wifi y alejá el teléfono. Debemos tener la tecnología lejos de nuestro cuerpo para que esos campos magnaticos no estén afectando nuestras células. El mundo tiene campos electromagnéticos buenos, como los de la Tierra, por eso es tan importante salir y pisar el pasto.
—Hemos incorporado la tecnología en nuestra vida, sin darnos cuenta. ¿Cómo nos damos cuenta cómo nos afectan la tecnología y los aparatos?
—Yo trabajo con dispositivos que hacen mapeos cerebrales: pongo sensores en la cabeza de las personas y genero que ese cerebro se asimile a un modelo de cerebro ideal. Cuando aprendí sobre esto en Múnich, con dispositivos con muchos sensores, muchos canales, que miden lo que pasa en el cerebro, hicimos una prueba para ver lo que pasa cuando ponemos un celular en nuestra oreja, como cuando hablás. Se puede ver cómo las redes neurales cerca de esa parte se alteran, se desbalancean y generan radiaciones negativas. Es como poner la cabeza adentro de un microondas y prenderlo. Te va bajando la batería biológica.
—Compensemos. Si nos vamos a dormir y ya terminaste de ver la película, alejá el celular. Esto es un tip.
—Poner el teléfono en modo avión y lo más lejos posible. Cuando me levanto, apago la alarma del celular sin mirarlo, y voy a exponerme a la luz natural, a la ventana, al patio. No importa que esa luz solar sea un reflejo y no sea directa.
—Hablaste sobre una luz especial que ayuda antes de dormir. ¿Podemos resolverlo de alguna manera más casera?
—Sí. Cuando cae el sol deberíamos estar en oscuridad total o solo con frecuencias rojas, como nuestros antepasados que estaban expuestos solo al fuego o al atardecer. Mirar el atardecer nos relaja, es momento de relajarse, de calmarse y prepararse para ir a dormir. Por eso es importante una luz naranja. Muchos biohackers tenemos luz roja en nuestras casas. Prendemos esas luces cuando cae el sol. También me pongo unos anteojos que filtran la luz chatarra.
—Contanos sobre el anillo. ¿Cómo se llama?
—Aura ring; acá se hizo conocido por (Manu) Ginóbili. Ayuda al yo cuantificado. Mide especialmente cómo estamos durmiendo y cómo está nuestra coherencia cardíaca. Qué tan alineado está nuestro ritmo cardíaco con nuestra respiración. Retomo la idea del celular, que tiene que ver con la coherencia cardíaca. Cuando ponemos el celular cerca de la cara se altera nuestra coherencia cardíaca. Por eso recomiendo usar auriculares con cable. Otro atajo es, cuando estamos viajando, en auto o en colectivo, poner el teléfono en modo avión o apagar el wifi porque si no, está buscando constantemente y emitiendo ondas. También podemos usar un reloj de pulsera para no mirar la hora en el celular. Debemos usar el dispositivo con una intención: “Hoy lo voy a usar para hablar con mi tía”. No debemos usarlo sin saber para qué lo estoy usando.
—¿Cómo deben ser nuestros alimentos para cuidar nuestra batería biológica?
—Debemos comer comida real. El pescado, por ejemplo, es comida real, no es un procesado, no es un paquete que contiene ingredientes. El segundo paso es quitar los aceites vegetales, maíz y girasol, que son sumamente inflamatorias Hay estudios que demuestran que el cigarrillo aumenta la posibilidad de tener cáncer en un 16% y estos aceites aumentan en un 80% esa posibilidad. Es muchísimo peor que el cigarrillo. Es muy nocivo. Hay que chequear con qué estás cocinando. Idealmente, usar aceite de coco o de oliva. También podemos hacer pequeños ajustes en nuestra vida diaria para poder tomar mejores decisiones respecto de nuestra alimentación. Optimizar nuestro sueño, o exponernos inteligentemente a la luz natural, antes que cualquier pantalla. Si podemos dedicarnos cinco minutos y no agarrar el celular ni prender la tele o la luz del techo, o si podemos mirar el amanecer, mejor. Eso pone en hora nuestro reloj biológico. No hace falta ver el amanecer de forma directa. Funciona igual si llegan los rayos entre los edificios. Esos rayos que llegan con esas frecuencias funcionan para sincronizar nuestro reloj biológico.
—¿Cómo podemos quitar de manera veloz un pensamiento que no nos sirve?
—Si una persona dice “Me siento angustiado”, pero está hidratado, apagó el wifi, consumió grasas saludables, subió la batería biológica y sigue mal, hay dos razones que son malas estrategias mentales: malos recuerdos del pasado y la anticipación de un mal futuro. En Stanford nos mostraban que cuando una persona explica lo que considera un problema o su angustia, el camino en el cerebro ligado a ese problema se intensifica más y se refuerza. El cerebro busca la respuesta de “¿Por qué me siento mal?”, pero, si cambio la pregunta a “¿Cómo sabes que te sentís angustiado?”, la persona posiblemente se sienta confundida porque no está acostumbrada a esta pregunta. ¿Cuál es la representación mental, cuál es la imagen ligada a ese malestar? ¿En qué estás pensando? Si aún así la persona no la encuentra, le podemos pedir que piense en el momento más feliz de su vida, comparando el cómo. Entonces la persona empieza a detectar. Vamos a buscar esa representación mental, esa imagen, que te hace mal. ¿Qué es? ¿Dónde la estás viendo?
—La está reviviendo.
—Un buen truco es decirle que esa representación mental, que está ligada a un malestar, la vea más grande. Probablemente se sienta peor. Mayormente cuando una persona se siente mal está creando una imagen negativa más grande que la vida. Lo podemos detectar mirando cómo las personas hablan. Debemos tomar control, detectar la representación mental, unida al malestar, y transformarla. Puedo hacer esa imagen más chica y sentirme mejor. Puedo ponerla detrás, cambiar los colores, mandarla lejos, ponerle una música graciosa. El mundo está lleno de oportunidades y puedo ampliar mi mapa mental para relacionarme de manera amorosa. Puedo ser lo que quiera en mi mundo mental. Puedo instalar lo que quiera. Cuanto más practicamos, mejor.
—Qué importante es que alguien pueda acompañar y guiar a quienes no tienen las herramientas. Y sé que dentro de poco estás dando un seminario. ¿Cómo se pueden conectar con vos? ¿Están a tiempo de sumarse al seminario?
—Comparto mucha información en mi Instagram: @labiohacker. He publicado el primer libro de biohacking, que se llama Biohacker. Y el 21, 22 y 23 de mayo voy a dar clases por streaming, donde voy a enseñar cómo resetear nuestros neurotransmisores, usando biohacking, para lograr nuestros objetivos. A las 21 horas de Argentina, 20 de Miami, y para todo el mundo. Cualquier persona puede compartir este “spa de cerebro”.
—Y no me olvidé de preguntarte sobre la crioterapia.
—Es algo maravilloso. Hackear nuestro sistema biológico es fácil, no hace falta irse al Tibet. En mi canal de Youtube, Melina Vicario la biohacker, hay un video donde explico esto. Wim Hof dice que, cambiando el ritmo de la respiración o cuando nos bañamos, darnos una ducha totalmente fría, por lo menos 30 segundos, optimiza las mitocondrias, sube la batería biológica y nos hace más fuertes. En casa podemos poner un bowl con muchos hielos, tomar aire, retenerlo, y meter la cara dentro todo lo que aguantemos. Esta práctica funciona a la mañana, despierta todo nuestro sistema y baja la inflamación. Mejora la calidad del sueño si lo hacés a la noche. Depende de la bio individualidad de cada uno. Si queremos ir mas allá, podemos hacer crioterapia estética poniéndole a los hielos algunas hierbas para que nos deja la piel divina. Podemos hacerlo todos los días. Ahora que llegan los días fríos podemos salir por un momento cortito al balcón en bikini, por ejemplo. Un poco de frío natural. Acompañado de estas respiraciones. También podemos hacer este ejercicio de respiración: nos acostamos en el piso, hacemos 30 respiraciones absolutamente adentro, tomamos mucho aire, llenamos la panza y el pecho, y soltamos sin esfuerzo, solo dejamos salir el aire. Lo repetimos 30 veces. En la 30, cuando largamos el aire, aguantamos. Y dejamos que el cuerpo haga los ajustes necesarios. Cuando ya no doy más, tomo aire de vuelta, absolutamente adentro, y aguantamos con el aire adentro. Esta práctica oxigena nuestro cuerpo, resetea nuestro sistema nervioso central y, al dejar al cuerpo sin oxígeno, cada una de nuestras celular agarra mucho más oxígeno al respirar. Idealmente se puede hacer tres veces el proceso.
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