Alguna vez el escritor uruguayo Eduardo Galeano escribió que Maradona era “el más humano de todos los dioses”, y en esa categoría también podría entrar el bonito Tom Cruise. Porque Tom no solo es objetivamente hermoso, también es el único actor de Hollywood que logró que su nombre, por contrato, aparezca solo y rutilante antes del título de la película. Es el que irrumpió en 1986 con Top Gun, e inmediatamente se convirtió en la fantasía de miles, pero que, desde entonces, sistemáticamente demandó a todo medio, nacional o local, americano o europeo, que sugirió que fuera homosexual o que vive atrapado en una secta o que es estéril. En los últimos cuarenta años, Cruise protagonizó las películas más taquilleras, los divorcios más herméticos y la “ninguneada” más grande: jamás ganó un premio Oscar. Desde hace 40 años pertenece, por hecho y derecho, a la categoría “superestrella megafamoso, todos sabemos quién es”. Reconocido por su ética de trabajo y su profesionalismo, con una belleza eterna y un carisma inapagable, algunas anécdotas muestran que sí, que es humano.
Es sabido que cuando filma, Cruise prioriza la película por encima de todo. Su compromiso con el personaje es tal que en las escenas de riesgo jamás usa dobles. Lo único que exige es tener a su disposición varias prendas de ropa interior, muy cómodas, para poder realizar con total libertad los movimientos de acción más exigentes y sin incidentes ni alguna imagen comprometedora. Seguro de lo que puede, a los 58 años y filmando Misión imposible 7, no dudó en saltar desde un precipicio en paracaídas y con una moto. En la película había varias escenas bajo el agua, y Tom comenzó a entrenar para poder permanecer sumergido. “Mi récord de estar bajo el agua está en 6:30 minutos. No querría repetirlo, entrené todo los días a 40 metros de profundidad. Estuvimos diez días grabando escenas en las que tenía que estar más de tres minutos bajo el agua”. Hay que reconocer que se toma sus papeles en serio.
Su obsesión por la escena perfecta es tal que en 2017 mientras filmaba La momia insistió en rodar la escena del accidente del avión en gravedad cero porque quería que el espectador viviera “la experiencia de la forma más realista posible”. El director le propuso filmar con un decorado rotatorio, pero la estrella se plantó y exigió hacerla en uno de los aviones con ausencia de gravedad que se usan para entrenar astronautas conocidos como vomits comets, y no hay que saber inglés para entender por qué se los llama así. Cuestión que la escena se rodó con los técnicos sosteniendo los focos y vomitando a la vez. Fueron necesarios dos días de rodaje, cuatro vuelos y 64 tomas hasta que finalmente se consiguió. No obstante, no llegó a cubrir el récord conseguido con Ojos bien cerrados. Stanley Kubrick, el director buscando la toma exacta, lo obligó a pasar por una puerta 95 veces, y Cruise no protestó ni bufó una sola vez.
Pese a su profesionalismo casi lindante con la patología obsesiva, Tom es capaz de grandes gestos con sus compañeros. Bill Hader, su coestrella en ese delirio hermoso e imperdible que es Una guerra de película, explicó cómo Cruise aceleró la filmación solo para ayudarlo.
Era 2010 y habían pasado nueve años del atentado a las Torres Gemelas. Al set, instalado en una isla de Hawaii llegó la noticia de que había un coche bomba en Nueva York. La noticia ya era aterradora, pero se puso peor cuando se supo que la mujer de Hader y su hija recién nacida vivían cerca del incidente. El actor intentó contactarse con ellas, pero fue imposible comunicarse. Su desesperación era evidente, Cruise se acercó y le preguntó si estaba bien. Él le explicó lo sucedido y la superestrella puso a todos a trabajar para que lo que estaba planeado como dos días de filmación se resolviese en 45 minutos. Después usó sus influencias para que Hader consiguiera lugar en un vuelo esa misma noche. Seis horas después estaba al lado de su mujer. “Me dijo, te llevaremos a casa esta noche y bam, lo consiguió. Así es trabajar con Tom Cruise”.
Aunque uno se lo imagina inaccesible, suele estar muy pendiente de sus compañeros. Todos los años les manda una torta de Navidad a los actores de reparto que trabajaron con él. Algo que contó Kirsten Dunt es que sigue recibiendo el obsequio pese a que actuaron juntos en 1994. Además la figura de Entrevista con el vampiro se acuerda de cumpleaños, aniversarios y celebraciones de cada una de las personas con las que trata en su trabajo.
Dakota Fanning tenía 10 años cuando fue su compañera en La guerra de dos mundos. En medio de la filmación cumplió 11 y Tom le regaló un ipod. Desde entonces cada año recibe un regalo por su cumpleaños, y ya tiene 27. “Siempre pensaba: ‘Cuando cumpla 18, probablemente dejará de hacerlo’. ‘Oh, 21, ahora lo dejará’. Pero lo hace siempre, es superamable”, reconoce. Cuando se conocieron le regaló su primer celular, ahora, mayormente, le regala zapatos.
Otro aspecto no tan conocido es que es un gran romántico. Mientras estuvo en pareja con Nicole Kidman le dejaba notas de amor por toda la casa, le enviaba flores casi a diario y le regalaba objetos de valor más tangible, como joyas o una auto alemán. En su caso billetera no mata a galán, porque posee ambas cualidades.
Con Cuba Gooding Jr., el coprotagonista en Jerry Maguire vivió una situación que podría haber sido molesta, pero la estrella de ojos azules tomó con humor. Invitado a una fiesta Gooding Jr. asistió con su papá. Hasta ahí todo bien, pero resulta que cuando el señor vio a Cruise, en vez de felicitarlo por su actuación o de hablar del clima, no tuvo mejor idea que preguntarle si era gay. “Creí que se acababa el mundo, pero Tom lanzó una carcajada y le contestó que no y pasamos todos una buena noche”, relató Gooding en el programa británico de Graham Norton.
Cruise también puede comportarse como un “chico grande”. Como la vez que escaló un muro de cinco metros para colarse en una fiesta en casa de Kurt Russell y Goldie Hawn, como contó Kate Hudson. O esa vez que invitado a cenar a la casa de Will Smith y Jada Pinkett Smith, les propuso a ellos y a los otros doce invitados jugar a las escondidas. Una más. Al terminar de filmar Top gun, Val Kilmer decidió regalarle una botella de champán carísima. Eso sí, nada de dársela en la mano. La escondió en medio de un campo gigante y dejó pistas para que Cruise pudiera encontrarla. El actor no solo resolvió las pistas sino que además encontró el “tesoro”. “Me escondí detrás de una tribuna y lo vi cargar la caja gigante en su motocicleta. Nunca me agradeció por la parte de Iceman”, reveló en sus memorias el rubio.
Tom se propuso ser el mejor actor de películas de acción de los últimos tiempos, y su actuación en la saga de Misión imposible lo confirma. Pero hace poco trascendió un hecho que demuestra que en la vida real también puede ser un héroe. El actor salvó la vida de su coprotagonista, Elisabeth Shue, durante la filmación de la comedia Cocktail, de 1987.
El episodio salió a la luz luego de que el diario británico The Sun reportara que Cruise rescató a un camarógrafo que se resbaló del vagón de un tren en movimiento mientras filmaba una escena de riesgo en Misión imposible 7.
El hecho sirvió para que Bill Bennett, operador de cámara durante la filmación de Cocktail contara en sus redes: “Estábamos filmando la escena desde un helicóptero, donde Tom y Elisabeth están montando a caballo por la playa”, escribió en su publicación. “Después de un par de tomas, el piloto aterrizaba el helicóptero en la playa, y Tom y Elisabeth venían a ver las grabaciones de las tomas y tomaban notas del director. El único monitor estaba en el asiento delantero izquierdo del helicóptero”.
Bennett explicó que el rotor de cola ubicado en la parte trasera del helicóptero parece invisible mientras gira, y agregó: “Es un área totalmente prohibida cuando se trabaja cerca de helicópteros. Si entras en él, te matará instantáneamente”. Después de que los actores vieron la reproducción de una escena en el monitor y recibieron notas del director, “Shue, muy emocionada, salió corriendo hacia la parte trasera del helicóptero”.
Bill indicó que estaba atado con un arnés y, por lo tanto, no logró correr a su rescate, pero se inclinó frenéticamente y le gritó “alto”. Justo en ese mismo momento en Tom vio a dónde iba Elisabeth y lo que podía ocurrir si la actriz seguía adelante. La actriz perdería la cabeza, literalmente.
“Tom es piloto calificado, tanto en aviones como en helicópteros, y al instante vio el peligro”, continuó el operador de la cámara. “Se abalanzó sobre ella, pero solo pudo agarrar sus piernas, tirándola al suelo… En ese momento ella se puso blanca, y él la empujó hacia la parte delantera del helicóptero. Todos nosotros en el helicóptero quedamos temblando, pero no había nada qué decir. Tom, en ese instante, realmente le salvó la vida”.
El incidente, que ocurrió hace 34 años, cuando los procedimientos de seguridad no eran tan estrictos. Tom se enteró de lo publicado y confirmó que la historia era cierta. Bonito pero misterioso, talentoso pero obsesivo, Tom Cruise solo es un hombre, aunque en algunos aspectos tenga aspecto de dios.
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