“Hola pa, quería decirte que te quiero mucho, quiero agradecerte por todo lo que hacés por mí, sos muy buen padre, muy hinchapelotas, pero bueno. Te quiero, te amo con el corazón y vos sos mi viejo. Un beso”, le dijo Osvaldo a Mariano Iúdica, su papá del corazón, a través de un video.
“El paroxismo del amor”, definió Iúdica. “El paroxismo del amor”, repitió, muy embargado por la emoción y las lágrimas que fueron generadas por el saludo de Ova. Ocurrió durante Vino Para Vos (KZO) con la conducción de Tomás Dente, ciclo en el que los entrevistados son sorprendidos por mensajes de sus seres queridos. En este caso, fue de Ova para Mariano, quien lo adoptó cuando tenía nueve años.
“Tengo un hijo del corazón que es un hijo mío más, se llama Osvaldo. Vive en mi casa desde hace cinco años”, había contado Mariano Iúdica en 2013, por primera vez. “Tengo cuatro hijos. Romina (su esposa), en un gesto de solidaridad, lo trata como un hijo más. Lo vivo con total naturalidad y con mucho amor”, dijo sobre la decisión que tomó de hacerse cargo de la crianza del hijo de Mirta, la señora que trabaja en su casa, a quien tanto Mariano como Romina Propato, su mujer, la consideraban muy importante en sus vidas. “Ni yo ni Romina tenemos mamá y papá, así que Mirta ocupó un lugar muy estelar”, dijo Iúdica.
De vuelta en la charla con Dente, el animador dijo más sobre su vínculo con Osvaldo: “Es lo máximo del amor en crudo. Sin miramientos, sin competencias, sin nada. Es: ‘Acá estoy, para entregarme y para darme lo que me quieras dar’. Y así vino”.
Respecto al recibimiento que Ova tuvo en la casa de los Iúdica, el conductor contó: “El primero que lo llamó ‘hermano’ fue Salvador, que era muy bebé. Osvaldo vino a los 9 años a mi casa, casi antes de cumplir 10. Y solo trajo bendiciones a mi casa. Es mucho más grande lo que él hizo en nuestra vida, que lo que nosotros hicimos en la de él. Mil veces más grande. Hizo brotar todo lo que se te ocurra: abundancia de todo, de amor, de familia, de salud, de dinero, todo desde que Osvaldo pisó nuestra casa. Con una generosidad de Romina y de mis hijos enorme... lo de Romina está en otra galaxia”, enfatizó.
También tuvo un párrafo para la evolución y el crecimiento de Osvaldo en los diez años desde que se integró a la familia de Mariano: “Él tiene un respeto y un amor incondicional con sus hermanos que es mi remanso, mi tranquilidad. Es el hermano varón mayor y lo hace notar en como cuida a sus hermanas, a su hermano, la casa, conmigo. Cómo es de atento, adónde está estudiando, está en la facultad, Recursos Humanos, con buenas notas”, dijo y agregó ejemplos de superación: “Es un chico que llegó y hablaba en guaraní, que le costaba y lo cargaban en el colegio. Y su inserción en el club, sus amigos, el deporte, sus novias, sus salidas, sus canchereadas, viviendo una vida normal en una picadora de carne como es entrar en la casa de un tipo que es famoso, nada que ver”.
“Estoy agradecido a Dios por haber mandado un hijo así a nuestra vida”, cerró Iúdica en carne viva y a pura emoción, de manera análoga al estilo que porta para conducir.
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