María Rosa Fugazot es una de las actrices consagradas de Argentina y trabajó en innumerables proyectos tanto en televisión como en teatro. Sin embargo, a pesar de su vasta trayectoria, hoy, a los 78 años, asegura que su jubilación no le alcanza para vivir y que, incluso, tiene que vivir en la casa que le prestó una amiga porque no tiene capacidad económica para afrontar un alquiler.
“Si no trabajo me cag... de hambre. Lo que gané me sirvió siempre para que mis hijos estudiaran, para mantener mi casa, para que a mi mamá enferma no le faltara nada y a mi papá no le faltara cuidado. Gracias a Dios hasta ahora, que la cosa viene difícil, yo nunca me quedé con la jubilación. Si hubiera tenido que vivir de mi jubilación, me suicido”, dijo en una entrevista con Andrea Falcone, conductora de Jubilados TV. Y agregó: “Una vez que me jubilé con 65 años, después de haber pagado la jubilación, he seguido pagando porque me tuve que volver a inscribir en monotributo para poder trabajar”
En esa línea, fue consultada sobre la posibilidad de abandonar el país. “Estuve dos o tres veces (a punto de irse), pero cuando no era porque estaba de novia, o por mi mamá, o por los chicos. Nunca me quise ir, siempre terminé quedándome”. Y aclaró: “No me quejo de lo que me pasa, porque le pasa a muchos, de lo que yo me quejo es haberle dado tanto al país, haber sido respetuosa de todas las leyes, haber pagado siempre lo que me correspondía, de haber rascado de donde no había para pagar, para no deber, para no ser deudora o morosa y al final no me sirvió de mucho y hoy mismo no me sirve de mucho. Si sos honrado, este país es una trampa enorme”.
Por otro lado, recordó la difícil situación que atravesó en diciembre de 2011, cuando por la crisis del país se cayeron varios proyectos laborales que tenía, y aseguró: “Lo que a mí me angustia es que no me dejen vivir, que no me dejen trabajar, que no me dejen ganármela, yo no sé vivir del regalo, nunca lo hice. Esta casa dónde vivo es de una amiga de Tandil, para mí es un agradecimiento infinito para ella, pero por otro lado una gran vergüenza, que a esta altura de mi vida no me pueda pagar un alquiler, es triste”.
Lamentablemente, Fugazot no es la primera figura del espectáculo que tuvo problemas económicos en el último tiempo, situación que la pandemia agudizó. Hace unos meses, Flavio Mendoza había expresado su preocupación por las restricciones que impedían el regreso del teatro. “Yo ya cumplí con mi deber social de quedarme en mi casa, de aguantar pero ¿cuál es la ayuda que me dan? No pido que me regalen nada. Yo tengo la necesidad de trabajar”, había afirmó el coreógrafo en el programa radial Polino Auténtico que conduce Marcelo Polino por Radio Mitre.
También fue el caso de Silvina Escudero, que antes de su participación en Los Mammones, había confesado su angustia por el cierre de su escuela de danza. “Con Vanina estamos muy angustiadas porque tenemos un monstruo, nuestra escuela es gigante. Los empleados, el alquiler…”. Y agregó: “En el mejor de los casos volvemos en seis meses, ¿pero cómo pago el alquiler retroactivo? No tengo ni ahorros, es un imposible”. Algo similar le sucedió a Mora Godoy a fines de 2020, cuando tuvo que cerrar su escuela de tango. “No entramos en el ATP, en el IFEm ni en los subsidios. Miles de millones (de pesos) se destinaron al turismo. Nosotros también somos turismo, porque vienen turistas. Los que más necesitamos no fuimos escuchados”, había dicho la bailarina en aquél entonces.
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