Habló de “un proceso”. También de que estuvieron “muchos años juntos”. “Por lo menos para mí...”, advirtió, aunque fue él quien nunca había tenido un noviazgo tan largo: tres años. Además destacó una circunstancia excepcional, si reparamos en las generalidades de las leyes amorosas nunca escritas: dijo que fue una separación “en muy buenos términos”, lo que hace “más llevadero el después”. Aunque fue tajante: evitó decir que se separaron “con amor”. “Por algo te separás...”, razonó. Y no cerró la posibilidad de una reconciliación futura: “No tengo idea”, se sinceró.
Quien en estas semanas habló de todo eso en los medios fue Laurita Fernández, habida cuenta de que Nicolás Cabré siempre opta por el silencio público. A ella le tocó dar testimonio sobre una ruptura que sorprendió a propios y extraños, pese a las crisis atravesadas -la más difícil, en el 2020-. Cuando última anterior había sido una hermosa casa que estaban construyendo en un country, el anuncio del final del vínculo -dicho por la bailarina en las redes- tomó a todos desprevenidos. Y aquellas palabras volcadas en el principio de esta nota no parecieron suficientes para responder una simple pregunta: ¿por qué razón se terminó?
Laurita dio una nota con la revista Gente. Y tampoco aportó certeza sobre ese interrogante. Pero sí se refirió a la posibilidad de ser madre junto a Cabré. “Al principio de la relación lo hablamos con Nico -confió-, es un tema que se charló porque no estábamos muy de acuerdo con los tiempos... Pero después lo resolvimos, por eso seguimos adelante con la relación cuando recién nos conocíamos”.
La conductora -quien espera el estreno de El club de las divorciadas, su flamante ciclo en El Trece- atraviesa un gran momento profesional a sus 30 años. “Quisiera ser mamá más adelante, tengo el deseo pero nunca me imaginé a esta edad con un hijo”, se explayó. Cabré, de 41, ya es padre: Rufina fue fruto de su relación anterior con Eugenia la China Suárez, con quien -a diferencia de cualquiera de sus ex parejas- mantiene una relación cordial.
Fernández elogió las aptitudes del actor como papá: “Es súper presente (con Rufina), eso me gustaba”. Esa comprobación, algo cambió en ella. “Por eso en su momento me animé a plantearlo, me nació el deseo de proyectar con él, un lugar, una familia, decir: ‘Sí, es él’. Y después no se concretó”, lamentó, a la vez que nuevamente se deshizo en elogios: “Sus acciones, su personalidad, su manera de ser padre hace que a mí, en ese sentido, en ese punto, me inspiraron amor, confianza, admiración, porque sí es un papá muy amoroso”.
Laurita y Nico se conocieron en 2018, trabajando: fueron compañeros en el musical Sugar, a cuyo estreno en la Calle Corrintes ella llegó estando en pareja con Federico Bal. En septiembre de ese año, ya distanciada del hijo de Carmen Barbieri, la actriz contó que estaba saliendo con su colega. “Se dio sin buscarlo, sinceramente, al principio, lo vi como un compañero de trabajo”, manifestó, por si alguien tenía dudas sobre las fechas.
El año pasado -lo dicho- vivieron una crisis luego de que la ex campeona del Bailando de ShowMatch viajara a Nueva York en soledad. Regresó a su departamento para pasar la cuarentena y explicó que estaba separada. “Tenemos mucho amor, pero también tenemos mucho amor propio los dos. Y cuando tenemos distintas maneras de encarar las cosas, aprovechamos la distancia obligatoria para ver qué pasa”, dijo, en los primeros días del aislamiento decretado por Alberto Fernández para evitar el avance del coronavirus.
Semanas después regresó a la casa de Cabré, volviendo a apostar a un amor que, desde entonces, se prolongaría un año más. Hasta aquí. ¿Hasta aquí...? Aún es pronto para saberlo.
SEGUIR LEYENDO: