El hijo de Mónica Gonzaga estuvo en el centro de la polémica al organizar una reunión en su casa de Sauce de Portezuelo, en Uruguay, en la que se convocaron más personas de las permitidas por los protocolos santuarios. Incluso, algunos medios uruguayos indicaron que fueron más de 500. A raíz de este hecho, Adriano Sessa fue expulsado del país vecino y debe pagar una multa de 33 mil dólares.
“Tengo un grupo de amigos con el que nos organizamos, porque era el cumpleaños de uno, para realizar una reunión acá en mi casa. Hablando en persona con ellos les dije: ‘Sí, hagámosla, inviten algunos grupos de amigas y vénganse y lo festejamos acá, pongamos equipos de música, pero hagamos una reunión que sea acorde, tampoco cualquier cosa’”, declaró en el ciclo Intrusos en marzo pasado. Y luego agregó: “Pero esto fue una reunión, desmiento categóricamente que se cobró cualquier tipo de entrada. Acá no se cobró entrada a nadie, acá no se vendía alcohol a nadie. Esto no era una fiesta organizada clandestina sino que fue una reunión en la que se pasó la ubicación del lugar y bueno, terminó cayendo gente por cualquier lado”.
Este lunes 10 de mayo, el joven fue entrevistado nuevamente en el programa de América y reflexionó sobre todo este escándalo: “Volví (a la Argentina) más tranquilo, te imaginás que fue un revuelo terrible lo que pasó, dejando el tema atrás lo más que se puede. Pedí las disculpas y acepté las consecuencias, tratando de darle para adelante, de cambiar un poco los aires”.
También se refirió a la multa de 33 mil dólares que debe pagar por haber realizado ese festejo en plena pandemia: “El tema económico es algo que me mata, me liquida, no podría pagar esa multa, tendría que acudir a alguien de mi familia. Sería retroceder para mí. Yo soy una persona que fui tildado de vago, de fiestero, de todo lo que se pueda decir. Hay veces que hay que separar, yo no soy así. Desde que terminé el colegio estudié, sigo estudiando ingeniería”.
Además, Adriano explicó que le gustaría volver a Uruguay, más allá de todo lo ocurrido hace unos meses: “Pienso en este vida que voy a ser viejo y que voy a seguir yendo ahí. Por otra parte, su mamá también se refirió al escándalo y realizó graves acusaciones contra las autoridades de Uruguay: “Me partió al medio toda la historia, porque odio las injusticias y aparte nunca me habían puesto cosas malas en las redes... A veces se habla sin saber. Lo que pasó fue que una fiesta de cumpleaños con 15 chicos haciendo unas hamburguesas en el fondo de mi casa, en la playa. Al otro día me llegó una multa, pero no me dejaron pagarla. Fuimos a Jefatura y no nos dejaron declarar”.
También, Mónica aseguró que intentaron usar su caso para “asustar” a la gente y persuadirla de no realizar este tipo de reuniones sociales: “Esto pasó esto en días de mucho contagio, de muchos problemas y tomaron la actitud de ejemplificar el tema de las fiestas clandestinas conmigo, que esto no se hacía más y que iba a ver una gran multa. A Adriano lo sacaron directamente del país. A mí me hizo mucho mal porque ya vi todo tan raro... No podía declarar, fui con un abogado. Me sentí muy insegura, porque no sabés quién está del otro lado. Me sentí usada, pero con miedo porque (a mi hijo) le sacaron la nacionalidad. En el Ministerio del Interior me decían que me fuera ya...”. Cuando el cronista de Intrusos le preguntó sobre la multa de 33 mil dólares, Gonzaga respondió: “Es (la multa) con los honorarios de los abogados. Se está tratando de negociar, porque no era para que se pague esa multa. Si tenés que pagar eso, tenés que vender tu departamentito”.
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