“La enfermedad afecta al paciente, que es el que pone el cuerpo, pero también a toda la familia, porque dejamos todo. Uno deja su vida para pasar a tener vida de hospital y dedicarse al paciente. A veces hasta dejamos de lado a nuestros otros dos hijos. Pobrecitos”.
Del otro lado del teléfono se escucha a María Luz Laiolo, mamá de Catalina (8), Juan Ignacio (6) y Clara (3), y esposa de Juan Pablo. En agosto del año pasado la familia Bustos se mudó de Junín, provincia de Buenos Aires, a Capital Federal, en donde viven desde que a Cata le diagnosticaron cáncer. Luego de que la niña se quejara de dolores de cabeza, una estudio arrojó que tenía un meduloblastoma anaplásico y que había metástasis en la médula espinal.
“Se nos cayó el mundo. Nos quedamos sin saber qué hacer porque uno jamás espera eso. Fue terrible. Había que tomar decisiones”, recuerda María Luz en diálogo con Teleshow. Sin entender lo que sucedía, ella y su marido se subieron a la ambulancia con su hija y fueron trasladados al Hospital Italiano, en donde Cata fue operada al día siguiente. Le extrajeron un tumor y comenzó un proceso de radioterapia y quimioterapia.
Un amigo médico de Juan Pablo los ayudó con la logística. “Nosotros estábamos paralizados. Yo sentí como en las películas: cuando estás inmóvil pero el resto sigue moviéndose. Así estuve un par de días. Después, hablando con mi hermana, entendí que eran ellos los que nos ayudaban a que todo siga funcionando”, reflexiona Luz. Los primeros días Juani y Clara se habían quedado en Junín con sus tíos y abuelos. “Hicimos lo que pudimos, pero ellos ya nos necesitaban y nosotros también a ellos, así que viniron con nosotros”.
Desde agosto del año pasado, la familia Bustos solo regresó tres veces a Junín a visitar a su familia. “La pandemia no ayuda porque no podemos ver a mucha gente, pero a Cata le hace bien estar con sus tíos, abuelos. También extraña mucho sus juguetes, su casa”, dice Luz y destaca que sus hijos toman clases de manera virtual.
La historia que conmovió a Tini. Hace poco más de una semana, Tini Stoessel lanzó junto a María Becerra “Miénteme”, una canción que batió récords y que incluso tiene su propio challenge.
“Cata conocía TikTok pero con la internación prolongada terminó de descubrirlo. Le gusta mucho el arte: bailar, pintar. Y Tini le encanta, se duerme con su música, también la escucha durante el día. Le gusta bailar y hacer coreografías”, destaca.
“Y el sábado, durante una transfusión de glóbulos rojos, pasó una pediatra e hicieron el challenge”, continúa Luz y aclara que la intención era grabarla para enviarle el video a sus amigos y familiares para mostrarle la evolución de su hija. “Ellos se ponen re contentos porque la ven bien a Cata”.
Hasta que la niña la sorprendió con una frase: “A ver si Tini nos contesta...”. De inmediato, su mamá y amigas comenzaron una campaña en las redes sociales. “Le debe escribir mucha gente y quizás ni siquiera ella maneja sus redes”, pensó Luz. Sin embargo, el video de Cata y su pediatra se volvió viral y no tardó en llegarle a la cantante que se mostró conmovida.
“Qué lindo ver esto. Cata está por terminar su tratamiento y me mandó este video haciendo el challenge de Miénteme”, le contó a sus más de 15 millones de seguidores. Y luego le dedicó unas emotivas palabras a su fan: “Te mando todo mi amor, sos una leona y un ejemplo. Te quiero mucho”.
Al ver la notificación en su celular, Luz y Juan Pablo le mostraron a Cata el mensaje de la artista. “¡Estaba re contenta! ¡Feliz!”.
María Luz destaca que lo que sucedió con Tini ayuda a concientizar y reforzar la campaña de la donación de sangre. “Cata necesita todo el tiempo y con la pandemia hay menos donantes voluntarios. Es importante que la gente done”.
Por su parte, también lucha para que salga la Ley de Oncopediatría. Ella es odontóloga y su marido, contador. Y desde agosto del año pasado dejaron de trabajar para instalarse en Buenos Aires y acompañar a su hija en el tratamiento. “Nosotros tuvimos la suerte de que nos pudimos venir los cinco, pero en el hospital conocí madres o padres que viajaron solos con sus hijos y el resto de su familia se quedó en su casa, en el Interior. Que cuentan la plata para pagar lo que necesitan, o reciben ayuda de amigos. Con la ley eso no pasaría porque estarían cubiertos los alojamientos, traslados”.
Antes de finalizar la llamada, Luz cuenta que esta semana (martes, miércoles y jueves) Cata realiza la última sesión de la quimioterapia. “Si la resonancia de control da bien, terminaríamos el tratamiento”, explica y recuerda un emotiva reflexión que le compartió a sus amigas hace un tiempo: “Fue un año muy duro, pero no el peor de mi vida, porque la tengo a Cata conmigo”. Luz se despide de la entrevista mostrando un mensaje esperanzador, y deseando que su hija se recupere pronto para que puedan volver a ser la familia de antes y regresar a Junín.
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