“Me mudé a un departamento en el mismo barrio de Capital dónde vivía”, contó Luciana Salazar en radio por Agarrate Catalina con Catalina Dlugi que se emite desde La Once Diez. “Es lindo. Le puse mucho amor. Tardé un año en armarlo. Me sacó canas verdes, pero valió la pena. Y ahora, a disfrutar”, detalló la mediática que el viernes pasado se mudó a la torre Chateau Libertador en Nuñez.
Desafío que coincide con su inminente debut en La Academia, de ShowMatch. “Estoy entrenando. Fueron muy amables. Trabajé mucho con ellos y entendieron...”, alegó en relación al tiempo que Luciana puede dedicarle por estos días al ciclo de Tinelli. “Trabajar al lado de Marcelo me dio grandes satisfacciones. Escuché que va a haber de todo... Como riña de gallos y ¡me quiero matar! Porque no va a ser sólo baile. Va a haber canto. Y varios duelos”, apuntó la modelo que es mamá de Matilda, que tiene tres años.
Consultada sobre las nuevas particularidades del concurso, sin voto del público y con el jurado definiendo en todas las instancias, anticipó: “No le tengo miedo a ninguno. Tuve un entredicho con Ángel (De Brito), pero tenemos un ida y vuelta. Ya nos conocemos. Forma parte de convivencia de periodistas con famosos. Vamos los dos de frente y tenemos carácter”, apuntó Luciana y destacó que tanto con Pampita Ardohain, como con Hernán Piquín y con Jimena Barón siempre tuvo muy buena relación.
En tanto, yendo a aquello que la ocupa a nivel personal, judicial y mediático, Luciana habló de Martín Redrado. Repasó que en el plano de lo civil, hay un juicio entre ellos por daños y perjuicios. “La única víctima soy yo. Me parece siniestra la situación, pero mas allá de eso, tengo testigos fundamentales. Ir a juicio es una demostración para que puedan salir a la luz cosas tapadas. Me viene perfecto... Por eso no quise conciliar. Ademas, contrademandé”, detalló Salazar, que en marzo empezó un escándalo público con Martín Redrado. Y amplió: “En lo penal hay una querella que no nos llegó, pero a eso también va a haber una respuesta”.
Entonces apuntó: “Pasaron cosas que no las voy a decir. Pero hay algo terrible... Él queda expuesto. Está rozando el delito. Todo eso me sigue favoreciendo. Hace una semana pasó...”. Y definió como “fundamental” la presencia de Redrado nuevamente en Argentina, después de algunos meses en Miami. Claro que ante la insistencia de Dlugi para que dé detalles de lo que había pasado, Luciana fue contundente. “No lo voy a contar. Hay una persona que lo sabe. Que es mi testigo: Ana Rosenfeld. Falta que se lo trasmita a Mariano (Cúneo Libarona, su abogado). Todas las pruebas que tengo las paso”, advirtió luego de puntualizar que Rosenfeld no oficia de abogada en este caso, porque está involucrada como testigo.
En tanto, Luciana sí deslizó: “A mi me trajo un conflicto y lo deja expuesto a él... Hay que ver que explicación da... Porqué lo hizo. Me reservo... Para un juicio está bueno reservarse cosas. Que salgan a la luz en el el momento indicado”. Y sobre las diferencias entre ambos, reflexionó: “Ya no me sorprende nada. Puede pasar cualquier cosa. Todo esto me espanta... Estuvo mi hija en el medio. Él la puso... Me manipuló por la relación con la nena. Jugar con los sentimientos de una menor es fuerte. Ella pregunta por él. Es una niña de tres años... Inocente. Va a quedar clarísimo en un juicio”. Antes de despedirse, cerró: “Yo creo en la justicia divina, más que en la justicia. Con la justicia nunca sabés... A veces con personas que pueden tener una especie de poder… Pero yo no tiemblo ni nada”.
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