“Llegó la época de reinventarse. Hay que hacer cosas nuevas”, afirmó Marcelo El Teto Medina en una entrevista televisiva que brindó después de mucho tiempo. El conductor habló de su nueva vida, a casi dos años de un escándalo en el que quedó involucrado después de que Mónica Fernández, quien fuera su pareja durante cinco años, lo denunciara en la Justicia por amenazas y violencia de género, abuso sexual y tenencia de armas de fuego.
Con un look renovado -una barba que no estaba acostumbrado a usar al menos en televisión, el animador recibió en su casa de Buenos Aires a Silvestre, con quien realizó una entrevista que se emitió en Silvestre en la noche (por Canal 9 Salta). Allí habló de su nueva vida, después de haber afrontado la denuncia de su ex pareja y de haber estado internado por “un cuadro de depresión mayor”: actualmente es operador socioterapéutico especialista en adicciones.
“Estoy en REC, un ciclo de archivo de Canal 9. El Nueve digitalizó toda su programación anterior y en la pagina del canal subimos esos programas de REC”, contó sobre su presente laboral, destacando que sigue vinculado al canal en el que trabajaba en 2019 cuando sucedieron los hechos que lo tuvieron en el centro de la polémica.
“Soy operador socioterapéutico especialista en adicciones. Trabajo en comunidades terapéuticas con chicos que tienen adicciones. Doy mi testimonio y por otro lado, les contamos sobre la problemática del tema. Les damos nuestros tips para superar el conflicto”, agregó y detalló que su nuevo rol consiste en “organizar reuniones terapéuticas con todos los miembros de la comunidad y que aprendan a sacar el dolor y la angustia”: “Estoy muy entusiasmado con esto”.
“En todo el país hay comunidades que ayudan a los chicos que sufren adicciones no sólo a las drogas, sino al juego, al acohol y muchísimas más. Lo más importante de todo es que cuando uno está mal tiene que saber pedir ayuda”, continuó el conductor que también recordó su experiencia. “Yo lo viví en carne propia y a partir de esa vivencia me pregunté por qué no involucrarme más. Veo que hay chicos que sienten vergüenza por estar internados. Pero tienen que entender que esto es la salud”, enfatizó.
“Hay que aprender a pedir ayuda y no esconderse -remarcó- Lo mismo que le digo a los chicos les digo a las familias: vos podés tener a alguien un año internado pero si cuando uno sale vuelve a la misma familia, va a volver a tener el mismo problema”.
Por su parte, sostuvo que compartir su nueva faceta le “llena el alma”. “No lo hago porque soy buen tipo ni mucho menos. Me sirve a mí en lo personal. Cuando un chico me dice que le salvé la vida, le aclaro que lo que hago es orientarlo para superar el problema de adicciones y le recomiendo ir a algún psicólogo, o sumarse a alguna comunidad”, explicó.
“Como uno vivió el tema y lo conoce, sabe cómo encararlo. Muchas veces los padres descubren que tienen a un hijo adicto a algo y no saben qué hacer o a quién recurrir. La propia experiencia me ayuda a poder ayudar al otro”, agregó.
El Teto Medina -tal como se lo conoce popularmente- aseguró que está pasando “por uno de los mejores momentos” de su vida: “Siento una felicidad en el alma que no puedo describir. Cuando tengo 40 o 50 chicos con problemas de adicción les hablo, cuento mi experiencia, los escucho y les explico que esto se cura si uno aprende a sacarlo para afuera. Siempre se dice que uno tiene vidrio molido adentro cuando se angustia y no lo puede sacar. Lo importante es aprender a compartir y sobre todo en estos grupos donde no hay uno mejor o uno peor que el otro. Todos tienen problemas similares y yo aprendo mucho de ellos también”.
Por su parte, indicó que las reuniones que organiza se llaman El salón de los espejos. “Porque todos vemos reflejado lo que el otro comparte. Son problemáticas similares y compartirlas te sana”.
“Siempre hablo de esta cosa de andar lidiando por la vida, que es sacarte esos dolores que uno viene arrastrando, esa angustia. El aparentar, el no querer mostrar, el tener esta cosa escondida. Eso trae mucho dolor y crece tanto que uno ya no sabe cómo manejarlo”, continuó.
“Es muy sanador cuando logran sacar esa angustia que tienen adentro. Lloran después de contarlo por primera vez. Por eso funciona tanto la terapia grupal. Es muy importante porque son pares que se animan. En donde se animó uno, se anima el otro. Cuando uno escucha todo lo que le pasó al otro enseguida se anima a hablar. Y eso lo sana. Está comprobado y es buenísimo. Está bueno ir por la vida sin mochila, sin cosas que te duelan. Eso se aprende compartiendo”, reflexionó el conductor.
“A mí me sirvió mucho esto y me enamoré de la terapia en grupo. Ahí me decidí a estudiar esto y profundizar sobre el tema. Hay que enseñarle a la gente tiene que no hay que esconder las cosas. Hay que hablarlas. Un padre con un hijo. Una madre, una pareja, un amigo. Y dejar la vergüenza de lado”, sugirió desde su experiencia. “Siempre les digo a las familias o chicos que transitan por esto es que pidan ayuda. Esa es la mejor manera de resolver el conflicto. Solo no se puede. Hay que tener la bondad y humildad de acercarse a alguien y pedir esa ayuda”, agregó.
Desde su rol de operador socioterapéutico especialista en adicciones, Medina incentiva a los jóvenes al decirle que son “campeones”. “Que eligieron el camino de la vida para recuperarse y estar bien. No son los pobrecitos que van y se internan, sino que son los campeones que eligieron recuperarse y que su familia deje de sufrir”.
Y le sugirió a los familiares de aquellos jóvenes a que se involucren. “En los tratamientos, cuando hay un adicto en la familia los que están alrededor son fundamentales. Yo grafico la adicción de esta manera-: Por ahí uno a los cinco años vive una angustia tremenda porque tiene una mala relación con los padres y esa angustia le queda. A los 20 empieza a tomar alcohol y se anestesia. Cree que la bebida le hace bien y no es así. Sino que tapa algo que le hizo mal y no superó. Hay que buscar el problema para resolverlo. Y cuando uno comparte con el otro llega a esa respuesta mucho mejor, porque tal vez al otro le pasó lo mismo que a uno. Es muy sanador”.
“Nosotros somos los de campo y vivimos el día a día del paciente. Después lo derivamos a un profesional de la psiquiatría. Nosotros trabajamos en conjunto con el médico”, detalló sobre su rol.
También remarcó que es importante “dejar la ira o el enojo de lado”: “Si uno te ataca el problema lo tiene ese y no hay que responder de la misma manera. Uno tiene que sentir compasión por el que ataca. Ahí se termina todo porque para una pelea se necesitan dos. Estamos en un momento de mucha pelea y eso no lleva a nada. No construye. En cambio si entendiéramos al otro aunque pensáramos diferente, que tenemos el mismo fin, las cosas van a funcionar. Si vivimos todo como un River-Boca no vamos a llegar a ningún lado”.
Y se emocionó al hablar de los jóvenes que están en recuperación. “Si todo esto que me pasó fue para llegar hasta acá, agradezco. No tengo broncas ni rencores. Soy un tipo feliz. Y si Dios eligió esto para mi vida lo transité. Hice las cosas bien y él me trajo hasta acá. Me perdoné, perdoné y ahora hay que ser feliz”, concluyó Marcelo El Teto Medina en la charla profunda que tuvo con Silvestre.
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