El guionista de la serie de Luis Miguel, Daniel Krauze, hablo en exclusiva con Teleshow. Cuenta cual fue el desafío más grande a la hora de escribir la segunda temporada. Habla también sobre su admiración por el cantante y el deseo intacto de querer conocerlo en la vida real.
Sobre la nueva temporada asegura que vamos a ver a un Luis Miguel completamente diferente al vimos en la primera temporada. Un Luis Miguel más solitario, desconfiado y con más sombras. “Es un Luis Miguel que va a llamar la atención.”
La ausencia de un personaje del calibre de Oscar Jaenada fue uno de los mayores retos para la producción.
—¿Cómo estás viviendo esta segunda temporada y en qué cambió tu vida escribirla?
—Primero, estoy bastante menos nervioso de lo que pensé que estaría para un proyecto en el que trabajé tanto tiempo. Habiendo visto toda la temporada, estoy muy satisfecho con mi trabajo y con el trabajo del equipo, que después de cuatro años, pues, se ha vuelto ya como familia en muchos sentidos. Y respondiéndote en cómo cambió mi vida: yo le debo muchísimo a la serie de Luis Miguel. Le debo en gran medida el trabajo que tengo. No estaría aquí hablando contigo sin esta serie. Feliz me quedo aquí, hasta la temporada 17.
— Es correcto que eras fan de Luis Miguel?
—Sin dudas, sin dudas, sin dudas. Yo siempre digo que mi interés por Luis Miguel fue primero musical y después biográfico. Es decir, yo quise entrar al equipo de escritores. Conocía a Carla González, la productora de la serie, y le dije: “Por favor, méteme al equipo de escritores de Luis Miguel si hicieras el proyecto”. Fue porque yo era muy fan: crecí escuchando su música en los 80, en los 90 y en los 2000. Ya después, como rascando en su vida, empezando a conocerla, la vida de Luis Miguel en sí me parece fascinante. Ciertamente digna de una serie, ¿no? Lo suficientemente rica para tener una narrativa de dos temporadas como tenemos ahora.
—¿Tuviste la oportunidad de conocer a Luis Miguel?
—No, nunca lo he visto. Que eso me parece que es completamente natural, porque Luis Miguel es Luis Miguel. Yo no nunca esperé de verdad que me dijeran: “Oye, tú vas a escribir aquí, vas a estar de escritor en la serie, te voy a pasar el contacto de Luis Miguel para que le eches un WhatsApp y te vayas a charlar con él”. Siempre asumí que ese no iba a ser el caso. El vínculo con la información llegó a ser más barroco, pero eso no significa que no haya sido fluido. Eso no significa que no haya sentido que él estaba presente, tanto en la primera como en la segunda temporada.
—¿Te gustaría conocerlo?
—Por supuesto.
—¿Qué le preguntarías?
—Qué le preguntaría... ¡Híjole! No sé. Creo que no puedo escoger una sola pregunta que le haría. Tendría muchísimas. Le pediría que cantara alguna canción: “La incondicional” o “Hasta que me olvides”.
—¿Qué fue lo que más te costó escribir en esta segunda temporada?
—Lo más complicado fue adecuar el tablero a sabiendas de que no teníamos una pieza clave: Luis Rey. Y es Oscar Jaenada, que es gigante, inmensamente popular, merecidamente popular. Y sabíamos desde un inicio que no íbamos a contar con esa presencia. Y eso cambiaba todo, porque entonces ya esta especie de relación de polos opuestos, diríamos casi como digna de La Guerra de las Galaxias, lo tenías a Luke Skywalker de un lado y a Darth Vader del otro, ya no podía existir en la segunda temporada. Entonces, ¿qué historia cuentas? ¿Y qué historia cuentas consiguiendo que la segunda temporada también se sienta como la primera, no? Es decir, que el espectador vea el primer capítulo, el segundo, y no piense: “Ay, me cambiaron a mi serie, yo quiero seguir viendo la serie que me gusta”. Ese fue el reto más grande. A mí y al equipo de escritores nos costó un buen trabajo encontrar la solución para eso...
—Y en esta segunda temporada, ¿quién reemplazaría o equilibraría la ausencia de Oscar Jaenada?
—Es una muy buena pregunta. Conscientemente, no quisimos replicar a Luisito Rey. Es decir, no quisimos... “Bueno, ya perdimos a Luisito Rey, no pongamos a otro villano que cumpla el mismo papel”. Es que no se puede. No se podía. Biográficamente incluso, eso no quedaba. Lo que quiero decir es que si uno se va a la vida misma de Luis Miguel, no hay nadie que ocupe ese rol después de que Luisito Rey se va. Entonces había que plantear nuevos dilemas para el personaje: había que encontrarle nuevos problemas, nuevos obstáculos, nuevos conflictos. Y una de las soluciones fue continuar con estas dos líneas de tiempo y explorar sobre todo la línea del del 2005, pues es la que tiene más claroscuros del personaje. Creo que eso también, como escritor, fue entretenido. Y también para Diego (Boneta) fue entretenido tener estos dos personajes tan distintos a los cuales interpretar.
—Cómo escritor, ¿qué es lo más sorprendente de esta nueva temporada?
—Lo que más va a sorprender es precisamente este Luis Miguel del 2005, que es completamente diferente al Luis Miguel que vimos en la primera temporada. Completamente diferente al Luis Miguel que vamos a ver después de la muerte de Luisito Rey. Es otro personaje. Es como comparar al Michael Corleone al principio de El Padrino 1 con el Michael Coreleone en la mitad de El Padrino 2. Estamos hablando de dos personajes completamente distintos, interpretados por un mismo actor.
—¿A qué Luis Miguel conoceremos ahora?
—Es un Luis Miguel más solitario, más desconfiado. Es un Luis Miguel con más matices, con más sombras. Es un Luis Miguel interesante. Yo creo que les va a llamar la atención.
—¿Cómo te sentís con la segunda temporada en marcha?
—No sé cómo va a reaccionar la gente cuando termine de ver el último capítulo, pero yo estoy satisfecho por mi trabajo. Yo te puedo decir que todos los involucrados dejamos la piel ahí adentro, de verdad. Es decir, esa sensación que tienes cuando llegas a presentar un examen y no puedes haber estudiado más... Eso es lo que yo siento ahora: no pude haber trabajado más en la segunda temporada. Y creo que no solamente yo: los productores, los directores, mi equipo de escritores y los actores. Entonces, estoy tranquilo. Estoy extrañamente tranquilo precisamente por eso, porque sé del esfuerzo que está ahí. Ahora esperemos que al público le guste.
—¿Qué opina del trabajo de Boneta?
—Para mí es increíble. Tengo ciertos prejuicios porque yo le tengo mucho cariño a Diego, es mi amigo, lo conozco desde hace muchos años, pero creo que es un actor comprometido 100% con el material. Diego toma su trabajo realmente muy, muy en serio. No hubo nada donde él dijera: “Bueno, pues ya te hice una vez, lo puedo hacer dos...”. Estamos hablando de alguien que se prepara y se prepara y se prepara, y sabe de la vida de Luis Miguel, y habla con los directores, y habla con los escritores, y está presente todo el tiempo. Y eso se refleja cuando ves en la pantalla interpretando a los dos Luis Miguel.
—¿Tu familia y tus amigos te preguntan sobre la serie, quieren saber todo?
—Mi mamá nunca ha visto Luis Miguel, que para mí es algo realmente… Pasó encerrada un año (por la pandemia) y no la vio. No sé qué está pasando ahí, no sé qué está pasando ahí... Yo, además de ser guionista, he escrito algunos libros, que los ha leído todos. Sin embargo no ha visto la serie, que me parece muy extraño porque además ella era fan de Luis Miguel.
—¿Por qué crees que no quiere verla?
—No tengo la menor idea (risas).
Daniel Krauze acaba de publicar su cuarta novela, “Tenebra” (Seix Barral), un thriller político que relata con crudeza la realidad de México. Dos hombres que buscan su destino en el juego de un año electoral. Un libro que describe un país carcomido por la corrupción, el poder y la violencia.
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