De la euforia medida pasó a la incredulidad. Y la desazón. Este lunes Víctor Hugo Morales abrió su programa en AM 750 -La Mañana- contándoles a sus oyentes que no necesitaba la asistencia de oxígeno. Con la voz notablemente afectada, salió al aire desde una clínica porteña donde lleva adelante su recuperación, luego de haber permanecido más de cuatro semanas en la terapia intensiva del Sanatorio de Los Arcos, en Palermo, al que había ingresado por una neumonía que agravó su cuadro por coronavirus.
Pero rato después, al despedirse del ciclo radial, el periodista hizo visible su desconcierto. “¿Pueden creer que entró un médico aquí y me dijo que todavía el hisopado que me hicieron cuando entré (al sanatorio) da positivo?”, anunció Víctor Hugo, de 73 años. Y se explayó: “O sea, todavía estoy habitado de alguna manera por el covid. No se fue. Está muerto dentro de mí o está ahí. Es una cosa muy llamativa, y la verdad que se pone pesado el tema. Se los cuento porque... es un retroceso”.
Hasta tanto el estudio no arroje que el virus -que le fue diagnosticado el 20 de marzo- ya no se encuentra en su organismo, el también conductor de C5N no podrá iniciar la recuperación por las secuelas que le dejó la enfermedad. “Llevo cuatro o cinco días sin poder empezar porque cuando entré aquí, por razones de seguridad me hicieron ese hisopado, que dio que nuevamente estoy con covid. No lo puedo creer, con franqueza”, lamentó.
No obstante, concluyó su mensaje con marcado optimismo: “Yo lo asumo bien, yo llevo bien estas cosas”, destacó, al tiempo que les hizo un pedido a sus seguidores con respecto a los cuidados indispensables para evitar los contagios. “Díganle a toda persona que no se comporta como corresponde, de qué manera persiste y sigue dando una pelea horrorosa dentro de los cuerpos de los que se apropia”.
La semana pasada, en la víspera de su traslado a una sala común desde la terapia intensiva, el relator uruguayo había brindado detalles sobre cómo transitaba la enfermedad. “Estoy devastado. Lo que ha sucedido con mi cuerpo, con mi energía espiritual y mental, es durísimo...”, comentó, y se sinceró sobre su gran miedo. “Desde el primer momento en que sentís que algo raro te está pasando con la voz, empezás a temer. Ha sido una de mis desesperaciones más cotidianas: tratar de impostar la voz. Y no te sale, no alcanzás a hacerlo. Y entonces sí te vas poniendo nervioso y preocupado. Pero supongo que es parte del deterioro”.
“Nunca tuve plenísima conciencia de lo mal que estaba -razonó-. Lo sabía mi familia, los médicos. Yo no supe tanto de mí hasta que hubo una situación un poquito más controlada. (Pero) nunca totalmente controlada. Si he estado un mes en terapia intensiva, imaginate que los avatares han sido muchísimos...”.
A mediados de marzo Víctor Hugo Morales se había aislado por un contacto estrecho. Pero recién se efectuó el hisopado cuando perdió el olfato, que semanas más tarde recuperó. Por eso se ilusionaba con volver a “comer un asado de costilla”. “Es bastante sencillo el pedido: necesito comer carne, oler carne, ponerme la costilla y la carne bien cerca de la nariz y comer casi maleducadamente. También, una pequeña revancha de (lo que viví) este tiempo”.
En diciembre del año pasado Morales había sido internado por una arritmia. Y no pudo disociar la muerte de su querido Diego Maradona de la afección cardíaca. “No sé si son estas épocas maradonianas tan especiales... -comenzó diciendo el relator que bautizó al astro de la Selección Argentina con un genial Barrilete cósmico-. Tuve algún percance y ayer amanecí mareado. Y me han traído a una clínica”.
Tres días más tarde le colocaron un marcapasos. Una vez recuperado, se dirigió a sus oyentes. “Estuve cuatro o cinco segundos con el corazón parado”, afirmó entonces Víctor Hugo Morales.
SEGUIR LEYENDO: