Los sábados por la noche, la pantalla de Telefé se vuelve una caja de sorpresas a partir de los disparadores de PH Podemos Hablar. El programa conducido por Andy Kusnetzoff puede brindar relatos emotivos, intercambios de opiniones, pasos de comedia, y experiencias de vida según el rumbo que disparen las historias que elijan contar sus invitados. En esta oportunidad, los que se prestaron al juego fueron los actores Damián De Santo y Diego Pérez, la cantante Ángela Torres, la influencer Nati Jota y el conductor Sebastián Wainraich.
Después de las presentaciones formales y el testeo de los estados de ánimo, los invitados pasaron al punto fuerte de cada programa: la dinámica del punto de encuentro. Después de contar borracheras olvidadas, relaciones especiales con los padres y primera citas fallidas, el conductor anunció la siguiente consigna del cuestionario: “Que pasen al punto de encuentro los que creen en mensajes del más allá”. Decidido, Damián De Santo dio un paso al frente y procedió a narrar su historia que refiere caprichosamente al ciclo de la vida, conecta a cuatro generaciones de su familia y dejó helados a todos los presentes en el estudio.
“Lo que voy a contar tiene que ver con el nacimiento de mi hijo y con la muerte de mi abuela”, explicó el actor para poner en clima y preparar el cuadro de situación. “Yo me crié con mis abuelos y tenía una conexión especial con mi abuela Tati”, señaló el protagonista de Amor mío. El hecho en cuestión ocurrió cuando su esposa Vanina quedó embarazada de su hijo menor y Damián llamó a la casa de su madre para darle la noticia. “Ellas vivían juntas, y tenían dos teléfonos. Una atendía de la cocina y la otra de la habitación”, agregó el actor, y pasó a contarle que se agrandaba la familia: “Mamá, vas a ser abuela. Tati, vas a ser bisabuela”. Del otro lado del tubo, como es fácil suponer, todo era alegría.
Al otro día, mientras tomaba unos mates, el actor radicado en Córdoba volvió a marcar el número de teléfono. Atendió su madre y todo comenzó con la formalidad propia del diálogo telefónico. “¿Y vieja, cómo estás? ¿Estás contenta que vas a ser abuela otra vez? ¿Y Tati qué dijo?”, preguntó De Santo. La madre le contestó que la abuela estaba tan chocha que quería salir a festejar, pero le tuvo que poner un freno porque tenía que corregir unas pruebas.
Parecía un diálogo de lo más corriente, pero quizás algo del tono del relato llamó la atención del actor. O tal vez fuera el hecho de que no tuviera la habitual conversación en estéreo con el esquema de siempre: una desde la cocina y la otra desde la habitación. “¿Y la abuela no está tomando mate con vos?”, le preguntó. “No, está durmiendo”, respondió su madre con total normalidad. “Andá a verla porque está fallecida”.
El estudio se quedó en silencio. “¿Qué sentiste?”, preguntó Nati Jota. “No sé, la conexión”; respondió Damián intentando justificar la respuesta y siguió con su relato. Obviamente su madre no le creía, pero él estaba seguro. “Andá a verla porque está muerta”; insistió una, dos y tres veces hasta que logró que fuera a ver a su abuela.
El grito que escuchó del otro lado de la línea confirmó que su percepción lamentablemente había sido la correcta. “Fue a la cama y la encontró fallecida”. La miro a Vanina y le digo ‘Tati está muerta’ y nos fuimos para allá”, cerró. Andy quiso saber si tenía alguna data antes de llamar que podía presagiar el desenlace, pero la respuesta fue negativa. “Cuando te dijo que tu abuela no estaba al lado te bajó”, interpretó el conductor. “Total, y se lo dije”, conifmó De Santo
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