Mientras Luis Miguel, el verdadero, celebraba su cumpleaños número 51, Luis Miguel, la serie estrenaba su segunda temporada que indagará en la vida del astro mexicano según dos líneas temporales. En una, continúa el hilo de la primera temporada, suspendida con la muerte de su padre, Luisito Rey, y el misterio por la desaparición de su madre, Marcela Bastieri. La otra, ubica a un Micky más adulto, ya en 2005, con nuevos personajes y nuevas escenas de conflicto.
Como ocurrió durante la primera temporada, los fans y curiosos indagan en la delgada línea entre ficción y realidad que maneja el guion. Los productores, entre los que se encuentra el propio Luis Miguel Gallego Basteri, lo advierten al final de cada capítulo. Como si fuera un ensayo académico, citan sus fuentes y dejan la puerta abierta a ficcionalizar determinadas situaciones. De allí que algunos hechos despierten las dudas. ¿Habrán ocurrido realmente? ¿Cuánto tienen de ficción y cuánto de realidad las escenas más emblemáticas? Y hablando ya con propiedad: ¿Hubo un show en Lima que afectó severamente a la salud de Luis Miguel?
IMPORTANTE: Si no has visto la segunda temporada de Luis Miguel, la serie es el momento de abandonar este contenido porque tiene muchos spoilers.
La línea temporal de los 2000, además de una brillante caracterización del actor Diego Boneta, lo muestra al artista mexicano promediando los 30 años, ya adulto, maduro y dueño de sus decisiones. Parte de esa personalidad está dominada por la ambición, y no le parece suficiente una gira que recauda más de 90 millones de dólares. “No voy a parar nunca” sentencia en diálogo con Mauricio Ambrosi (interpretado por Patricio Gullar), quien oficia de manager luego del fallecimiento de Hugo López.
En eso están cuando empieza a cobrar fuerza una propuesta de José Joe Pérez, quien es interpretado por el rosarino Juan Ignacio Cane y aparece en las dos líneas temporales. Chofer y che pibe de Hugo en los ‘90, el cambio de siglo lo encuentra como asistente de Patricio e integrante de la mesa chica de Micky. Más que un protagonista real de la historia -su nombre da una pauta de la licencia-, su personaje es la suma del estereotipo del oportunista que suele rodear a las figuras. Luis Miguel no fue la excepción, y el modelo del aprovechador cobra cuerpo y alma en Joe, que según admite Patricio, “es capaz de engañar hasta a su madre”
Es él quien recibe una propuesta de último momento para tocar en Lima. “Es la primera vez que un artista mexicano tocará en ese auditorio”, intenta convencerlo al astro, tocando su ego. Finalmente lo consigue cuando Luismi escucha el número que había cerrado con el productor local, en una negociación tan ventajosa para Joe que le permite hacerse de dos millones por debajo de la mesa. Micky sale a escena ante un público extasiado, pero no será por mucho tiempo. De entrada queda claro lo precario del lugar, y apenas hay tiempo para unos versos de “Cuando calienta el sol” antes de que un cortocircuito en el sistema de sonido provoque un estallido en el oído del cantante que lo lleva al hospital. También está claro que todo se hubiera solucionado con los dos millones que se extraviaron en la negociación con Joe.
Desde entonces, el zumbido es una compañía más, que de por sí es una molestia para cualquier persona, en el caso de un personaje como Luis Miguel se convierte en un atentado contra su trabajo y un pasaporte directo a complicaciones mentales. ¿Cómo sigue su carrera un músico si tiene problemas para escuchar? Según el hilo de la serie, este cuadro de situación, al que se le suman los excesos que ya eran moneda corriente en su vida cotidiana, le impide registrar el disco navideño que tenía en agenda que se terminará editando en 2006 con el título de Navidades.
Hasta allí, lo que cuenta la serie. ¿Qué dice la realidad?
El 30 de octubre de 2004, Luis Miguel se presentó en la explanada del Estadio Monumental de Lima para dar cierre al 33 Tour, la gira y el disco con el que El Sol de México celebró su aniversario crístico. Desde entonces, pasaron seis años para que volviera a presentarse en tierra incaica y regresó el 4 de noviembre de 2010, abriendo la etapa sudamericana del tour Luis Miguel / Gira grandes éxitos.
Está claro que no hubo recital de Luis Miguel en suelo peruano durante 2005. Ni en el concierto de previo ni en el posterior se reportaron problemas con el sonido ni con el artista. En ambas listas, “Cuando calienta el sol” fue ubicada bien al final del repertorio, en el último tramo de los bises. Quizás esta exagerada licencia sea una manera de evitar focalizar el problema en un accidente puntual y presentarlo como un dolor crónico que lo acompañó desde su niñez. Sin embargo hay un hecho que se puede comparar con lo que cuenta la serie, mucho más liviano cabe aclarar, y ocurrió diez años más tarde en Buenos Aires.
En octubre de 2014, Luis Miguel realizó dos funciones en GEBA como parte de su The Hits Tour. Al principio del concierto del 26, el mexicano interpretaba “Sol, arena y mar” y antes de pasar al enganchado con “Suave” sintió algo en su oído que lo perturbó. El acople se hizo constante y molesto, por lo que se quitó el audífono y se retiró del del escenario. Permaneció casi todo el tema de espaldas, casi en el backstage, mientras la banda seguía tocando y el público se hacía cargo de la voz principal.
El artista parecía más fastidioso por los problemas técnicos que con algún pico de volumen que lo haya afectado de manera grave. En cambio, paró el show dos veces y dejó el escenario con un malhumor visible, que apenas logró atenuarse cuando supo que el público estaba disfrutando el concierto. Las redes sociales ya eran la arena en la que se dirimían los asuntos y las voces a favor y en contra se sacaron chispas hasta que el show continuó en otro lugar.
Lo concreto es que no hubo ningún cortocircuito y mucho menos una internación de urgencia. Sí un mal momento y el comienzo, o manifestación, de una enfermedad auditiva ligada con los 35 años de profesión que llevaba por entonces. Según reconoció el propio cantante, la enfermedad que lo aqueja se denomina Tinnitus, una falla en el sistema auditivo- oído, yunque, nervio auditivo- que lo conecta al cerebro para poder procesar el sonido. Entre las principales causas se encuentra la exposición a ruidos fuertes, de allí que se la conozca popularmente como “enfermedad del ruido”.
Se define como un zumbido en los oídos que puede ser de intensidad suave o fuerte, pero mejor que lo explique el propio artista: “Es una situación complicada, pero tienen que pensar que yo empecé a los 9 años con esta carrera: con la música, los decibeles, los conciertos… Entonces son más de 30 años expuesto a sonidos muy fuertes. Tuve que pasar por un tratamiento y afortunadamente ya estoy mejor”, señaló al respecto Micky, en una de las pocas veces que se refirió públicamente al tema. Una vida tan fascinante como críptica, lo que permite que el juego de las licencias sea más arriesgado y entretenido que de costumbre.
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