1. Nació en 1963, en Balvanera pero creció en el barrio de Constitución, en un departamento sobre lo que era, en ese entonces, una empedrada y angosta avenida San Juan, en la esquina con Lima, al lado de Canal 13.
2. Solía jugar al fútbol en la vereda y a veces los productores, cuando les faltaban chicos, los metían en programas infantiles. Así conoció a Piluso, el programa de Coquito y Olmedo. Los sábados se acercaba al canal para ver a Palito Ortega, Sandro, Rafael, todos artistas que actuaban en el programa de Pipo Mancera.
3. Una vez armaron con los chicos del barrio un estudio de noticias. Pusieron cajas de cartón, arriba de un caballete de madera y con un agujero para hacer de cámara. Los vieron Mónica Cahen D Anvers y Andrés Percivale, que conducían Telenoche, y les hicieron una nota.
4. En la adolescencia iba a bailar con sus amigos pero porque se sentía obligado y “era un plomo decir que no”. Le generaba una gran contradicción. Prefería quedarse en su casa viendo Función Privada con Carlos Morelli y Rómulo Berrutti. Hubo películas que vio hasta siete veces.
5. Mientras actuaba hizo toda la carrera de Medicina y la residencia de Psiquiatría. De la Psiquiatría le gustaba que se sabe muy poco sobre ella. “Todos los años surgen novedades que parecen espectaculares y, al poco tiempo, se desdibujan o contradicen. Se generan discursos que son muy interesantes”. (Noticias, noviembre, 2001).
6. Sus padres fallecieron en el término de dos años. Su papá murió en 1992 y su mamá en el 94. “La de mi papá me la veía venir porque sufría del corazón, pero la de mi mamá fue una sorpresa”. Suele ir al cementerio a charlar un rato con ellos.
7. En su época de inicios como actor, pero también de residente, sostenía dos guardias semanales de 24 horas. Dormía en el hospital, se llevaba los libretos a las guardias y analizaba las historias clínicas de sus pacientes en el camarín. “Me acuerdo de dormir muy poco, pero ser muy feliz”.
8. “Sé que tengo nariz grande, pero el complejo nunca fue tan grande como la nariz. Vivo tranquilamente, no orgulloso pero la llevo”. (Noticias, julio, 2004).
9. Admite que hubiera llamado a los personajes de Los Simuladores en el 89, en la época de la hiperinflación. Recién entraba a la residencia de medicina y no le pagaban. Tenía que comer, pagar el alquiler y el colectivo.
10. Mientras encarnaba al Tarta en Poliladrón también trabajaba como psiquiatra en el hospital. Decidió abandonar porque los pacientes le pedían un autógrafo al otro lado de la receta.
11. “Con la cuestión de la edad, desde los 16, 17, siempre me resto un año. Me da la sensación de que no viví del todo el año que pasó y me doy un año más para vivirlo y recién al siguiente creo que ya cumplí”. (Veintitrés, junio, 2003).
12. Es fanático del fútbol y de River. El fanatismo comenzó porque, cuando era chico un tío materno lo llevó al Monumental, lo hizo socio y le pagaba la cuota.
13. Integraba el equipo de fútbol de la facultad de Medicina. El equipo se llamaba Hematoma.
14. Tuvo un perro al que llamó Sánchez “porque tiene cara de persona común”.
15. “Así como no me imaginé como actor, tampoco pensé tener un protagónico y menos ser un galán. Sé que no soy estéticamente armonioso ni lindo según la norma. Entonces que me vean así no deja de sorprenderme. No alimento esa fantasía, pero ocurre y no le huyo”. (Luz, julio, 2012)
16. “Me gustan los buenos guiones y actuar las historias que tengo ganas de contar. Siempre que me ofrecen buenos guiones los hago”. (Ahora, mayo, 2008)
17. A los 17 años en vez de ir con su novia al cine como hacían sus amigos, él la invitó al teatro. Federico Luppi y Luis Brandoni actuaban en Convivencia en plena dictadura y él los admiraba desde La Patagonia rebelde.
18. Fue alumno del Colegio Nacional de Buenos Aires. También Jefe de Residentes de Psiquiatría en el Argerich.
19. Su papá Aldo, inmigrante italiano, enseñaba física y matemática en el colegio Otto Krause. Su mamá, Margarita, inmigrante española, republicana que escapó de Madrid por la guerra civil, vendía ropa.
20. “Viví una época en donde empezaron a fallecer mi madre, mi padre, mi tío, mi ex, un amigo, todo en cuatro años o cinco. Eso me dejó elaborando lo que es la vida en su conjunto, así, filosóficamente, y me cambió totalmente el eje. Desde esa época, entiendo la vida no de una manera materialmente vertiginosa y trato de tener mucho tiempo para la contemplación, la escritura, la gimnasia, estar con mi chica, pasarla bien, divertirme”. (Infobae, marzo, 2021).
21. Estudiar medicina no fue casual. Su padre tenía un problema cardíaco importante que por años mantuvo en vilo a la familia. “Puede ser una de las razones; tengo recuerdos de estar siempre atento a lo que le ocurría al viejo.”
22. No es amigo de la tecnología. Tuvo el mismo celular por más de siete años. Tampoco cuenta con redes sociales.
23. Es muy memorioso. Nunca usó agenda. Cuando atendía como psiquiatra en el hospital público jamás anotaba los turnos, los registraba en su cabeza.
24. En 1982, la clase 63 fue una de las que lucharon en Malvinas. Peretti no. En el sorteo para el servicio militar le toco número bajo. Recién cuando actuó en la obra Bar Ada en 1996 (encarnando a un ex combatiente que recibe cartas en el frente de una mujer desconocida) hizo su catarsis personal de esa guerra que se le había quedado atragantada.
25. Desde el 83 y en sus años universitarios, militó en el Partido Intransigente. Fundó la Juventud Universitaria de Medicina, participó de una toma de la facultad y alguna vez se agarró a trompadas con los de Franja Morada.
26. “Nunca voy a olvidar la cara de mi vieja diciendo ‘milicos en el gobierno no puede haber’, en plena decadencia del gobierno de Isabel Perón. La tenía clarísima: ella había llegado a la Argentina dejando atrás la Guerra Civil Española, sabía lo que era tener un militar en el gobierno, venía de padecer a Franco. Esa conciencia política me quedó.” (La Nación, octubre, 2004).
27. “Seguía la carrera de Medicina y estudiaba teatro como un hobbie. Empecé a ir a la escuela de Raúl Serrano en segundo año de medicina. Fue una suerte, porque podría haber caído en alguna escuela en la que no me hubieran hecho amar la actuación como la amé a partir de Serrano. De hobbie pasó a ser algo que ocupaba cada vez más mis ganas y mis deseos. Supe pronto que lo que estaba haciendo iba a ser de larga duración”. (Página 12, enero 2007).
28. “Con mucho tiempo de antelación me fijé una fecha para dejar la psiquiatría, y la dejé. Hasta ahora, al menos. Estaba justo en el momento que podía empezar a pensar en atender pacientes privados y poner un consultorio, pero había algo que no me conformaba en el hecho de encerrarme a escuchar un paciente atrás de otro. El analista es una persona muy estática: recibe, escucha, traga, y hay algo con el cuerpo que es todo lo contrario a la actuación. Para el psiquiatra o el analista, todo pasa por el filtro de la razón. Y a mí eso me cuesta” (Página 12, enero 2007)
29. Estaba en su casa en San Antonio, Uruguay, cerca de La Pedrera durante la Final de Madrid entre River y Boca. En el entretiempo de los nervios, salió a andar en cuatriciclo por la playa y calculó el tiempo para volver después que termine el encuentro.
30. Pero la anécdota sigue. “Voy a mi casa solo, prendo el celular y dice 3 a 1 de River. Ay, boludo. Cómo grité, la puta madre, solo en la playa, no podía parar. Lloraba, gritaba, me abrazaba a los palos, la hamaca paraguaya, corría, pateaba pelotas, jugaba al tenis solo. Así una hora y media que me calmé de alguna manera. Y la felicidad me dura hasta hoy, mirá. Cuando lo cuento sigo feliz”, reveló sobre cómo vivió esa final.
31. Asegura que de su papá heredó sobre todo en el ámbito laboral, la honestidad, hacer las cosas lo mejor posible, cierta disciplina para el estudio, la dedicación. “De mi vieja… describirla queda corto, es más poético, me sale la palabra “ternura”, pero es muy chica… ternura y mucho más, mucha comprensión, ella siempre comprendía, tenía una sabiduría más allá de lo mundano y lo presente inmediato, su mirada iba más allá. Eso me quedó de ella, y lo trato de cultivar”.
32. Autocrítico cree que no tiene suficiente presencia teatral, esa actitud corporal que sí percibe en actores como Tato Pavlosky, Federico Luppi, Walter Santa Ana o Alfredo Alcón.
33. Ve películas en Netflix y deportes. No se pierde 90 minutos de fútbol. ”El Pollo Vignolo y el Chavo Fucks me hacen reír. Es que casi sin libreto, se arma una polémica futbolera de bar con gente que sabe. Eso lo veo, y también todos los partidos de la Copa Libertadores. Soy muy futbolero”.
34. Muy deportista de chico jugó al vóley profesionalmente en River, cuando terminaba un partido se quedaba viendo los entrenamientos del equipo de Primera de fútbol.
35. Como futbolista jugaba de 2. Pero está fuera de circuito porque tiene la rodilla lastimada. Se la lesionó en la temporada de Poliladron jugando contra los chicos de Montaña Rusa. Se rompió los ligamentos cruzados, no se los operó y siempre que juega al fútbol le duele.
36. Al comienzo de su día no puede faltar un buen desayuno y el diario que lee habitualmente. Le gusta leer el diario en papel y en un bar, nunca en su casa. Tiene tres o cuatro lugares a los que va siempre.
37. Una vez que cargó energías, el actor se ocupa de hacer ejercicio para mantenerse en forma. “Otra cosa que seguro no falta es la gimnasia. Si no estoy filmando y solo estoy haciendo teatro como ahora, voy todos los días al gimnasio. Pero no sólo hago pesas, además voy a Palermo a pegarle a la pelota y a hacer abdominales, flexiones de brazos, todo eso. Los jueves también juego al tenis durante una hora, me encanta”. El ejercicio es algo que no puede faltar en su vida. “Es una cuestión de sentirse bien. Cuando filmo en el exterior, en España sobre todo, me las ingenio para tener un momento, una hora de gimnasia por día. Es un cambio energético que necesito”.
38. No se considera “gastronómicamente activo”. No le interesa ir a restaurantes.
39. En sus épocas de psiquiatra reconoce que se sintió atraído por alguna paciente pero que las derivó.
40. “Yo, que soy un tímido en recuperación, sentí que la actuación era un instrumento para expresarme artísticamente, vi que el escenario era mi lugar, que allí hablaba sin temor. Fue como entrar a una casa y decir: Ya la conozco”. (Viva, abril, 2004).
41. Hace unos años descubrió que uno de sus antepasados fue una de las cabezas de la Iglesia entre 1585 y 1590. Se trata de Sixto V, ex Felix Peretti.
42. Aparecía como deudor en el Veraz porque desde hacía 15 años no pagaba su matrícula como psiquiatra.
43. Fue preceptor en el Nacional de Buenos Aires.
44. La primera clase de teatro la tuvo en un curso de oratoria del Partido Intransigente, al que pertenecía. Le preguntaron si quería hacer un curso de acción política, gestión, oratoria o economía; eligió oratoria. Le pusieron un cajón y lo mandaron a hacer un discurso sobre la deuda externa y el FMI.
45. El primer papel en la televisión fue en 1993, en el unitario Zona de riesgo. No tuvo éxito pero no le importó. Dos años después vendría su revolución: interpretó al Tarta, en Poliladron.
46. De chico si había algo con lo que se prendía siempre, a la mañana, era con Los tres chiflados. Su capítulo favorito era el de las cañerías, con agua saliendo por todas partes.
47. “Yo no fui muy lector, de chico. Prefería el cine, las imágenes. De grande me hice mucho más. Pero no de novelas. Soy de leer mucha poesía, ensayos. No obstante, ‘Recuerdos de la muerte’, de Miguel Bonasso, es un libro que fusiona ficción, novela y ensayo, que me impactó mucho. ‘Galimberti’, de Marcelo Larraquy, también me parece impresionante. Para mí, la década del 70, en cultura, política, arte, deportes, es un período en el que había algo así como un movimiento sísmico que se irradia aún hoy. Entonces, toda esa época, el espíritu romántico que después se trasladó a combativo, y que después se transformó en sangriento, todo ese arco, que se dio no sólo en la Argentina sino en todo el mundo, me atrae mucho”. (Clarín, mayo 2011)
48. Uno de sus recuerdos más lindos es la vez que su papá le regaló un reloj, objeto que todavía conserva.
49. Es fanático del cine argentino de los años 70: La tregua, La Patagonia rebelde y de actores como Luppi, Dumont, Alterio, Soriano, Bidonde y Norma Aleandro. También le gustan todas las películas de Leonardo Favio.
50. Trabajó en una adaptación de la novela ‘Fuimos soldados’ de Marcelo Larraquy. “Cuando leí los primeros capítulos, vi que había un personaje muy cinematográfico, una persona que queda huérfana de conducción y atrapada por la obediencia”.
51. “Me llegaron propuestas para vivir y trabajar en países como España, y mi intención siempre fue volver al pago; no por patriotismo, sino porque de verdad creo que, con todos sus problemas, en un gran sitio para vivir”. (Luz, agosto, 2013).
52. Los trámites, impuestos y bancos lo enloquecen. “Es angustia kafkiana pura que puede llegar a amargarme durante semanas. De verdad”.
53. “Cada obra de teatro, cada película, cada programa de tele tiene su característica y hay que encontrarle el lado positivo. Lo negativo hay que dejarlo de lado. Siempre”. (Tiempo argentino, febrero, 2014).
54. “Si yo vivo en la misma habitación con una persona, mi estrategia no puede ser expulsarla para vivir nada más que con la gente que concuerda conmigo. Hay una porción histórica, y además quizás antropológica, entre personas que defienden el status quo y personas que quieren transformarlo: los conservadores y los progresistas. Esas dos partes de la población están en todo el mundo. Hay que lograr que los dirigentes políticos traten de ejercer para ponerse de acuerdo entre esas dos corrientes, en pos del bien común. No es tan difícil”. (Infobae, marzo, 2021)
Con material del archivo periodístico digitalizado de la Escuela TEA
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