“Cordobés, Actor y Comediante”, se define Camilo Nicolás en sus redes y la primera de sus características no es un detalle menor a la hora de hacer reír. El artista, que como muchos tuvo que reinventarse durante la pandemia, acaba de terminar su primera temporada en Villa Carlos Paz como “solista” (estuvo durante una década haciendo dupla con su colega Nardo Escanilla) y habló con Teleshow sobre el humor cordobés que genera risa fácil en los porteños, cómo fue convertirse en papá durante la cuarentena y recordó el día que conoció a Lionel Messi y no se animó a hacerle un show de cumpleaños.
A pesar de los protocolos, pudo hacer una buena temporada en Villa Carlos Paz, “73 funciones en 58 días”, para ser más específicos. Fue la primera vez que se presentó sin Nardo a quien define como “un hermano” y este sábado, brindará su show Es un montón en la sala Pablo Neruda del Teatro Paseo La Plaza. El nombre del espectáculo no es al azar y describe su 2020: “Me separé de mi compañero que fue romper una estructura, fui papá, la pandemia, laburé mucho”.
Justamente en su show hablará de todo eso: “Surge a partir de los que hice por streaming durante la cuarentena estricta. Hablamos de la pandemia, del barbijo, del alcohol en gel, de situaciones difíciles que atravesamos, como cuando te golpeás el dedo chico del pie, hay interacción con el público. Siempre busco temas con los que la gente se siente identificada”.
—Entre esos temas, está la paternidad (el 14 de mayo del 2020 nació su primera hija, Paz)
—Si, hablo del lado A y del lado B de ser padre. El lado A es que si no sos papá es difícil que conozcas ese amor, el lado B, es que no vas a encontrar nunca a alguien que te rompa tanto los h... o que la salida con un bebé tiene más protocolos que el COVD-19, que el chango, el huevito, ropa por si se hace caca, ropa por si en las dos horas que salís crece un talle, que un un momento empieza a gritar. Pero el lado A, te chorea.
—¿Cómo fue convertirte en papá durante la cuarentena?
—Tuve la posibilidad de compartir más tiempo con ella, los primeros 8 meses hasta que empezó la temporada. Soy un padre presente, con las limitaciones de mi laburo, pero cuando estoy trato de disfrutar, de estar de buen humor, entender que descubren cosas y el trabajo de uno es acompañarlos y ayudarlos, y que es una responsabilidad que sea una persona de bien. Todos los que somos padres tratamos de evolucionar, de ser mejores y me esfuerzo en romper mandatos.
—¿Cómo fue volver al teatro luego de un 2020 virtual?
—La temporada se veía lejana en noviembre, pero la gente respondió. Los comediantes corrimos con la ventaja de que la gente necesitaba relajarse. En mi vida laburé tanto como cuando arrancó la cuarentena, y en temporada hice 73 funciones en 58 días. Hice vivos a la noche que tuvieron repercusión, de lunes a lunes entre tres y cuatro horas. Siempre usé redes pero en la cuarentena estaba en el lugar indicado y funcionó mucho, eso me hizo o mas fácil la separación con Nardo.
—¿Por qué te separaste de Nardo?
— Trabajamos juntos hasta el 7 de marzo. Somos como hermanos, pero tenemos ritmos diferentes, él me decía que se imaginaba haciendo función un día a la semana en Mina Clavero tal vez, quería estar más tranquilo y yo no.
—Es la primera vez que te vas a presentar con tu unipersonal en Buenos Aires, ¿son diferentes los porteños a la hora de hacer reír?
—Las plazas de Córdoba, Rosario y Buenos Aires te plantean cómo será la repercusión a nivel nacional, pero la gente de Buenos Aires tiene un cariño especial por los cordobeses que hacemos humor. Tal vez no resulta fácil hacer reír, pero hay palabas que para mí son normales que parecen graciosas, y uno no imagina que se reirían, por ejemplo ‘qué abuso’ o ‘qué calorazo’. ‘Culeado’ es más graciosa afuera de Córdoba que adentro. Hablar en el escenario como hablamos nosotros, muestra esa cuota e honestidad. Mi mayor formación es en improvisación donde se juega con el error.
—¿Cómo ves el humor hoy? ¿Es difícil tocar ciertos temas?
—Por ejemplo yo al final del show tengo un ida y vuelta con la gente y trato de ser cuidadoso para que sea un juego con la gente y no de. No es como en los espectáculos de antes que te agarraban de punto y la pasabas mal. La mía (36 años) es una generación bisagra, no hay buen humor ni malo, hay un humor para cada época, está mal juzgar con la vara de hoy lo de antes, como Olmedo y Porcel, me crié con ellos. Es mas cómodo para todos hoy, la gente no se siente atacada, agredida, las mujeres no se sienten objetos, fue un avance. Y a la hora de subir al escenario, tenés que saber qué cambió. Siempre esta la posibilidad de equivocarse, si las disculpas son honestas y te deconstruís... Todos estamos expuestos a decir o hacer una boludez, y hay que hacerse cargo. Siempre trato de ver y si digo algo que no estoy convencido lo aclaro. Estamos aprendiendo y vienen avanzando las cosas a pasos agigantados.
El día que con Nardo le dijeron “no” a Messi
En el 2019 el dúo viajó a Brasil para alentar a la Selección en la Copa América, como ellos habían trabajando para el equipo cuando estuvo en Córdoba e hicieron buenas migas con Paulo Dybala, el actual novio de Oriana Sabatini los invitó al hotel donde estaban parando en el vecino país, casualmente el día del cumpleaños 32 de Lionel Messi.
“Estaban también Matías Suárez y Renzo Saravia y nos dijeron que vayamos a comer con ellos. Cuando bajamos, era el cumpleaños de Messi y lo aplaudimos. Estábamos en el medio de todos, éramos dos astronautas, nada que ver. Pedimos una foto y Dybala dijo que sí y nos preguntó si queríamos hacer un show y dijimos que no, nos cagamos”, dijo el cordobés y ante la repregunta sobre por qué no , volvió honesto: “Fue miedo”.
Sí se animaron a pedirle una foto: “Fue un rato, nos saludo muy bien, se estaba yendo, no nos animábamos a pedirle foto y cuando estaba bajando la manija de la puerta dijimos ‘lo perdemos’, entonces Nardo se disfrazó de cara de yunke y le pidió. Fue loco porque Messi no disfruta nunca porque nunca deja de ser famoso, si va el hermano de Dybala, es probable que también le pida una foto”.
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