Hace unos días, en una nota conjunta con Infobae, el titular de la productora Underground, Sebastián Ortega y el director del gigante regional Telemundo, Marcos Santana, fueron muy duros en su diagnóstico respecto a la posibilidad de hacer ficción en Argentina. El empresario venezolano señaló que “la infraestructura legal y política es la más adversa del continente. El país más difícil para emprender y grabar televisión se llama Argentina, desde Canadá a la Patagonia”, y que están en nuestro país solo por el talento local que encontraron en la productora Underground, que Telemundo adquirió en agosto de 2019.
Ortega, fundador de dicha productora en 2006 y actual director de Desarrollo de Telemundo completó el diagnóstico de Santana: “Como argentino, me da mucha lástima porque veo las intenciones y la planificación que hay por parte de Telemundo de venir y armar muchas producciones en la Argentina. Y lo único que aparecen son trabas. Los actores están queriendo trabajar y veo al mismo tiempo las intenciones de grandes estudios de afuera de venir y producir en la Argentina, pero son espantados por este tipo de impedimentos que lo hacen muy dificultoso”, opinó el creador de productos como El marginal, Educando a Nina y 100 días para enamorarse.
Entre sus argumentos, Santana apuntó a “la regulación de las horas de jornadas de trabajo. No hay incentivos por parte del Gobierno. El tipo de contrato en un país donde existen dos cambios. Una empresa tan grande como la nuestra tiene que regirse en el marco de la estricta legalidad”, sentenció el empresario venezolano. Por su parte, Ortega evaluó como “muy difícil” que vengan a producir desde el extranjero. “En todos los países de Latinoamérica, menos en la Argentina, se pueden grabar horas extras para optimizar los tiempos. O se puede grabar los sábados. Los actores que vienen del exterior se alejan de sus familias, quiere venir, grabar y volver y se pierden muchas horas que podrían ser volcadas a la producción”, señaló
Como era de esperarse, las voces no tardaron en expandirse y esta tarde, llegó la respuesta de Argentores, la sociedad que nuclea a los creadores de ficción en nuestro país. Con un duro comunicado titulado “Mentiras y canalladas”, la asociación apuntó contra los productores, argumentando que “responsabilizar a los trabajadores y a sus organizaciones sindicales de ser los culpables de la crisis que atraviesa nuestra industria audiovisual es, además de una mentira, una canallada”.
En su documento, Argentores admiten tres puntos claves del diagnóstico de los productores. Acuerdan que “faltan reglas claras y actitud firme de los gobiernos para que el Estado actúe como regulador de un mercado pequeño y deprimido”, en que “se necesita un programa de incentivos y fomento para el sector privado -actor fundamental de la necesaria reconstrucción-” y que “solamente a través de instrumentos legales democráticos, consensuados y de cumplimiento efectivo se logran políticas de Estado duraderas y eficientes”.
Sin embargo, donde la asociación marca distancia es a la hora de asignar las responsabilidades: “De ahí a buscar culpables entre las filas de los trabajadores, hay un trecho que solamente pueden transitar aquellos que no están comprometidos con la realidad y el progreso de este país y de su gente y por eso mismo son capaces de hacer declaraciones que avergonzarían -si pudieran levantarse de su tumba muchos de ellos- a los productores que hicieron grande el audiovisual en la Argentina”, argumentan.
Según la palabra de Argentores, las declaraciones de Ortega y Santana son “una serie de argumentaciones inexactas, malintencionadas y agraviantes que tienen como único objetivo predisponer engañosamente a la opinión pública, preparando el terreno para imponer a rajatabla una ‘flexibilización’, que en idioma de la calle significa para todos los trabajadores la pérdida de derechos adquiridos con lucha y esfuerzo”. En su réplica, la agrupación sostiene que “de esta crisis se sale en conjunto y con acuerdos, o no se sale. Pero para eso hay que poner por delante la verdad, porque es imposible un consenso basado en el engaño y el sectarismo”.
Durante su comunicado, la sociedad argentina de autores deja clara su postura ante la posibilidad de las productoras extranjeras para trabajar en nuestro país: “No estamos en contra de los negocios, ni mucho menos de los productores y de la actividad privada como motor esencial de la industria. Estamos en contra de aquellos que solamente piensan en aumentar sus márgenes de rentabilidad a costa de la dignidad del trabajador, viendo al país con la voracidad colonial que intenta cambiar oro por espejitos de colores”, analiza Argentores, y concluye: “No es el despojo el método, sino el acuerdo para tener trabajo legal, registrado, regulado y remunerado con justicia. No necesitamos que, desde una mirada imperial y soberbia, intenten marcarnos la cancha”.
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