Dicen que los caballos tienen cinco corazones porque cada una de sus patas es uno. Y lo es aquel que late más rápido de lo normal cuando se lo obliga a correr más allá de su propia velocidad o a traccionar pesadas cargas más allá de sus fuerzas. Haya sido criado en la elite y coronado por sus victorias o bien obligado a tirar de un carro, un gran porcentaje de los equinos de Argentina terminan sus días en un frigorífico engrosando la terrible cifra que revela el documental de Posibl. Media que se estrena hoy a nivel mundial: 200 mil equinos son faenados cada año.
Apenas lo supo, por un llamado del director y documentalista Martín Parlato, Liz Solari quiso involucrarse y ponerle voz a Cinco Corazones y de esa manera ayudar a correr el velo de todo lo que permanecía hasta ahora oculto y que, además, demuestra que pese a que “la Patria se hizo a caballo” —como aseguran los más tradicionalistas de las costumbres ecuestres— la especie está muy alejada de recibir, más no sea, un trato noble.
“El documental te atraviesa el alma, por eso lo que viven los caballos hay que frenarlo”, resume rotunda Liz Solari a Teleshow y reconoce que estaba al tanto de algunas situaciones respecto de la faena equina, pero no de que Argentina es el principal país exportador de carne de caballo a la Unión Europea donde se los sirve como un plato gourmet.
La investigación, realizada durante tres años, revela una red de negocios de faena equina y exportación de carne de caballo a países europeos y muestra el trabajo de las ONG Fundación Franz Weber en Argentina, Tierschutzbund Zürich (TSB) en Suiza y Animal Welfare Foundation (AWF) de Alemania.
Sobre el documental que se estrena hoy para todo el mundo, Alejandra García, directora del Santuario Equidad y Directora de Franz Weber Argentina, señala que “se aborda un abanico amplio en el que se ve la anulación absoluta que se hacen sobre los intereses de los caballos".
En tanto, Martin Parlato, CEO y fundador de Posibl. y director del Cinco Corazones, asegura que el despiadado trato que padecen esos animales "es transversal porque hay múltiples industrias y muchas complicidades que tienen que ver con el poder político, el poder policial y con organismos públicos además de empresas privadas porque el maltrato a los que se los somete es un negocio millonario a lo largo de toda la vida del animal y tiene que ver también con la contradicción de la ciudadanía que destacan en el caballo virtudes como la libertad o la nobleza, pero los caballos argentinos no tienen ningún momento libertad en toda su vida ni una sociedad noble que las acompañe”.
“Cinco Corazones”, el documental sobre la tracción a sangre, los deportes de élite y las granjas de sangre al que Liz Solari le puso voz
“Con en este documental —asegura Solari— salta a la luz que somos los exportadores número 1 en el mundo de carne de caballo, esto no es de público conocimiento hasta el momento”. Se refiere a que, según la investigación que presenta, en la actualidad, “Argentina exporta el 60% de la carne de caballo que se consume en el mundo”.
Sin embargo, está prohibido su consumo interno y no existen lugares específicos en que se los críen para tal fin. “¿Entonces, de dónde provienen la carne de los más de 200 mil caballos que se faenan y exportan anualmente a la Unión Europea?”, abre el interrogante la actriz que grababa una película cuando comenzó la cuarentena y debió postergar ese proyecto.
Consultada sobre qué de lo que revela el documental le causó mayor impacto, cuenta que saber que Argentina exporta el 60% de la carne de caballo que se consume en el mundo —siendo Bélgica, Francia y Rusia los principales compradores— y que no hay lugares de cría visibles, como sucede con otras especies utilizadas para el consumo, fue lo que la shockeó pero entendió que hay que accionar para que deje de suceder.
“Lo que expone el documental es shockeante, pero al mismo tiempo es una oportunidad de entender cómo funciona este círculo vicioso donde hay otro tipo de industrias y negocios que incluyen prácticas culturales, donde se explota al caballo como los deportes o juegos, que tienen que ver con el maltrato hacia la especie y todavía se sigue metiendo todo debajo del paraguas de la cultura. ¿Quién dijo que es cultura ser cruel? ¿Quién nos mintió de esa manera hasta el punto de que nos lo creemos?”, reflexiona.
En ese tono, asegura que “a los caballos los están explotando porque los están haciendo hacer cosas que no son naturales para ellos porque no vinieron a este mundo para correr una carrera, ni ser dopados, ni entrenados, ni ser exigido en sus esfuerzos. Como especie, los seres humanos tenemos que entender que no somos superiores y que no tenemos derecho sobre la vida de otros. No tenemos derecho de imponer nuestras elecciones sobre la vida de otros seres sintientes sean ellos humanos y no humanos”.
Consternada, la actriz y activista sigue: “En Argentina tenemos un vínculo muy estrecho con el caballo. Cuando te dicen caballo viene a la mente conceptos como la nobleza y la libertad porque es un animal que lo tenemos cerca de nuestros corazones, pero no es así como viven”, asegura sobre la especie que por siglos es utilizada en el mundo para distintos tipos trabajos y entretenimiento y que es especialmente usada en Argentina en todas las clases sociales: desde la tracción a sangre o la doma hasta en los deportes como el turf y el polo.
Siguiendo sus impresiones ante Teleshow, a horas de estrenarse el documental Cinco Corazones —al que califica como un documental “muy potente"— advierte que “muestra una investigación muy seria que hizo Posibl. Media durante tres años”. “Es un trabajo muy serio que denuncia y expone; y su objetivo sería que esto acabe y que como país terminemos con la exportación de carne de caballo o que, inclusive, que desde la Unión Europea se sepa qué es lo que está pasando. ¿Qué pasó antes con esos caballos? ¿De dónde vienen? Porque muchos de ellos fueron todo su vida usados en la tracción a sangre y terminan siendo sacrificados y faenados”.
En octubre de 1998, el presidente Carlos Menem autorizó mediante el Decreto 974/98 la cría, matanza y faena de equinos para comercializar su carne para consumo humano. Para esa época, según datos de la Secretaría de Agricultura y Ganadería, exportaron 32 mil toneladas de carne de caballo, principalmente a Holanda, Francia, Bélgica y Japón.
El film ya puede verse a través de posibl.com, también da cuenta de una práctica aberrante practicada en Argentina y en Uruguay: las granjas de sangre de yeguas. “Tener conocimiento y ver las imágenes de esa práctica me retorció el corazón porque es algo horroroso en donde preñan a las yeguas para provocarles el aborto y luego sacarle litros de sangre día y noche para luego vender esas hormonas a productores de porcinos… Creo que hay un nivel profundo de ignorancia y adormecimiento pero, por otro lado, hay maldad porque cómo se puede hacer esto. A las pobres yeguas las hacen abortar, les sacan litros y litros de sangre y las vuelven a preñar y cuando no les sirven más las descartan, las faenan y las venden como carne”, lamenta Solari.
Sobre el final de la entrevista manifiesta que pese a que resulte doloroso ver el documental es necesario verlo por lo que pide “hacer el esfuerzo de ponerse en el lugar del otro”. “Para nosotros se trata de media hora, pero para ellos es su vida. Por eso, pido que por favor hagamos el ejercicio de ponernos en el lugar del otro (que es un ser que siente) por media hora porque si todos lo hiciéramos, me incluyo, quizás podamos llegar a entender lo que padecen desde su lugar y entender qué podemos hacer desde nuestro lugar”.
Detrás de escena: la investigación y los datos aterradores de la faena equina en Argentina
Cinco Corazones, una producción original de Posibl., desnuda la cruel realidad que sufren los caballos en la Argentina. A través de una investigación de más de tres años cuenta sobre una red de negocios millonarios y complicidades en torno en la faena equina y la exportación de carne de caballo a países europeos.
Lo que se ve es el padecimiento de los caballos desde su nacimiento hasta el momento de su muerte, exponiendo practicas culturales, deportivas como actos de corrupción y de negocios oscuros que perjudican severamente la salud de estos animales que padecen diferentes formas de maltrato y crueldad.
Lo resume a Teleshow Alejandra García, directora del Santuario Equidad y Directora de Franz Weber Argentina: “En este documental se señalan todas las formas de explotación de los caballos y muestra cómo llegan a la faena, el final que suelen tener. Así se aborda un abanico amplio en el que se ve la anulación absoluta que se hacen sobre los intereses de estos animales, víctimas de todo tipo de abusos basados en la negación absoluta de su etología natural. Encerrados en boxes, viviendo aislados, utilizados en carreras, para trabajo, para deportes y terminan sus vidas (la mayoría de las veces) desangrados en un frigorífico y sus cuerpos en trozos exhibidos en las góndolas de los supermercados europeos… No hay nada digno en el trato que les damos. Abolir la faena equina sería un paso fundamental para recuperar algo de todo lo que les quitamos. Y evitaría cientos de robos de caballos que son vendidos a los mataderos".
La faena equina tiene una practica en Argentina de más de 100 años siendo actualmente el país principal exportador de carne equina en el mundo. Mas allá de los cierres de algunos frigoríficos que realizaban estas practicas, aún quedan en actividad muchos que continúan de forma clandestina. Desde el SENASA habían reconocido a Infobae la existencia de “cuatro o cinco” en el país y en el documental, Marilú Bonhomme, directora de Inocuidad de Productos de Origen Animal, asevera que “los equinos van un lugar de acopio” y que solo pueden asegurar una trazabilidad de hasta 6 meses de antigüedad en la procedencia de los caballos.
Al respecto, García opina que con la investigación que se presenta “se está tratando de mostrar que no se está cumpliendo con la normativa que exige la Unión Europea con lo cual la carne equina argentina no es apta para la exportación".
Como defensora de los derechos de los animales, señala que “esta es una buena herramienta pese a que no estamos luchando por el bienestar de los animales destinados a consumo sino por la abolición de esta forma de explotación, pero sirve como herramienta para cerrar ese mercado ya que con eso terminaría gran parte de la producción de carne de caballo. Digo ‘gran parte’ porque no todo se termina allí porque también se exporta a Afganistán y allí no hay restricciones por el bienestar de los animales como sí lo hay en Europa”.
Ahondando en sus conceptos, la directora del santuario de Córdoba añade que “creemos que es un paso fundamental en lo que tiene que ver con los derechos los animales porque sería la primera vez que se prohíbe expresamente que una especie sea faenada, lo que daría pie para empezar a pensar qué pasa con los demás especies animales y además terminar con un negocio altamente informal ya que se nutre de un mercado negro que queriéndolo o no promueve el robo de caballos”.
Respecto a la trazabilidad, Martín Parlato, director de Cinco Corazones, sostiene que “¡no la hay! Solamente con un test de anemia que realiza un veterinario a los caballos, que seguramente fueron robados, se le certifica que es propiedad de quien lo llevó y termina siendo un plato gourmet en Europa. Tenemos imágenes de animales mutilados comiendo al lado de montaña de caballos muertos. Son imágenes desgarradoras que revela todo esto que se hace en la oscuridad de la sociedad. Además, esto conlleva el problema de salubridad porque está vinculado con esos alimentos porque las condiciones de cría no son óptimas".
En el documental también habla el veterinario Guillermo Buchanan, gerente de la Asociación Argentina de Criadores de Caballos de Polo: "El polo en sí mismo es un deporte muy traumático. Es lo más parecido a la guerra con reglas”, dice y reconoce que si un caballo lesionado “no sirve más para uso deportivo, se los sacrifica y se los envía a faena equina” y que en Argentina, las personas que desean “hacerse plata rápido, los mandan a un frigorífico”.
El CEO de Posibl. finaliza: “Cinco Corazones es un film que nos obliga a no ser indiferentes ante su dolor, los abusos del ser humano y redoblar esfuerzos para que estas prácticas nefastas tengan su punto final. Los argentinos merecen saber lo que ocurre con los caballos en el país y los europeos las atrocidades que esconde la carne que ponen en sus platos y llevan a su boca. Es hora de decir basta y que este animal del cual vivimos resaltando su nobleza, tenga una sociedad a la altura de lo que su nobleza significa”.
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