La cuarentena de Cabito, entre compras a los vecinos mayores y tareas domésticas accidentadas

El conductor contó a Teleshow cómo pasa sus días de aislamiento, en su casa en San Isidro con su perrita Chancha

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El conductor contó a Teleshow cómo pasa sus días de aislamiento, en su casa en San Isidro con su perrita ChanchaEl conductor contó a Teleshow cómo pasa sus días de aislamiento, en su casa en San Isidro con su perrita Chancha

“Si sos mayor o por algún motivo sos factor de riesgo, escribime que te hago las compras. voy personalmente, si me seguís es porque seguramente me conoces, lo digo para que te sientas seguro/a. No salgas de tu casa”, propuso hace unas semanas Cabito Massa Alcántara en su cuenta de Instagram y de inmediato su iniciativa tuvo eco.

Le escribieron varios vecinos de la zona para pedirle ayuda: juntaba algunos pedidos, iba a comprar a los negocios del barrio lo que le encargaban y lo dejaba en la puerta de las casas. “Fue tremendo. No suelo contar cuando hago algo de este estilo pero acá necesitaba difusión para que me contactaran", dijo el conductor radial a Teleshow y recordó que muchas personas hasta querían dejarle propina como forma de agradecimiento.

“Ya serán dados esos abrazos”, dijo, ya que quienes lo contactaron no lo conocía personalmente y no pudieron verse pero se mostraron muy agradecidos con él, así como él con la situación: “Es una satisfacción enorme. También le cociné un día a unas hermanitas que me contaron que hacía mucho que no comían arroz con pollo, hice comida de más y les llevé”, recordó.

Cabito pasa la cuarentena en su casa con su perrita Chancha. “Por suerte tengo espacio y hace todo afuera. Siempre con los perros que tuve los acostumbré a ir al jardín así que no la tengo que sacar todos los días”. Contó y dijo que sale aproximadamente dos veces por semana a hacer las compras de alimentos.

“Tengo todo a dos cuadras y soy militante siempre y ahora mas, de comprar en el barrio, no soy de ir a los supermercados, creo que la verdura se compra en la verdulería, la carne en la carnicería y el resto de las cosas en el almacén. Porque cuando el verdulero tiene plata va a la modista del barrio. Acá corre la libretita, Joaco en el almacén te anota, anda al supermercado a que te anoten, esa relación se construye”, dijo y contó que aprovecha estos días para cocinar mucho, cosa que igualmente hacía desde antes: “Ahora volví a hacer guisos, ya que hay más tiempo, cocciones más lentas”.

Aún con cosas para hacer, el día a día a veces se complica: “Me empiezo a asustar un poco porque entré en la vorágine de que se me pasan volando (los días) y no hice un carajo. Te empezás a acostumbrar a la situación, a esto que sucede. Los vivos en las redes me mantienen ocupado, estoy mangueando a las marcas que me quieren un poquito, porque estoy con un grupo de chicas cocinando para personal, enfermeros, camilleros, para que tengan comida casera”.

También aprovechó para mirar series y recomendó Modern love: “Son ocho capítulos de 35 minutos sobre una columna del New York Times que habla sobre los amores en estos tiempos”. Y hablando de amores, volvió a uno de sus primeros: el dibujo. “Hacía mucho que no dibujaba, de chico dibujaba mucho, fui publicista, estoy volviendo a dibujar y como hay una librería cerca, había regalado mis cosas, me compré unos lápices y marcadores y dibujo un poquito”.

Respecto a las tareas del hogar, las cosas no fluyen tan naturalmente como en la cocina. “Siempre fui un niño bien y me han hecho las cosas”, confesó y recordó un accidentado episodio en medio de la cuarentena: “La otra vez tenía que pasar un trapo y pregunté (a sus seguidores) cómo se pasaba, no sabía si el producto va puro o diluido. Internet nos salvó a todos para todos. El mismo día rompí una botella de vodka entera y dos copas y volqué otra botella. No sabía ni cómo juntar los vidrios, soy muy malo limpiando, lavo bien la ropa, separo los colores, cuelgo bien y no sé planchar, cocino bien y lavo los platos, del uno al diez... seis”.

Agradece la tecnología que le permite acercarse a sus seres queridos, a pesar del aislamiento: “Antes hubiera sido mas difícil, ayuda para sentir mas cerca a las personas y tal vez es un momento para hablar y escucharnos un poco más. El vínculo que resiste esto, es de verdad. Si después de esto no vas por la persona que vos querés, no vas por tu vocación o a decir 'te quiero’, no aprendimos nada”.

“Estamos todo el tiempo en la cabeza pensando en qué es lo primero que vamos a hacer cuando termine la cuarentena, algunos lo tienen claro, otros no. Pero cuál es el primer abrazo que vamos a dar, el primer beso, estamos pensando como alguien que esta preso, que no estamos presos, estamos en nuestras casas. Espero que aparezca el remedio paliativo, para la vacuna falta mucho y quiero salvar a quienes están enfermos, yo estuve despierto y entubado y no se loo deseo a nadie, cuidémonos le puede tocar a cualquiera”, cerró.

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