Con su personaje de Tony Manero en Fiebre de sábado por la noche, John Travolta se convirtió en un ídolo mundial. En los 80 su carrera se estancó, pero cuando parecía que no se sabría nada más de él, resurgió en los 90 para consolidarse como una de las grandes estrellas de Hollywood. Desde entonces su fama trasciende fronteras y los rumores sobre su vida privada, también.
Su madre, su gran mentora
John Travolta es el menor de los seis hijos de Salvatore y Helen Travolta. Su padre era un ex jugador de fútbol americano propietario de un local de venta de neumáticos. Su mamá había sido actriz y daba clases de actuación. La familia se completaba con Margaret, Ellen, Annie, Joey y Sammy. Desde pequeños, los chicos solían representar obras de teatro en su casa. En el patio, Salvatore construyó un miniescenario con telón donde los chicos se divertían actuando bajo la dirección de su mamá. Pero lo que parecía ser un pasatiempo se transformó en vocación para el menor. De actuar en las obras familiares pasó a roles principales en las obras escolares.
Lejos de desalentar su gusto por la actuación, su madre lo incentivó e incluso hizo algo que no aconsejaría casi ningún “manual de madre”: le sugirió que abandonara los estudios. “Me ayudó a liberarme. Me aconsejó que dejase la escuela a los 16 años para dedicarme a la interpretación. Siempre estábamos preparando obras en el sótano, desde que tenía cinco años”, contó en una entrevista en The Sun, y agregó: “Me enseñó a afrontar el cambio, a ser un eterno optimista, e inspiró mi amor por la interpretación”.
Pero Helen no solo fue clave en su amor por la interpretación, sino también en la pasión que desarrollaría por los aviones. Su madre siempre le decía que “podría llegar a ir a esa velocidad y recorrer grandes distancias”. Quizá por eso, a los 16 años le pagaron sus primeras clases de vuelo.
Fanático de los aviones
Es conocido su amor por la aviación, tanto que a su primogénito lo bautizó Jett. Travolta cuenta con licencia de piloto comercial y habilitaciones para pilotear diversos jets. Dice que los mejores momentos de su vida son cuando pilotea. En vez de comprar un piso en el sector más caro de Nueva York, él construyó una casa en Jumbolair, un barrio privado superexclusivo de Florida donde cada habitante cuenta con hangar propio. Pero como si fuera poco, la propiedad de Travolta posee dos pistas, lo que le permite salir de su casa, caminar unos metros y subirse a alguna de sus aeronaves.
Su pasión comenzó en la infancia y siguió en la juventud, con su primer gran sueldo como actor no se compró un coche sino un aircoupe, un monoplaza. El protagonista de Grease posee casi una minicompañía de aviación, ya que es el dueño de cinco. El más impresionante es un Boeing 707 de Qantas, además de un avión corporativo llamado Gulfstream, otro más pequeño, Eclipse, y un avión de combate que utiliza “para divertirse”. Así lo contó en una entrevista con Susana Giménez.
Diana Hyland, un amor sin edad y con un triste final
Se conocieron filmando el dramón televisivo El chico de la burbuja de plástico. Ella había cumplido los 40 y él tenía casi la mitad, 22. Pero la edad no fue una barrera y se enamoraron. “Nunca estuve más enamorado de nadie en mi vida. Desde el momento en que la conocí me sentí atraído. Éramos como dos maníacos hablando todo el tiempo en el set de Bubble. Después de un mes se volvió romántico”, contó el actor, y agregó: "Me divierto más con Diana que con nadie en mi vida. Y lo extraño es que antes de que nos conociéramos pensaba que nunca tendría una relación exitosa. Ella me dijo que pensaba lo mismo. Entonces, bam, nos encontramos y nos enamoramos”.
Pero a la pareja no solo le había llegado el amor, también muy buenos proyectos laborales. A ella le ofrecieron un protagónico en la serie Con ocho basta, y a él, encarnar a Tony Manero en la película Fiebre de sábado por la noche. Mientras filmaba, Diana lo llamó para avisarle que no se sentía bien y que iría al médico. Lo que parecía solo una gripe fuerte se transformó en un diagnóstico desolador: cáncer de mama, el tratamiento, una mastectomía urgente. John abandonó sin dudar la filmación para cuidarla, pero la enfermedad estaba muy avanzada. Diana falleció el 27 de marzo de 1977. Travolta quedó acribillado de pena. “Estaba devastado no solo por la pérdida. Siempre sintió que tenía el control de su vida, pero la muerte de Diana le demostró que a veces no podemos hacer nada para cambiar el destino”, recordó una de sus hermanas.
Kelly Preston, la esposa que soporta todas las tormentas
Se conocieron en 1987, durante el casting de Los expertos. Kelly estaba casada pero en crisis con su marido, al ver a Travolta el impacto fue evidente. Al tiempo Kelly se separó y vivió un breve romance con George Clooney y otro con Charlie Sheen. Pero en un evento se reencontró con Travolta y volvió la pasión. Luego de unos meses de novios se casaron en el Hotel Crillon de París, el 5 de septiembre de 1991. Con 29 años de matrimonio, Kelly asegura que sigue enamorada de su esposo. “Hay demasiadas cosas maravillosas sobre él. Sus labios, la forma como baila, lo divertido que es, cómo se ríe. Bailamos todo el tiempo, y a los niños les gusta bailar con nosotros. Es algo que nos encanta”.
Y eso que la pareja atravesó el dolor más fuerte: la muerte de su hijo Jett. Cuando cumplió dos años descubrieron que padecía la enfermedad de Kawasaki, un síndrome que causa la inflamación de los vasos sanguíneos de todo el cuerpo. En 2009, Jett, que había cumplido 16 años, sufrió un ataque de epilepsia mientras se bañaba, se golpeó la cabeza y quedó inconsciente. Los médicos no pudieron reanimarlo. Tras su muerte, Travolta y Preston fundaron la Jett Travolta Foundation, una organización benéfica para ayudar a chicos con necesidades especiales. “Creo que los dos intentamos llevar el dolor lo mejor que pudimos. Fue un momento en el que era muy difícil mirarnos el uno al otro, pero la fuerza de nuestra relación nos ayudó”, reconoció Kelly en ese momento.
En tiempos de amores líquidos, el matrimonio sigue junto. Travolta se animó a contar el secreto: “Nos queremos y alimentamos mutuamente. Nos preocupamos el uno por el otro, y nos protegemos. Hacemos lo posible para no caer en el tedio. Hay parejas que no exploran las nuevas necesidades del otro, y eso arruina el romance. Uno tiene que mostrarse siempre interesado. Es fácil preguntarle al otro qué le interesa. Hay que mantenerse motivado y comprometido”.
Rumores y acusaciones
Además de la muerte de su hijo, el matrimonio tuvo y tiene que soportar los continuos rumores acerca de la sexualidad de John. Uno asegura que mantiene un romance oculto desde mediados de los 80 con otro gran sex symbol de Hollywood, Tom Cruise. La relación habría comenzado cuando, como experto piloto, se ofreció a darle algunos consejos de aviación al actor que protagonizaría Top Gun. Pero no solo le habría enseñado trucos para volar, sino que también lo habría iniciado en la Cienciología. El rumor fue tan fuerte que incluso se convirtió en portada de la revista Star en una edición que agotó ejemplares, ambos actores optaron por el silencio.
Sin embargo, no fue la primera vez que hubo dudas sobre la sexualidad de Travolta. El morbo llegó a niveles insospechados cuando en medio de la muerte de su hijo los diarios sensacionalistas aseguraban que el que encontró su cuerpo fue Jeff Kathrein, niñero y amante oculto del actor.
En el año 2000, un masajista lo acusó por acoso sexual, pero aunque presentó la denuncia, la causa fue archivada porque “ninguno de los actos o declaraciones podían corroborarse”. En 2012, otro masajista lo denunció por “agresión y daños emocionales”. Según contó durante un crucero, “Travolta tenía algo en el cuello. Pensé que era una pelusa, y cuando me acerqué para quitársela, él se desprendió su abrigo, no llevaba más ropa encima, me abrazó y me ofreció 12.000 dólares para que le diera un masaje”.
Pero la denuncia más escandalosa fue la que realizó el piloto Douglas Gotterba. En 2012 inició un raid mediático contando que había tenido una relación gay con Travolta cuando trabajaba para él a fines de los ochenta. “Me pareció ofensivo, más aún después de la pérdida de mi hijo. Fue lo más bajo que me tocó vivir. Los asuntos sexuales siempre resultan interesantes… Son el talón de Aquiles de las celebridades. Vienen de personas que quieren dinero”, respondió el reconocido actor indignado una de las pocas veces que decidió hacer frente a las acusaciones.
Desde sus inicios Travolta filmó más de 70 películas. Pese a los rumores que siempre lo rodearon, el actor no reniega de su fama ni del amor de sus seguidores. "Tienes un ticket de oro alrededor del mundo. Y ¿qué tienes que hacer? ¿Firmar autógrafos y hacerte fotos? Para mí no es un gran precio por pagar”, afirma una y otra vez Travolta. Conoce el juego de la fama y sabe que cada uno de sus pasos puede ser tan elogiado como criticado. El año pasado dejó sus implantes capilares –por los que solía ser criticado- y se mostró sin su cabellera y también fue criticado. Al actor poco parece importarle, después de atravesar la muerte de un hijo todo tiene otra dimensión. Y si la tierra se pone muy insoportable, John sabe que alcanza con cerrar la puerta de su casa, caminar unos metros y, en menos de cinco minutos, vuela en su propio cielo.
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