El 2019 fue un año en el que muchas mujeres decidieron salir a contar situaciones que venían soportando desde hacía años. Algunas llegaron a la Justicia, otras se animaron a hablar en los medios. Pero en todos los casos mantuvieron en vilo a los argentinos, quienes terminaron hablando de estos temas en todos los rincones del país.
Mariana Nannis y Claudio Caniggia
En medio de rumores de separación avalados por el mismo Claudio Paul Caniggia, en agosto pasado Mariana Nannis se sentó en el living de Susana Giménez para contar la violencia que sufrió, según sus propias palabras, de parte de quien todavía era su marido. Hasta ese momento y durante los treinta años que duró el matrimonio, la mujer se había encargado de vender a los medios una imagen idealizada de su familia. Pero ese día dejó en claro que nada de esto que ella mostraba era verdad.
Refiriéndose despectivamente a Sofía Bonelli, quien por entonces ya era señalada como la nueva pareja de Caniggia, Nannis relató varios hechos de violencia que habría sufrido de parte del ex jugador. Habló de malos tratos, agresiones físicas e, incluso, de un traumático y repudiable episodio a raíz del cual habría perdido un embarazo. También habló de una supuesta adicción a la cocaína que el padre de sus tres hijos, Axel, Alexander y Charlotte, acarrearía desde hace años.
A partir de ese momento comenzó un ida y vuelta de declaraciones y denuncias cruzadas entre Nannis y Canggia. Ella se presentó ante la Cámara del Crimen para denunciarlo por abuso sexual, lesiones agravadas y aborto sin consentimiento. Él, por su parte, se sometió a las pericias médicas solicitadas por el lado de su ex mujer, quien buscaba demostrar que no estaba capacitado para administrar sus bienes, y señaló que todo lo manifestado públicamente por ella era una mentira.
Hoy, ellos siguen sin llegar a un acuerdo por el divorcio. Él, por su parte, no solo blanqueó su romance con Bonelli, sino que también se comprometió con ella y circularon rumores de un supuesto embarazo que la modelo habría perdido. Nannis, en tanto, se mostró dispuesta a no ceder ni un milímetro en esto que ya se convirtió en un enfrentamiento sin fin.
Araceli González y Adrián Suar
Quince años después de haber firmado de mutuo acuerdo su divorcio, nadie podía imaginar que saldría a la luz un viejo reclamo de Araceli González contra Adrián Suar. Es verdad que, desde hacía ya un tiempo, la actriz se había mostrado dispuesta a hablar sin reparos, cuando decidió salir al cruce de un comentario que Griselda Siciliani, quien fuera la última pareja del productor y madre de su hija Margarita, había deslizado contra Fabián Mazzei, su actual marido. Sin embargo, en septiembre pasado, la actriz brindó una entrevista que salió en tapa de la revista Gente y desató uno de los escándalos menos esperados del 2019.
“Desde mi divorcio jamás conseguí la división de bienes. He firmado papeles que me mostraban, hubo ‘arreglos’ nunca arreglados y postergaciones sostenidas. He sido paciente con las tantas vueltas que se dieron alrededor de este asunto. Pero hasta aquí llegué”, decía Araceli en esa nota. Por el lado de Suar, en tanto, aseguraron que todo se había realizado en tiempo y forma y que no había nada para reclamar. Pero la actriz ratificó sus dichos en el living de Susana.
En el medio de la polémica quedó Toto, el hijo que Araceli y Suar tuvieron durante sus seis años de pareja, quien prefirió no manifestarse al respecto. La que sí habló, no obstante, fue Flor Torrente, la hija del primer matrimonio de la actriz con Rubén Torrente, quien ratificó los dichos de su madre asegurando que para ella esto no era “nada nuevo”.
Semejante estrés terminó pasándole factura a Araceli, quien a mediados de noviembre debió ser internada luego de que una bacteria se le diseminara en la sangre. Al tiempo que Suar, decidía romper el silencio con un comunicado en el que aseguraba que lo dicho por su ex mujer en los medios no eran más que “injurias y falsas acusaciones” y daba un minucioso detalle de cómo se había realizado la división de bienes. Hoy, sin embargo, el conflicto se sigue debatiendo en la Justicia.
Andrea del Boca, Anna Chiara y Ricardo Biasotti
El tema salió a la luz en enero pasado cuando, a poco de haber cumplido la mayoría de edad, Anna Chiara Biasotti brindó su primera entrevista para la revista Caras. Allí, la hija de Andrea del Boca habló de Ricardo Biasotti, a quien se refirió como su “progenitor” y no como su “padre”, y contó los maltratos a los que éste la habría sometido durante toda su infancia.
“Hay distintos tipos de abuso, está el físico, el verbal, el sexual y el psicológico. Cuando estaba con él no me sentía respetada, no me sentía en mi casa, no me sentía querida”, contaba Anna Chiara en esa nota. Y explicaba que, por estos motivos, desde sus nueve años había pedido no ver más a su padre biológico. Algo a lo que la Justicia, efectivamente, le dio lugar.
Desde ese momento, muchas fueron las entrevistas que dieron tanto Anna Chiara como su mamá, para hablar de estos episodios. Biasotti, en tanto, se encargó de negar las acusaciones en su contra mediante terceras personas que salieron a hablar en su nombre, como Amalia Granata, su amiga y ex pareja.
En octubre, en tanto, hubo una audiencia de conciliación por la causa que Biasotti había presentado en contra de Del Boca, en la que le reclamaba medio millón de dólares por daños y perjuicios, luego de que la actriz perdiera la causa por violencia de género que había iniciado en su contra en el año 2004 y por la que él fuera sobreseído en 2006. Entonces, Juan Pablo Fioribello, abogado de Andrea, contó que, para llegar a un acuerdo, el hombre les había pedido “que convenciéramos a Anna Chiara de que no le haga una denuncia”.
Finalmente, a mediados de noviembre, Anna Chiara denunció a Biasotti por “abuso sexual agravado” en el Juzgado en lo Criminal y Correccional N° 43. El abogado de la joven, Claudio Calabressi, explicó que en la demanda su patrocinada asegura que su padre “la hacía dormir abrazada a él y le frotaba sus partes íntimas, totalmente desnudo”, que "la hacía ver películas pornográficas” y que “la obligaba a presenciar actos sexuales con su pareja ocasional”. De esto también se habló en el living de Susana. Y hoy, la causa se encuentra en manos de la Justicia.
Julieta Prandi y Claudio Contardi
Después de un mes de enero en el que la ausencia de la pareja en Pinamar diera lugar a rumores de crisis, en febrero de este año Julieta Prandi confirmó su separación de Claudio Contardi tras diez años de relación. Entonces, había llamado la atención que fuera ella quien abandonara el hogar familiar para instalarse con sus hijos, Mateo y Rocco, en un departamento. Pero la modelo dijo que no quería dar detalles de la ruptura. “No nos elegimos más como pareja”, se limitó a decir. Y no dio lugar a ningún tipo de especulaciones.
No obstante, con el correr de los meses, algunos detalles comenzaron a trascender. Y, en octubre, cuando ya no podía sostener más esta situación, Julieta denunció al padre de sus hijos por violencia familiar en el Juzgado N° 3 de San Isidro y luego habló en exclusiva con Infobae para contar, por primera vez, el tormento al que había sido sometida por parte de su ex.
Los detalles del relato de Julieta eran escalofriantes. Habló de su ex como “su carcelero”, contó que le decía que estaba “vieja” y que no servía “para nada”, dio detalles de los artilugios que utilizó para quedarse con sus propiedades y relató cómo manipulaba a su hijo mayor, al que lo obligaba a referirse a ella como “la yegua”, “la putita” o “la tilinga”, entre otras aberraciones.
Por suerte, al animarse a hablar y presentar la demanda correspondiente, Julieta pudo escapar de ese círculo de sometimiento. Logró que se dispusiera una restricción perimetral para que Contardi no pudiera acercarse a ella y una medida cautelar para que sus hijos no pernoctaran con él en su casa, algo que también habló con Susana. Y ya consiguió que le saliera el divorcio. Pero ahora debe esperar a que la Justicia actúe como corresponde, para poder resguardar la salud física y mental de ella y de sus hijos y para recuperar, de una vez por todas, los bienes económicos que le pertenecen.
Diego Maradona y Verónica Ojeda
El 2019 empezó con rumores de reconciliación entre Verónica Ojeda y Diego Maradona. Y, los primeros días de febrero, ella viajó a México junto a el hijo de ambos, Dieguito Fernando, para instalarse junto a DT en Sinaloa, dónde él estaba dirigiendo al equipo del Dorados.
Entonces, todo parecía estar bien encaminado entre ellos. De hecho, el 13 de ese mismo mes, fue la primera vez en seis años que Diego estuvo presente en el cumpleaños de su hijo menor. Y Verónica no dejó de compartir imágenes en las que se los veía a ambos juntos y felices, jugando y riendo a toda hora. Es más: según sus propias palabras, durante su estadía en tierras mexicanas, el pequeño tuvo muchos avances en su tratamiento por lo que hasta entonces se definía como un “bloqueo emocional”.
Sin embargo, en el mes de mayo, todo cambió. Después de que trascendieran rumores de una fuerte pelea entre Diego y los padres de Verónica, que habría incluido también algunas malas contestaciones a Dieguito, Ojeda decidió regresar definitivamente a la Argentina con su hijo. En ese momento, circularon rumores que ella podría iniciar una denuncia por violencia de género contra el DT. Eso no sucedió. Sin embargo, la relación nunca volvió a restablecerse y, a pesar de que Maradona regresó al país para ponerse al frente de Gimnasia y Esgrima de La Plata, el niño perdió todo contacto con su padre.
Días atrás, Verónica participó del living de Susana y dio detalles del trastorno que padece Dieguito. Explicó que, aunque el primer diagnóstico que le habían dado era autismo, finalmente supo que padecía “un trastorno específico del lenguaje que se llama TEL”. Y contó que, salvo en los meses que ella se instaló en México, Diego nunca estuvo presente para acompañarla en el tratamiento.
Sobre el supuesto hecho de violencia vivido en Sinaloa, en tanto, solo reconoció que hubo una fuerte pelea. Y que, tras su regreso a la Argentina, nadie del entorno de Diego se volvió a comunicar con ella o con su hijo.
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