Flor de Palo nació hace 22 años en San Antonio de Padua, provincia de Buenos Aires. Comenzó a trabajar como modelo siendo una adolescente y llegó a los medios como bailarina de ShowMatch, donde trabajó durante tres temporadas. Simultáneamente, comenzó a cursar la carrera de Licenciatura en Nutrición. Y, según confiesa, hace poco participó de una nueva serie de Netflix que se grabó en Montevideo con producción de Keanu Reeves. “Fue mi primera experiencia en una producción de tal dimensión y fue increíble ver una puesta en escena de esa magnitud”, asegura.
Sin embargo, después de haber quedado seleccionada como pre candidata entre más de cien postulantes, hoy Flor lucha por consagrarse como Miss Universo Argentina. “Quedamos 15 chicas y nos estamos preparando para el certamen final, que es el 2 de octubre”, explica.
—¿Cómo llegaste al concurso?
—Ya me había presentado al certamen de 2016, en el que llegué a ser finalista. Pero, este año, quise volver a participar porque había rumores de que iba a venir a la Argentina Osmel Sousa, que es El Zar de la Belleza y siempre fue el director de Miss Venezuela. El tiene una gran trayectoria en el mundo de los reinados y se decía que iba a tomar la dirección del concurso local…
—Lo hizo.
—Claro. Y para mí fue un desafío volver a presentarme estando más preparada, con más condiciones y más disciplina. Porque siempre fue mi sueño ser Miss Universo Argentina. No solo por el tema de ser la mujer bella, sino también para poder representar a mi país en el mundo.
—¿Cómo es eso?
—Siempre se ve a los certámenes como algo para mostrar a la mujer bella y nada más. Y no es así. En este caso, yo lo que pienso es en ser la embajadora de mi país ante el mundo, para demostrar los valores que tiene la mujer, la cultura, la inteligencia, el compromiso, la solidaridad y muchos otros factores que influyen en la belleza de una mujer. Y lo que me incentivó a volver a presentarme, justamente, es saber que este año iba a haber un cambio en en el certamen con la organización.
—Lo cierto es que, más allá de que no se busque solo la belleza física, estos concursos hoy son muy cuestionados por cosificar a la mujer. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
—Es verdad que esto se ha cuestionado desde hace tiempo. Pero esa fue una de las cosas que me hizo cambiar mi pensamiento y decidí presentarme para ganar el título y poder demostrar esto que te digo. De hecho, Osmel Sousa y todo su equipo están buscando a una mujer completa, que mucho más allá de ser bella físicamente, cumpla con otras cualidades. Como te dije, tiene que tener cultura, valores, inteligencia en todos los sentidos, solidaridad…
—¿O sea que la belleza no es una condición?
—No sé en otras partes del mundo, pero en la convocatoria de Argentina no hubo requisitos de peso, altura o determinadas condiciones físicas. Fue abierta al público en general, por lo que cualquier chica con cualquier condición física se podía presentar. Ese fue un gran cambio y está bueno darlo a conocer. Osmel Sousa busca una mujer que sea empoderada y que pueda hablar de cualquier tema de actualidad.
—Sin embargo, se han visto imágenes en las que Osmel Sousa prepara a las candidatas de una manera que fue calificada como maltrato…
—Por lo que tengo entendido, eso que se vio y por lo que él dio entrevistas es una especie de reality que se hace en Venezuela, donde a las chicas se las prepara de forma exhaustiva y se ven muchas exigencias. Y, por lo que sé, si bien allá a las niñas las preparan desde muy pequeñitas para ser misses y por eso siempre logran estar en el top 3, lo que se ve en el programa tiene mucho de show.
—¿Cómo es el entrenamiento que tienen ustedes en nuestro país?
—Nuestra preparación se basa en clases de pasarela, oratoria, idiomas, estilismo... Es decir, que no es solo la cuestión estética sino también en lo que se refiere a cultura y conocimientos. Es un entrenamiento intenso, pero son exigencias necesarias para la que quiera lograr el título.
—¿Hay algún premio económico para la ganadora? ¿Algún contrato laboral posterior al certamen?
—No hay premio económico en esta instancia, sí para la que obtiene el título de Miss Universo internacional, pero a nivel laboral es un trampolín inmenso para la carrera de la candidata que represente a nuestro país. A nivel currículum, es un paso gigante para poder crecer en lo que una emprenda.
—¿Y cuál sería tu aspiración post certamen?
—Siendo Miss Universo Argentina crecería mi carrera y mi futuro laboral, pudiendo desempeñarme como modelo a nivel internacional. Pero también aprovecharía esa repercusión para ser la voz de muchas organizaciones y fundaciones de ayuda a los más necesitados, empezando por las de mi país pero buscando abarcar mucho más. Y me gustaría poder apoyar esto con mi futura profesión, que está relacionada con la salud. En definitiva, con el título crecería no solo a nivel laboral, sino también a nivel personal y para con los demás. Porque todo lo que se recibe, se da.
—El público solo conoció tu breve relación con Lhoan. ¿Ahora estás en pareja?
—No, estoy sola y dedicada a pleno a mis estudios y mi carrera.
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