The Strokes y una lección de rock para las nuevas generaciones, en el comienzo de Lollapalooza Chicago

Casi 120 mil personas asistieron ayer a la primera jornada de las cuatro programadas. La banda liderada por el cantante Julian Casablancas desempolvó sus viejos éxitos ante sus fans. También se destacaron King Princess, H.E.R. y Saba

Guardar
Julian Casablancas, cantante y líder
Julian Casablancas, cantante y líder de The Strokes, brilló junto al rock de su banda en el cierre de la primera jornada de Lollapalooza Chicago

Según su ubicación en el mapa, Chicago es algo así como el "corazón geográfico" de los Estados Unidos. Hasta allí llegaron muchos fanáticos de la música, el entretenimiento y el ocio para disfrutar de un nuevo Lollapalooza en su casa madre: New Orleans, Los Ángeles, Dallas, Miami, Salt Lake City, Nebraska… lo revelaban tanto las remeras como las conversaciones casuales con el público, que desde temprano tomaron la ciudad.

La caminata por la avenida Michigan hasta los accesos del Grant Park -un enorme espacio verde de uso recreacional en el que además hay museos, acuarios y un planetario- servía para ir sintonizando el mood Lolla y a medida en que pasaban las cuadras, se iba revelando todo el colorido del que es posible su público: glitter, bikinis, tules como única vestimenta, camisas de los Cubs y musculosas de los Bulls -los dos equipos locales, de béisbol y básquet respectivamente-, algún que otro revendedor y la infaltable "mochila de agua" que, a quien la llevara, le permitía una necesaria hidratación permanente.

En esta parte del mundo es verano y el sol estuvo picante, pero una temperatura tolerable -26° de máxima- y algo de viento facilitaron la caminata para llegar a los recitales programados en ocho escenarios.

Los escenarios principales -el Bud Light y el T-Mobile- marcan las cabeceras del predio y entre ellos hay una distancia de un kilómetro y medio, distancia que obliga a revisar el line-up y elegir qué ver para llegar a tiempo. En el horizonte, los rascacielos característicos de "la ciudad del viento" recortaban el cielo pero le daban un marco imponente a la experiencia, tanto de día como de noche, cuando encendían sus luces.

Casi 120 mil personas disfrutaron
Casi 120 mil personas disfrutaron de la primera jornada de Lollapalooza Chicago

The Strokes: donde el rock vive

Ante la actual hegemonía de la música urbana y el fanatismo que provoca la música electrónica entre los más jóvenes -aquí estuvo centralizada en el escenario Perry's, con una selección de djs que programaron house y EDM-, el gesto de The Strokes pudo sonar algo nostálgico pero para nada anacrónico.

Después de un warm-up con temas clásicos como "Can't Take My Eyes Off You" y "Sex & Drugs & Rock & Roll" (Ian Dury) como leit-motiv, los cinco rockeros neoyorquinos salieron a escena cual boxeadores, con "Harder Than You Think" (Public Enemy) sonando en los parlante, para contar cuatro y arrancar. Durante una hora y diez desempolvaron muchas de las viejas canciones que los hicieron mundialmente famosos a principios de este siglo, todas editadas en sus tres primeros y mejores álbumes: "Is This It" -cumplió 18 años hace solo dos días-, "Room on Fire" y "First Impressions of Earth".

El brillo de Julian Casablancas,
El brillo de Julian Casablancas, de The Strokes. La banda basó su show en los éxitos de sus primeros tres discos

El rayo amarillo cruzado sobre el amplificador negro del bajista Nikolai Fraiture como único detalle decorativo, acentuó la electrificación que bajaba del escenario: "Heart in a Cage", "You Only Live Once" y "New York City Cops" fueron algunas de las primeras, que sonaron de corrido y casi sin respiro, sostenidas por el tándem guitarrero entre Albert Hammond Jr. y Nick Valensi.

En tanto, el carismático Julian Casablancas -tiradores con los colores estadounidenses y flequillo alto enmarcado por unas gafas cuadradas y espejadas-, iba soltando su particular voz filtrada tanto como su sentido del humor: se permitió bromear sobre el "techno" que sonaba en el resto del predio pero que no se escuchaba.

La belleza cansina de "Under Control" fue uno de los pocos instantes en los que bajaron las revoluciones, ante un público que pedía más distorsión. Para ellos, "On The Other Side" y "Reptilia" fue como un bálsamo, al igual que la dinámica "Razorblade" y el hit trasnochado "12:51".

"Dios bendiga al Lollapalooza", dijo Casablancas besando el suelo del escenario T-Mobile. "Disfruten del resto de los artistas. Nos vemos mañana con Childish Gambino y Tame Impala", anunció con voz de locutor comercial, antes del final con la catártica "Last Nite".

El colorido del público del
El colorido del público del Lollapalooza, presente en cada metro del Grant Park

King Princess, H.E.R. y Saba: las "nuevas olas y el mar"

El look relajado del público, que parecía estar como en el living de su casa, llegó hasta el escenario de King Princess, una de las novedades pop más celebradas de los últimos dos años: un sillón gigante decoró el centro de su escenario, mientras ella lucía una remera de Lollapalooza '92 -la segunda edición del festival-. Yendo de la guitarra al micrófono y al frente de su banda, le sobró actitud para presentar algunas de sus canciones que fueron muy festejadas por una multitud mayormente femenina y queer: "Cheap Queen", la balada rompecorazones "1950" y el hit "Pussy is God".

King Princess, uno de los
King Princess, uno de los números más celebrados del pop actual, desplegó su cancionero en el escenario Lake Shore

Más temprano, H.E.R. -alias de Gabriella Wilson- desplegó su alma soulera para  "matar suavemente" al público, a la manera de Roberta Flack y Lauryn Hill -a quien homenajeó con una versión de su tema "Ex-Factor"-. Para interpretar sus canciones, un verdadero catálogo de la música negra más clásica, se valió tanto de un bajo de cinco cuerdas, de una guitarra electroacústica y de una eléctrica de cuerpo transparente. Entre ellas, sonaron "Hard Place", "Focus" y "Lights On" que incluyó versos de "Purple Rain" de Prince.

Gabriella Wilson es H.E.R., proyecto
Gabriella Wilson es H.E.R., proyecto que lidera a fuerza de soul y r&b. Tocó en el escenario T-Mobile, uno de los dos principales

Entre los árboles surge el escenario American Eagle y allí se presentó el rapero y productor Saba. Con un estilo versátil que puede ser tan old-school como actual, muñido de algún detalle jazzero y balas en la lengua, dio uno de los shows más concurridos de la tarde, basado en los tracks de su último álbum "Care For Me": "Calligraphy", "Heaven All Around Me" -dedicada al rapero John Walt, asesinado en 2017- y "Prom/King" fueron los tres momentos más altos.

Guardar