Por qué no se debe exponer el iPhone directamente al sol en la playa: la razón sorprende

Uno de los errores más comunes que se cometen al disfrutar de un día en la playa es sacar el iPhone para capturar una foto o responder un mensaje y dejarlo expuesto al sol sin considerar las consecuencias.

Pese a que los celulares están diseñados para resistir condiciones ambientales adversas, la exposición directa a las altas temperaturas puede tener efectos perjudiciales sobre el rendimiento y la vida útil del dispositivo. En particular, las baterías de iones de litio que alimentan los iPhone son susceptibles al calor excesivo.

Cuando las temperaturas alcanzan niveles extremos, como los que pueden presentarse bajo el sol en la playa, las reacciones químicas dentro de la batería se aceleran, lo que puede ocasionar daños irreparables. El soporte de Apple especifica que las temperaturas ideales para mantener el dispositivo oscilan entre los 16 y los 22 °C.

Cuando el dispositivo se expone al sol o a ambientes muy calurosos, las reacciones químicas dentro de la batería se aceleran. Este proceso puede llevar a una degradación rápida de los componentes internos, afectando negativamente la capacidad de la batería para retener carga.

Según Apple, el calor excesivo no solo reduce la duración de la carga en el momento, sino que acelera el envejecimiento de la batería, lo que podría causar que el rendimiento del dispositivo disminuya con el tiempo.

El fabricante sugiere evitar temperaturas superiores a los 35 °C, porque pueden generar daños permanentes. Aunque el iPhone está diseñado para resistir un rango de temperaturas, la exposición prolongada al calor del sol puede superar esa capacidad y provocar una degradación irreversible en la batería.

Los celulares modernos funcionan de manera óptima a temperaturas controladas. Cuando un iPhone se calienta en exceso, los procesadores y otros componentes internos pueden comenzar a funcionar a menor velocidad para evitar daños.

En muchos casos esto se traduce en un rendimiento más lento, cierre inesperado de aplicaciones o incluso apagones temporales del dispositivo como medida de protección.

Si el teléfono detecta que la temperatura interna ha aumentado mucho, puede entrar en un modo de “protección por calor”, donde las funciones como la pantalla táctil o la cámara pueden dejar de funcionar correctamente hasta que el dispositivo se enfríe.

Para evitar que el calor afecte el dispositivo, es crucial seguir algunos consejos que ayudarán a mantener el iPhone dentro de un rango seguro de temperatura.

Primero, es clave evitar exponer el teléfono directamente al sol, sobre todo durante las horas más calurosas del día. Se puede utilizar una funda que permita una mejor disipación del calor, pero es crucial que la funda no sea muy gruesa, porque esto podría atrapar el calor dentro del dispositivo.

Además, es crucial no dejar el iPhone dentro del auto en un día caluroso, porque puede alcanzar temperaturas extremadamente altas, lo que no solo daña la batería, sino otros componentes internos. Si se necesita cargar un iPhone, es mejor hacerlo en un entorno fresco o utilizar una batería externa que mantenga la temperatura controlada.

Evitar la exposición directa al sol es el primer paso para proteger un iPhone del calor, pero existen otras medidas útiles. Hay que asegurarse de que el dispositivo esté cargado correctamente antes de salir a la playa.

Evitar cargar el iPhone mientras se encuentra bajo el sol es crucial, porque la combinación de calor y carga puede generar un estrés adicional en la batería. Cuando se esté en un entorno frío y se requiere cargar el teléfono, hay que utilizar una batería externa de calidad que controle la temperatura del dispositivo.

Asimismo, algunas opciones del iPhone permiten a los usuarios verificar el estado de la batería en la configuración del dispositivo. Si se nota que la capacidad de la batería ha disminuido, es crucial reemplazarla para evitar problemas de rendimiento a largo plazo.