Los electrodomésticos pueden convertirse en espacios muy atractivos para las bacterias, lo que podría afectar su rendimiento o incluso dañarlos por completo.
José Juan Rodríguez, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y miembro de la junta de la Sociedad Española de Seguridad y Calidad Alimentaria (SESAL), explica cuáles son las bacterias más comunes en las cocinas, qué problemas de salud pueden generar y cuáles son los electrodomésticos donde suelen proliferar, según recoge Eroski Consumer.
Cuáles son los electrodomésticos favoritos de las bacterias
- Lavadora
La lavadora, debido a su ambiente húmedo, es el electrodoméstico favorito para el crecimiento de microorganismos como bacterias y levaduras. Rodríguez señala que los estafilococos, en especial los Staphylococcus aureus, son de los más preocupantes. Aunque estas bacterias habitan de forma natural en nuestra piel, sus toxinas pueden causar infecciones si entran en contacto con heridas, generando pus.
Además, las levaduras como la Candida albicans también encuentran en la lavadora un lugar propicio para desarrollarse. Estas pueden provocar infecciones en zonas ocultas del cuerpo, como el tracto urinario, causando cistitis, o en el aparato genital, particularmente en mujeres propensas a este tipo de problemas.
Sin embargo, una limpieza adecuada del electrodoméstico puede prevenir estas infecciones. Rodríguez advierte que la goma del cierre, entre la puerta y el tambor, es el área más problemática. Para evitar problemas, recomienda dejar la puerta abierta tras el lavado para que se seque.
- Lavavajillas
El lavavajillas, aunque diseñado para trabajar a altas temperaturas que oscilan entre los 50 °C y los 70 °C, lo que ayuda a desinfectarlo durante su uso, no está completamente libre de bacterias y microorganismos.
De acuerdo con Rodríguez, uno de los principales focos de estos organismos se encuentra en el fondo del aparato, justo donde se cierra la puerta. En esta zona proliferan hongos y levaduras que pueden representar un riesgo para la salud.
El problema más importante surge al respirar el vapor que se libera al abrir el lavavajillas inmediatamente después de finalizar un ciclo de lavado. “Este vapor puede arrastrar esporas de hongos y microorganismos que, en casos graves, podrían causar neumonía”, advierte Rodríguez.
Otra área problemática es la goma que asegura el cierre hermético del aparato. Aquí se encuentra con frecuencia la levadura negra (Exophiala dermatitidis), que genera un biofilm que dificulta la acción de los desinfectantes. Para prevenir su aparición, el experto recomienda secar esta goma tras cada uso y evitar abrir el lavavajillas justo al terminar el programa.
- Nevera
La nevera es otro electrodoméstico donde las bacterias pueden proliferar, especialmente si no se mantiene una correcta higiene. Según el profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), alimentos como quesos, embutidos, yogures, carne y pescado son una fuente natural de microorganismos.
Además, la humedad y la escarcha, características de los frigoríficos más antiguos, favorecen la aparición de bacterias como las Pseudomonas, que aceleran la putrefacción de los alimentos.
Entre los microorganismos más preocupantes en la nevera se encuentra la Listeria monocytogenes, una bacteria que puede causar infecciones que van desde molestias gastrointestinales y fiebre hasta enfermedades graves del sistema nervioso, como meningitis o encefalitis, las cuales pueden ser letales en casos extremos.
La prevención se centra en reducir la humedad dentro de la nevera. Limitar la frecuencia con la que se abre la puerta y evitar dejarla abierta por largos períodos ayuda a minimizar la formación de escarcha. Para garantizar la seguridad alimentaria, Rodríguez aconseja limpiar la nevera regularmente con productos desinfectantes.
Cada cuánto limpiar un electrodoméstico
La frecuencia de limpieza de un electrodoméstico depende de su uso y características. Neveras y lavadoras deben limpiarse al menos una vez al mes, prestando especial atención a gomas y zonas húmedas donde proliferan bacterias y moho.
En el caso del lavavajillas, es recomendable desinfectarlo cada mes y secar las juntas tras cada uso. Otros electrodomésticos, como microondas o hornos, deben limpiarse después de cada derrame.