Tener una clave adecuada para la tarjeta de crédito es crucial para garantizar su seguridad y prevenir posibles robos de dinero.
Por este motivo, es importante considerar que, si utilizas alguno de los siguientes PIN, es recomendable cambiarlo de inmediato, ya que son los más comunes y los delincuentes están al tanto de ello.
- ‘1234′
- ‘1111′
- ‘0000′
- ‘1212′
- ‘7777′
- ‘1004′
- ‘2000′
- ‘4444′
- ‘2222′
- ‘6969′
Esto fue según un estudio llevado a cabo por Datagenetics, basado en el análisis de aproximadamente 3.4 millones de PIN filtrados debido a diversos fallos de seguridad.
Cómo escoger la clave de mi tarjeta
Crear una clave segura para una tarjeta bancaria es un paso fundamental para proteger el acceso a tus finanzas y prevenir robos. Dado que las claves PIN suelen estar limitadas a cuatro dígitos, es crucial elegir una combinación que sea fácil de recordar para ti pero difícil de adivinar para terceros.
En primer lugar, evita utilizar combinaciones evidentes. Según estudios como el de Datagenetics, los PIN más comunes son “1234″, “1111″ y “0000″. Estas combinaciones son las primeras que un delincuente intentará al intentar acceder a una cuenta de forma fraudulenta.
Del mismo modo, se desaconseja usar fechas de nacimiento, números de teléfono, aniversarios o cualquier cifra personal que alguien cercano pueda asociar contigo.
Para crear un PIN más seguro, opta por números aleatorios que no sigan patrones fácilmente identificables. Por ejemplo, evita secuencias ascendentes o descendentes como “4567″ o “8765″.
En lugar de ello, elige una combinación que no tenga un orden lógico aparente, como “3927″. Si temes olvidar el número, crea una regla mnemotécnica que lo relacione con algo que solo tú entiendas, como una frase o palabra que puedas convertir en números.
Es importante no reutilizar el mismo PIN para diferentes tarjetas o servicios. Usar una única combinación para varias cuentas aumenta significativamente el riesgo de vulnerabilidad si una de ellas es comprometida. Además, no compartas tu PIN con nadie y evita anotarlo en lugares accesibles, como tu cartera o teléfono móvil.
Considera cambiar tu PIN de forma periódica, especialmente si sospechas que alguien más pueda haberlo descubierto. Al hacerlo, refuerzas la seguridad de tus cuentas y reduces las posibilidades de ser víctima de fraude. Una clave bien seleccionada y protegida es tu mejor defensa frente a posibles amenazas.
Cómo proteger una aplicación bancaria
De esta forma se puede proteger una aplicación bancaria:
- Descarga desde fuentes oficiales: Instalar la aplicación únicamente desde tiendas oficiales como Google Play Store o App Store. Evitar descargar archivos APK o aplicaciones desde sitios web de terceros, ya que podrían contener software malicioso.
- Habilitar la autenticación en dos pasos (2FA): Activar este mecanismo si está disponible. La autenticación en dos pasos añade una capa extra de seguridad, ya que requiere un código adicional que se envía al teléfono móvil o correo electrónico para completar el inicio de sesión.
- Actualiza la aplicación y el sistema operativo: Mantener la aplicación bancaria y el sistema operativo del dispositivo actualizados. Las actualizaciones suelen incluir parches de seguridad para proteger contra vulnerabilidades conocidas.
- Evitar redes WiFi públicas: No usar aplicaciones bancarias en redes WiFi públicas o no seguras, ya que pueden ser interceptadas por ciberdelincuentes.
- Activa el bloqueo del dispositivo: Configurar un método de bloqueo para el teléfono, como un PIN, contraseña, huella dactilar o reconocimiento facial.
- Monitorea las notificaciones: Activar las notificaciones de la aplicación para recibir alertas sobre transacciones o inicios de sesión. Esto permitirá detectar cualquier actividad sospechosa de forma inmediata.
- No compartir credenciales: Bajo ninguna circunstancia revelar el usuario, contraseña o códigos de seguridad a terceros, incluso si se hacen pasar por representantes del banco. Los bancos nunca solicitan esta información por correo electrónico, mensajes de texto o llamadas telefónicas.
- Cerrar sesión después de usar la aplicación: Aunque muchas aplicaciones cierran sesión automáticamente tras un periodo de inactividad, es recomendable salir manualmente después de realizar operaciones.
- Evitar enlaces sospechosos: No acceder a la aplicación bancaria desde enlaces recibidos por correo electrónico, mensajes de texto o redes sociales. Siempre ingresa directamente desde la aplicación o el sitio web oficial del banco.