“El mundo de la tecnología automotriz ha dado un vuelco muy grande en los últimos cinco o seis años”, afirmó con gran contundencia Fernando Badía, gerente Ejecutivo de Ventas, Postventa y Marketing de Volkswagen América Latina a Infobae Tecno para iniciar este 2025, en la sección Perfiles tecno. Una frase merecedora para iniciar esta entrevista que deja ver por qué el mundo automotor se está volcando casi que un 100% a la tecnología.
En una conversación amena con Badía, explicó cómo las innovaciones están redefiniendo la industria y los hábitos de los consumidores en Latinoamérica: “ya no hablamos de un solo tipo de motor; ahora hay híbridos, eléctricos y hasta biocombustibles como el etanol. Cada tecnología responde a distintas necesidades y prioridades: economía, sostenibilidad o seguridad”.
Actualmente, Fernando, quien es argentino, lidera las operaciones de Volkswagen desde Brasil, en un mercado que abarca desde Centroamérica hasta Sudamérica, excluyendo los gigantes Brasil y Argentina, por lo que tiene la claridad para hablar sobre la magnitud del cambio en una región que vende aproximadamente un millón de vehículos al año.
En un mercado tan diverso, las innovaciones no solo tienen que ajustarse a las preferencias de los consumidores, sino también, superar las barreras económicas y tecnológicas.
A lo largo de esta conversación exclusiva con Infobae, Badía precisó los avances tecnológicos, el impacto de las políticas gubernamentales y cómo Volkswagen está liderando la transformación de la industria automotriz en Latinoamérica.
La diversidad tecnológica en las motorizaciones, según Volkswagen
Uno de los cambios más significativos es la diversificación de las tecnologías de motorización disponibles en la actualidad. “Hoy en día tenemos motores híbridos, híbridos enchufables y eléctricos puros, cada uno con diferentes características y niveles de eficiencia energética”.
A esto se suman motores que utilizan biocombustibles como el etanol, una opción que ha ganado terreno en países como Brasil debido a su menor huella de carbono.
Entre las motorizaciones híbridas, Volkswagen ofrece tres tipos principales: Mild Hybrid, Hybrid y Plug-in Hybrid. Cada una de estas tecnologías tiene un nivel de integración eléctrica diferente, que va desde un pequeño apoyo energético hasta la capacidad de funcionar exclusivamente con electricidad en ciertos momentos.
“El Mild Hybrid, por ejemplo, tiene un motor a gasolina que recibe un apoyo eléctrico leve, lo que reduce ligeramente el consumo de combustible. En cambio, el Hybrid ya puede operar exclusivamente con su motor eléctrico en determinadas situaciones, mientras recarga la batería automáticamente durante la marcha. Finalmente, el Plug-in Hybrid permite cargar la batería desde casa y manejar distancias más largas solo con electricidad”, afirmó Badía.
La tecnología más avanzada, sin embargo, es la de los vehículos eléctricos puros, que funcionan completamente con carga eléctrica. Aunque prometen cero emisiones, dijo que su adopción en Latinoamérica ha sido más lenta debido a factores como el alto costo de producción y la infraestructura de recarga aún incipiente.
“El costo de estas tecnologías es mayor, y eso se traduce en precios más elevados para el consumidor. Por eso, muchos optan por los vehículos tradicionales a combustión, que siguen siendo más accesibles”.
El papel crucial de los gobiernos en la transición tecnológica
El avance de las nuevas tecnologías automotrices en la región no solo depende de las empresas, sino que también de las políticas implementadas por los gobiernos.
Badía destaca que países como Colombia, Uruguay y Ecuador han tomado la delantera al ofrecer incentivos agresivos para fomentar la compra de vehículos híbridos y eléctricos.
“Estos incentivos incluyen desde exención de impuestos hasta eliminación de aranceles y beneficios en la circulación diaria, como la exoneración del pico y placa (restricción vehicular en ciertas ciudades o zonas de la misma). Esto ayuda a equilibrar los costos y facilita que más personas accedan a estas tecnologías”, comentó.
En contraste, países como Chile han optado por un enfoque diferente. En lugar de incentivar directamente los vehículos eléctricos o híbridos, han impuesto penalidades a los autos de combustión, encareciéndolos para que se nivelen con las opciones más sostenibles. Según Badía, este tipo de políticas pueden ser efectivas, aunque el impacto varía dependiendo del contexto de cada país.
Actualmente, se estima que alrededor del 10% del mercado automotor latinoamericano ya está compuesto por vehículos híbridos o eléctricos. A pesar de que la cifra puede parecer modesta, representa un avance importante en una región donde los motores a combustión han dominado históricamente.
“Todo depende de los incentivos y políticas que implemente cada país. Donde los gobiernos actúan con visión de futuro, vemos una mayor adopción de estas tecnologías”, afirmó.
Seguridad y tecnología: avances que democratizan la innovación
Más allá de las motorizaciones, el avance tecnológico también se refleja en las herramientas de seguridad y asistencia al conductor, que están transformando la forma en que los usuarios interactúan con sus vehículos.
Según Fernando, tecnologías como los sistemas ADAS (Asistencia Avanzada al Conductor) están marcando un antes y un después en la industria.
“Estos sistemas detectan peatones, frenan automáticamente si hay riesgo de colisión y alertan al conductor si está a punto de salirse de su carril. Esto no solo mejora la seguridad, sino también, el confort al manejar”, explicó.
Entre las herramientas más populares, menciona el control de velocidad crucero adaptativo, los asistentes de estacionamiento y los sistemas de frenado automático. Todas estas innovaciones, que antes estaban reservadas para los vehículos de lujo, ahora están disponibles en modelos más accesibles. “Por ejemplo, en nuestras gamas más pequeñas ya se pueden encontrar cámaras de estacionamiento, asistentes de frenado y sistemas de alerta de colisión. Esto refleja nuestro compromiso de democratizar estas tecnologías”.
La seguridad está en la tecnología y en el diseño de los vehículos. El auge de los SUV en la región responde en parte a su mayor estabilidad y protección en caso de accidentes. “Hoy en día, incluso los SUV pequeños ofrecen un nivel de seguridad superior. Por eso, estamos viendo un cambio en las preferencias de los consumidores, que buscan vehículos que combinen comodidad, tecnología y seguridad”.
Un ejemplo de este compromiso con la seguridad es el Volkswagen T-Cross, que recientemente obtuvo cinco estrellas en las pruebas de Latin NCAP, una de las evaluaciones más rigurosas de seguridad vehicular. “El T-Cross es un producto sobresaliente, no solo por su diseño, sino también por la incorporación de herramientas avanzadas que garantizan la seguridad de los pasajeros. Esto nos permite mantenernos como líderes en el mercado”.
Una oferta para todos los consumidores
En un mercado tan diverso como el latinoamericano, Volkswagen ha sabido adaptar su portafolio para responder a las necesidades de todo tipo de clientes. Desde vehículos pequeños como el Polo o el Virtus, hasta pick-ups como la Amarok o SUVs como el Teramont, la compañía ofrece opciones que combinan tecnología, seguridad y rendimiento.
“Nuestra misión es satisfacer las prioridades de cada cliente, ya sea que busquen economía, sostenibilidad o potencia. Por eso diseñamos vehículos para todos, desde el primer auto familiar hasta opciones más premium”, concluyó.