En un episodio que subraya tanto los avances como las complejidades de la tecnología autónoma, un video compartido en la red social X por el usuario Elliot Arledge (@elliotarledge) ha capturado la atención del público. El clip muestra un curioso incidente ocurrido en las calles de San Francisco, donde un vehículo autónomo chocó contra un robot repartidor, mientras un Tesla semiautónomo registraba la escena con sus cámaras.
El video, que se ha viralizado en plataformas digitales, plantea preguntas fundamentales sobre la convivencia de estas tecnologías en los entornos urbanos. El hecho resalta las ironías y retos de un ecosistema tecnológico en el que los avances en inteligencia artificial no siempre se traducen en interacciones fluidas entre máquinas.
El irónico video que ha estado rondando por las redes sociales:
El video muestra un robot repartidor, diseñado para entregar productos de forma autónoma, desplazándose por una intersección. En ese momento, un vehículo autónomo, perteneciente a una flota operada por Waymo, impacta al dispositivo de reparto. El choque fue menor y no se reportaron daños graves. Sin embargo, el incidente pone de manifiesto los desafíos de la integración de sistemas autónomos en las ciudades.
El tercer protagonista del episodio fue un Tesla equipado con el sistema de conducción semiautónoma de la compañía, que registró el evento a través de sus cámaras integradas. Este vehículo, aunque no involucrado directamente, ofrece un testimonio visual del evento que permite analizar las condiciones en las que ocurrió el choque.
Aunque el camino hacia una autonomía total parece inevitable, episodios como este demuestran que aún queda mucho por aprender para garantizar una convivencia segura y eficiente entre humanos, robots y vehículos autónomos.
La tecnología autónoma liderada por Tesla
Tesla, líder en el desarrollo de vehículos eléctricos y sistemas de conducción asistida, ha mostrado avances significativos con su tecnología FSD (Full Self-Driving). En 2024, la compañía realizó una demostración de su sistema, completando un recorrido de 50 kilómetros sin intervención humana. Sin embargo, este sistema aún está clasificado como semiautónomo y requiere que el conductor esté preparado para tomar el control en caso de emergencia.
Por su parte, Waymo, filial de Alphabet, ha liderado la industria de vehículos completamente autónomos. Con una flota de 700 vehículos que realizan 100.000 viajes semanales en Estados Unidos, Waymo representa la vanguardia en movilidad sin conductor. Sin embargo, el incidente en San Francisco evidencia que incluso las tecnologías más avanzadas enfrentan dificultades para gestionar entornos complejos y variables.
Los robots de reparto, como el involucrado en este incidente, también han ganado popularidad en ciudades como San Francisco, Tokio y Beijing. Diseñados para operar en aceras y realizar entregas locales, estos dispositivos combinan sensores, motores y sistemas de navegación GPS. Aunque han demostrado ser eficientes en muchas situaciones, su interacción con otros dispositivos autónomos sigue siendo un área de mejora.
Los vehículos autónomos y su avance en las carreteras
Los vehículos autónomos han experimentado avances tecnológicos significativos, destacándose nuevos desarrollos en visión mecánica y procesamiento de datos. Investigaciones lideradas por el CSIC y la Universidad de Sevilla han introducido un procesador que optimiza la respuesta ante eventos imprevistos y un algoritmo que imita la precisión visual humana. Estos sistemas permiten a los autos detectar y reaccionar rápidamente a peatones u objetos en movimiento, reduciendo potencialmente los accidentes.
Un principio clave es la “foveación”, inspirado en el ojo humano, que maximiza la resolución de áreas relevantes mientras minimiza distracciones periféricas. Además, un sistema híbrido combina cámaras de baja velocidad de fotogramas con cámaras de eventos para garantizar detección con mínima latencia, fundamental en la seguridad vial.
El chip Tianmouc, desarrollado en China, también se destaca por procesar información con rapidez, equilibrando precisión y eficiencia. Estos avances no solo impulsan la conducción autónoma, sino que también abren puertas en robótica y otras industrias tecnológicas.