Malena García Vildoza está haciendo historia en la NASA. La estudiante argentina de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) ganó una competencia internacional tras diseñar una herramienta para detectar pozos de agua potable bajo la superficie y eso la oportunidad de estar en uno de los escenarios científicos más importantes del mundo.
Malena formó parte del Pale Blue Dot Challenge, un certamen global que impulsa soluciones tecnológicas para problemas sociales relacionados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Junto a un equipo internacional integrado por un ingeniero aeroespacial estadounidense, un geólogo senegalés y un argentino experto en ciencia de datos, desarrolló una herramienta basada en machine learning capaz de localizar pozos de agua potable.
La propuesta con la que ganó abordó el problema del acceso al agua en Gambia, un país africano donde el 70% de la población depende de pozos debido a la contaminación de otras fuentes.
Utilizando datos abiertos y gratuitos, el sistema permite determinar la profundidad a la que se encuentra el agua potable, haciéndolo aplicable en cualquier parte del mundo. “Lo que me motivó a elegir este tema es que es una de las problemáticas más grandes que afectan a la humanidad. Es lo más básico, como usar y tomar agua”, explicó Vildoza en una entrevista con Buenos Aires/12.
El proyecto no solo destacó por su viabilidad, sino también por su carácter accesible: cualquiera puede replicarlo siguiendo las instrucciones del equipo, un enfoque que refuerza su potencial impacto global.
Cómo una estudiante argentina llegó a la NASA
El camino de Malena hacia este logro comenzó a fines de 2023, cuando descubrió la convocatoria al certamen en redes sociales. Sin equipo propio, se sumó a un foro de participantes donde conoció a sus futuros compañeros, quienes compartían su interés por la problemática del agua potable. “Fuimos el único equipo ganador que se conformó de esta manera, el resto ya se conocía y trabajaba junto”, recordó.
La competencia, que se extendió de noviembre a febrero, exigió largas jornadas de investigación y coordinación entre los integrantes, situados en distintas partes del mundo. A pesar de los desafíos, el equipo destacó por su compromiso y creatividad, superando a más de 1.500 participantes para ganar un lugar entre los cinco seleccionados.
El triunfo los llevó a exponer su trabajo en varias instancias de prestigio, incluyendo el Comité de Usos Pacíficos del Espacio Exterior en Viena, Austria, y un programa de intercambio en la NASA. Entre agosto y septiembre de 2024, Malena viajó a Estados Unidos para participar en actividades en el New Space Rocket Center de Alabama, el Space Camp y la sede central de la NASA en Washington.
Un aspecto central en la historia de Malena es el enfoque interdisciplinario de la UNSAM. Aunque estudia Antropología Social y Cultural, carrera perteneciente a las ciencias sociales, esto no fue un obstáculo para colaborar en un proyecto científico-tecnológico.
La estudiante resaltó que este enfoque le permitió integrarse en equipos con perfiles diversos, incluyendo ciencias exactas, sociales y artes, algo que considera clave para enfrentar problemas complejos. Además, subrayó la solidez de su formación al competir al mismo nivel que estudiantes de universidades de renombre internacional.
Malena quedó impresionada por la diversidad de disciplinas presentes en la NASA, donde encontró no solo ingenieros y técnicos, sino también antropólogos y sociólogos trabajando en temas como los objetos espaciales y las políticas públicas relacionadas con el espacio exterior. Este descubrimiento amplió su perspectiva sobre las posibles aplicaciones de las ciencias sociales.
Durante su estadía en Estados Unidos, también participó en clases de políticas sociales aplicadas al espacio y mantuvo reuniones con expertos en robótica y estudiantes de distintas áreas. El encuentro presencial con sus compañeros de equipo, tras meses de trabajo virtual, fue otro punto destacado de la experiencia.