En los últimos meses, es posible que hayas recibido una llamada en la que nadie habla y de un momento a otro solo cuelgan o también que del otro lado alguien se haga pasar por un asesor comercial para pedir información. Todo esto se trata de una modalidad de robo conocida como la “estafa del sí”. Un fraude que busca robar información bancaría, para posteriormente desocupar las cuentas.
El objetivo principal de la llamada es captar la voz de la víctima para luego realizar transacciones o contratos sin su consentimiento. Un tipo de robo del que es posible cuidarse siguiendo algunas recomendaciones básicas.
<b>Cómo funciona la “estafa del sí”</b>
Todo comienza con una llamada telefónica, generalmente desde un número desconocido. El estafador se hace pasar por un representante de una entidad legítima, como un banco, una empresa de servicios o una agencia de atención al cliente. A través de preguntas estratégicas, buscan que la víctima pronuncie la palabra “sí”.
Las preguntas pueden parecer inofensivas, como:
- “¿Está hablando con el titular de la línea, [nombre de la víctima]?”
- “¿Está de acuerdo en recibir esta información?”
En otras ocasiones, los ciberdelincuentes ni siquiera se identifican. Llaman y esperan que la persona conteste con un “sí”, una de las respuestas más habituales al contestar una llamada con “¿quién es?” o “¿hola?”.
Una vez obtenida la grabación de la respuesta afirmativa, los delincuentes utilizan herramientas, como inteligencia artificial generativa, para clonar la voz de la víctima. Esta grabación les permite realizar una serie de actividades fraudulentas, como autorizar transacciones financieras, inscribirse en servicios a nombre de la víctima o incluso crear contratos falsos.
Esta estafa ha ganado notoriedad debido a la creciente dependencia de la autenticación de voz en servicios digitales y bancarios. Según el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) en España, este tipo de fraudes utiliza ingeniería social para aprovechar la confianza de las personas en instituciones aparentemente legítimas.
Aunque responder al teléfono con un “sí” pueda parecer inofensivo, las consecuencias pueden ser devastadoras:
- Inscripciones no autorizadas en servicios financieros.
- Transferencias de dinero desde cuentas bancarias.
- Creación de contratos vinculantes a nombre de la víctima.
El impacto de estos ataques no solo es financiero, sino también psicológico, ya que las víctimas enfrentan la complejidad de demostrar que fueron objeto de un fraude y de revertir las consecuencias legales y económicas.
Cómo prevenir la “estafa del sí”
La mejor defensa contra esta modalidad de fraude es la prevención. Instituciones como la Policía Nacional en España y el INCIBE han difundido varias recomendaciones clave para evitar caer en este tipo de engaños:
- Evitar responder con un “sí”: al contestar una llamada telefónica, utilice expresiones como “¿diga?”, “¿hola?” o “¿quién habla?”. Estas respuestas reducen el riesgo de que los estafadores graben su voz afirmativa.
- No confirmar identidad ante llamadas sospechosas: si el interlocutor solicita confirmar información personal, especialmente en llamadas no solicitadas, absténgase de proporcionarla.
- Verificar la legitimidad de la llamada: si sospecha que una llamada proviene de una entidad legítima, cuelgue y comuníquese directamente con el servicio oficial mediante los canales de contacto proporcionados en su página web oficial.
- Evitar datos personales en llamadas desconocidas: nunca proporcione información como números de cuenta, DNI o contraseñas por teléfono.
- Colgar ante sospechas: si percibe que la llamada puede tener un propósito fraudulento, cuelgue inmediatamente.
También es clave usar aplicaciones que identifiquen los números de teléfono desconocidos, como la app Teléfono de Google o TrueCaller. Además de reforzar la seguridad de las cuentas bancarias con múltiples factores de verificación y evitar contestar llamadas recurrentes de números desconocidos, de países extranjeros o marcadas como spam.