Que un celular caiga en el agua o que se moje es un accidente que cualquiera puede sufrir. Y ante este problema hay muchos mitos sobre cómo solucionarlo, algunos de ellos son reales y otros han sido aclarados, como evitar usar arroz para secar el teléfono.
Así que en caso de haber sufrido una situación así, tenemos una guía completa para saber cómo actuar y tener claro lo que se debe hacer y lo que no para evitar que el celular se dañe o deje de funcionar correctamente.
Qué se debe hacer en caso de que el teléfono móvil caiga al agua
- Sácalo del agua rápidamente: parece obvio, pero reducir al mínimo el tiempo de contacto con el agua es crucial. Una reacción rápida limita la cantidad de líquido que podría infiltrarse en los circuitos internos.
- Apaga el dispositivo: este paso es vital para evitar cortocircuitos y daños adicionales en la placa base. Si el teléfono no se apagó automáticamente al mojarse, hazlo manualmente. En dispositivos modernos con batería no extraíble, como muchos modelos Galaxy, puedes apagarlo presionando los botones de Bajar Volumen y Encendido durante 3-4 segundos.
- Extrae la batería, SIM y tarjetas SD: si el teléfono permite retirar la batería, hazlo de inmediato junto con la tarjeta SIM y cualquier tarjeta de memoria. Esto reduce el riesgo de corrosión en los conectores. En móviles de última generación o iPhone, en los que la batería no es accesible, retira al menos las tarjetas.
Después de hacer alguno de estos pasos, lo mejor es empezar el proceso de secado y estas son nuestras recomendaciones:
- Usar un paño limpio, servilletas de papel o incluso un bastoncillo de algodón para absorber la humedad visible, especialmente en zonas como el puerto de carga o el conector de auriculares. Sin embargo, evita usar papel común, ya que podría deshacerse y empeorar el problema al introducir partículas en las ranuras.
- Utilizar un aspirador a baja potencia para eliminar gotas en áreas difíciles de alcanzar. Bajo ninguna circunstancia uses un secador de pelo o cualquier fuente de calor, ya que el aire caliente puede dañar los circuitos y deformar los componentes plásticos.
- Una vez que el teléfono esté seco en la superficie, colócalo en un material desecante durante al menos 24 horas. Puedes utilizar gel de sílice, recambios de deshumidificadores o incluso arena para gatos (compuesta de gel de sílice), disponibles en supermercados.
- Otra opción es dejar el teléfono en un área bien ventilada o frente a un ventilador con aire frío. Nunca intentes acelerar el proceso utilizando calor directo como radiadores o exposición prolongada al sol. Es preferible esperar el tiempo necesario para asegurarte de que toda la humedad haya desaparecido antes de encender el dispositivo.
Qué no hacer si un teléfono móvil cae en el agua
Además de seguir los pasos correctos, es fundamental evitar prácticas que podrían agravar el problema:
- No enciendas el dispositivo mojado: aunque sea tentador comprobar si funciona, hacerlo puede causar un cortocircuito que dañe irreparablemente los componentes internos.
- No lo conectes a la corriente: cargar un teléfono húmedo representa un grave peligro, tanto para el dispositivo como para tu seguridad, ya que podría generar fallos eléctricos.
- No lo agites enérgicamente: intentar drenar el agua sacudiendo el teléfono puede hacer que el líquido se filtre más profundamente en los circuitos.
- No lo sumerjas en líquidos adicionales sin necesidad: aunque enjuagar el dispositivo con agua limpia puede ser útil en caso de contacto con líquidos corrosivos como agua salada o clorada, esta práctica no debe realizarse si no es estrictamente necesario.
- No usar arroz: durante mucho tiempo se pensó que esto era una solución, pero Apple afirmó que poner el celular en arroz podría ser un problema porque el teléfono cuenta con orificios y es posible que alguna partícula o grano de este grano ingrese y aumente el daño.
Qué celulares son resistentes al agua
Muchos teléfonos actuales cuentan con certificaciones de resistencia al agua y al polvo, como IP67 o IP68. Estas especificaciones indican que el dispositivo puede soportar cierta inmersión, pero dentro de límites muy concretos: hasta 1,5 metros de profundidad durante 30 minutos, por ejemplo.
Sin embargo, esta protección no es absoluta y puede fallar bajo condiciones extremas, como inmersiones prolongadas o alta presión.