Hace unas décadas ir a votar implicaba quedar con un dedo pintado de tinta para evidenciar que esa persona ya había ejercido su derecho y minimizar las posibilidades de un doble voto. Hoy la tecnología ofrece una solución más práctica que busca frenar el fraude antes de que se cometa: la identificación con reconocimiento facial. Aunque es importante aclarar que esto no significa que el voto ahora sea digital, seguirá siendo manual, con tarjetón y lapicero.
Esta solución fue implementada por la Registraduría Nacional en Colombia durante un plan piloto en unas elecciones regionales en el sur occidente del país y el objetivo es que se pueda desplegar en todo el territorio para las votaciones presidenciales de 2026.
El proyecto se enfoca únicamente en la verificación de identidad y se basa en los 60 millones de imágenes de los colombianos que tiene la entidad en su base de datos. Un objetivo es eliminar el rumor de hace años sobre la votación de personas fallecidas.
Cómo funciona el reconocimiento facial para ir a votar
Ir a votar es un proceso relativamente sencillo. Llegar al puesto de votación, presentar el documento, esperar la verificación, recibir el tarjetón, marcarlo y depositar en la urna. Es algo que no demora más de cinco minutos, pero donde es clave determinar que esa persona sea realmente quien dice ser y no esté cometiendo un delito electoral.
Es ahí donde la revisión biométrica aparece. A ese proceso de 3 o 5 minutos ahora se le añadirán de 20 a 40 segundos en los que la persona debe detenerse y realizar el reconocimiento facial, para contrastar su rostro con la base de datos y que confirme la identidad.
Este proceso tiene dos métodos. Uno es por medio un puesto fijo en el que una pantalla identifica el rostro de la persona, hace una captura y realiza el proceso de comprobación, mostrando posteriormente sus datos para que alguien que esté cargo los valide y pueda continuar con el voto.
El segundo método es a través de un teléfono móvil. El votante llega a un puesto de verificación, le entrega su documento de identidad a una persona encargada y, por medio de una aplicación, ella ingresa los datos para luego realizar una captura del rostro del sufragante y validar su identidad.
En el caso de la Registraduría colombiana, los celulares implementados fueron comprados únicamente para este fin y solo cuentan con esta aplicación instalada, por lo que no se usa el dispositivo de alguien más.
Durante el plan piloto evidenciamos varios aspectos en los que esta tecnología aún tiene un rango de mejora. Por ejemplo, aunque el proceso es rápido, no siempre la validación es exitosa y la aplicación confundió a algunos votantes con otras personas, lo que implicó demoras para algunos.
Además, los puestos de votación fija no tenían una protección en la cámara, por lo que cualquier persona que pasara cerca de ellos quedaba expuesta al proceso de verificación, sin importar si iba o no a votar.
Cómo se protegen los datos de los votantes
Este es uno de los puntos más neurálgicos de todo el proceso. Actualmente, los datos personales son un objeto de mucho deseo por parte de los ciberdelincuentes y, como vimos, el paso a paso de verificación deja expuestos algunos de ellos.
Esto sucede principalmente en el puesto de comprobación física, ya que la pantalla en la que se muestra la información validada es grande y otra persona puede ver el documento de identidad y el nombre completo del votante. Algo que se hace más crítico cuando el dispositivo no tiene una protección en la cámara y está continuamente identificando rostros cercanos.
Sobre el manejo de los datos para cotejar la identidad de las personas, el registrador Hernán Penagos, aseguró que todo el tratamiento se hace de manera local, es decir, las imágenes capturadas están encriptadas en la red de la entidad y únicamente viajan a través de esta para realizar la comprobación entre la toma de la captura de imagen y la base de datos.
Reconocimiento facial: un proceso de verificación, no de restricción
Si bien el proceso busca acabar con la suplantación de identidad, la entidad aseguró que en caso de no pasar la comprobación no se le restringirá el derecho al voto a esa persona, si cuenta con su documento de identidad validado.
Además, los datos recolectados con el reconocimiento facial servirán para crear una base de estadísticas mucho más amplias para conocer cómo va la jornada electoral. Dando la opción de ver cuántas personas han ido a votar, de qué género son, su edad y la hora en la que acudieron a los puestos de votación.
Aunque la idea es ampliar las opciones para que los medios y las autoridades tengan mayor información de cómo está la situación en todo el país.